Bangladesh: miles de refugiados rohinyás aceptan mudarse
20 de octubre de 2019
"Esperamos comenzar la reubicación en la primera semana de noviembre", adelantaron las autoridades del país.
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Entre 6.000 y 7.000 rohinyás que viven en los campamentos para refugiados de Bangladesh han accedido a mudarse a una isla desierta de este país pese a los temores en ese sentido de las organizaciones de derechos humanos, informaron este domingo (20.10.2019) fuentes oficiales.
"Varios miles de refugiados acordaron ser reubicados en (la isla de) Bhashan Char. El número podría ser de aproximadamente 6.000-7.000 personas. Pero está aumentando", dijo el comisionado de Refugiados, Socorro y Repatriación de Bangladesh, Mahbub Alam.
Las autoridades han logrado motivar a los refugiados para su traslado al difundir imágenes del lugar, ubicado en la Bahía de Bengala, explicó. "Les mostramos que conseguirían mejores viviendas que en el refugio actual si se mudan. Esperamos comenzar la reubicación en la primera semana de noviembre", adelantó el funcionario.
El Gobierno de Bangladesh ha intentado aliviar la ocupación de los campamentos de Cox's Bazar, habitado por cerca de 750.000 refugiados, trasladando a unos 100.000 rohinyás a la isla Bhasan Char de 40 kilómetros cuadrados de extensión.La isla, que depende de la conexión fluvial y que utiliza botes de motor como el principal medio de transporte, suele ser víctima de inundaciones durante las lluvias del monzón.
Varias organizaciones de derechos humanos y agencias de la ONU han cuestionado la decisión de trasladar a los refugiados a la isla y han instado al Gobierno de Bangladesh a "no reemplazar una crisis humanitaria con otra".
De acuerdo con el Gobierno de Bangladesh, en la isla, actualmente deshabitada, se han construido 1.440 refugios cada uno con capacidad para unas 16 familias, además de 120 refugios para ciclones.
ct (efe, afp)
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Niños rohinyá: abusados, secuestrados, huérfanos
La grave situación de los musulmanes rohinyá, obligados a escapar de las atrocidades cometidas por militantes y el Ejército en Myanmar, es difícil de digerir. Los niños son los más vulnerables, como muestran estas fotos.
Imagen: DW/J. Owens
Disparados y apuñalados
Desde agosto, más de 600.000 rohinyás han huido de Myanmar a Bangladesh. “El día que los militares vinieron, quemaron la aldea y le dispararon a mi madre cuando intentaba escapar. Mi papá no podía caminar, entonces lo apuñalaron. Lo vi con mis propios ojos”, dice Mohammed Belal, de 10 años, quien logró escapar.
Imagen: DW/J. Owens
Perseguidos por el trauma
La hermana de Mohammed, Nur, también vio la matanza. Ella y su hermano viven ahora en un refugio para niños sin compañía en Bangladesh. Ella puede jugar ahí y comer regularmente, un fuerte contraste con su viaje desde Myanmar, donde ella y su hermano casi se mueren de hambre. Pero la niña sigue siendo perseguida por el trauma de las últimas semanas. “Extraño a mis padres, mi hogar, mi país”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Conflicto de profundas raíces
El conflicto, el cual ha tenido lugar en los últimos 70 años y tiene sus raíces en la organización social del país después de la Segunda Guerra Mundial, ha cobrado más de 2.000 víctimas desde 2016, incluyendo la madre de Rahman, de 12 años (arriba). "Incendiaron mi casa y mi madre estaba enferma, así que no pudo irse", dice.
Imagen: DW/J. Owens
Salven a los niños
Dilu-Aara, de 5 años, llegó al refugio con su hermana después de ver a los militares asesinar a sus padres. “Estaba llorando todo el tiempo y las balas volaban sobre nuestras cabezas. De alguna forma escapé”. La agencia internacional Save the Children está ayudando a los menores que llegan a Kutupalong sin sus padres. Los niños representan hasta el 60% de los refugiados rohinyás en Bangladesh.
Imagen: DW/J. Owens
Cazados como animales
Jaded Alam está entre los cientos de niños que llegan a Kutupalong sin sus padres. Afortunadamente, su tía cuida de él, y muy bien, reconoce Jaded, quien creció en una aldea llamada Mandi Para, donde le encantaba jugar fútbol. Todo cambió cuando los militares atacaron. “Nos dijeron que nos fuéramos de nuestra casa. Cuando estaba corriendo con mis padres, les dispararon. Murieron en el acto”, dice.
Imagen: DW/J. Owens
Secuestro de niños
No todos han sido separados durante el escape. Rahman Ali ha estado registrando el refugio por semanas después de que Zifad, su hijo de 10 años, desapareciera. Los rumores sobre el secuestro de niños ha rondado el refugio por años y Rahman teme que su hijo haya caído presa de los traficantes de personas. “No puedo comer, no puedo dormir. ¡Estoy tan enojado! Es como si me hubiese vuelto loco”.
Imagen: DW/J. Owens
"Mi mente no es normal"
Cuando comenzó el tiroteo, Sokina Khatun hizo todo lo que pudo para proteger a sus hijos, pero no pudo salvar a Yasmine, de 15 años, y Jamalita, de 20, quienes estaban en una aldea vecina en el momento. “Les cortaron la garganta en frente de sus abuelos”, dice. “Estaba paralizada, no podía sentir el dolor. Ahora mismo, mi mente no es normal”, dice. Ella logró rescatar a nueve de sus niños.
Imagen: DW/J. Owens
Atacados, violados y robados
Yasmine cree que podría tener 15 años, pero luce considerablemente más joven. En su aldea, solía jugar con canicas y correr por los campos vecinos, pero recuerdos diferentes la persiguen ahora: el ataque de las fuerzas de Myanmar, la golpiza y asesinato de sus amados padre y hermanos y la violación por parte de un grupo de soldados que también la robaron: “Sentí mucho dolor en mi cuerpo”, dice.