Se encuentran a la espera de entrar en Turquía, que mantiene el cruce de Bab al Salama cerrado.
Publicidad
Decenas de miles de sirios se agolpan en la frontera con Turquía tras huir de la violencia en la provincia siria de Alepo. No tienen acceso a ayuda humanitaria. "Algunos llevan desde hace días allí en condiciones precarias, no ha entrado ningún tipo de ayuda y en ningún momento Turquía ha abierto la frontera, hasta ahora sus responsables han hablado mucho pero no han actuado", dice el director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, Rami Abderrahmán.
Sus declaraciones contradicen lo afirmado este sábado (06.02.2016) por el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu, quien aseguró desde Ámsterdam que su país mantiene su política de "fronteras abiertas para estas personas que huyen de la agresión del régimen sirio, así como de los ataques aéreos de Rusia". El responsable turco precisó que Turquía ha recibido a 5.000 desplazados y que "otros 50.000 o 55.000 están de camino".
Difícil acceso, poca seguridad
Según datos de la ONU, unas 20.000 personas se concentran en el paso de Bab al Salama, después de escapar de sus hogares por las últimas operaciones militares en el norte de Alepo. Aparte de estos desplazados, la violencia ha ocasionado la huida de entre 5.000 y 10.000 personas a la población de Azaz y de otras 10.000 a Afrín, ambas en Alepo. Una fuente de la red de noticias Afrín Ahora explica que los desplazados en este enclave kurdosirio del norte de Alepo y próximo a Bab al Salama se encuentran en el campamento de Rubar. "Hace dos días, las organizaciones humanitarias de Afrín lanzaron un llamamiento de ayuda para asistir a esas personas", relata la fuente, que agrega que se necesitan tiendas de campaña, mantas, ropa y leche para bebés.
Durante la jornada de hoy, se han erigido 42 nuevas tiendas de campaña para alojar a huidos en Afrín. La fuente añadió que el Partido de la Unión Democrática (PYD, por sus siglas en kurdo), que es la principal formación política kurdosiria y que gobierna en Afrín, y el opositor Consejo Provincial de Alepo, han acordado el traslado de los desplazados de Azaz a la vecina región de Idleb a través del enclave kurdosirio. Las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, por sus siglas en kurdo), brazo armado del PYD, se encargará de proteger la ruta, según informa el Observatorio. La seguridad es el principal impedimento para hacer llegar cualquier tipo de asistencia a las personas bloqueadas en la parte siria del paso de Bab al Salama.
El portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja en Siria, Pawel Krzysiek, dice que su organización, junto a la Media Luna Roja, también planea ofrecer "una respuesta humanitaria" en el norte de Alepo, aunque "el acceso es difícil". Las autoridades turcas, por su parte, anunciaron hoy que se preparan para establecer en el lado sirio de la frontera un campamento con capacidad para unas 30.000 personas.
MS (efe/dpa)
El negocio con los refugiados (29.10.2015)
Miles de refugiados atraviesan Serbia rumbo a los países occidentales de Europa. Para los comerciantes en las proximidades de los campamentos representan un negocio lucrativo. Diego Cupolo reporta desde los Balcanes.
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Conductor de autobús o coyote?
En los Balcanes, el negocio del transporte crece vertiginosamente. En la entrada del campamento de refugiados en Presevo (Serbia), el albanés Liridon Bizazli ofrece un servicio de transporte en autobús a Croacia por 35 euros. Como mesero solo gana unos ocho euros al día. Con la venta de boletos de autobús entre 50 a 70 euros.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos se ayudan
Pese a la ganancia que genera su negocio, Bizazli no está orgulloso de él. Asegura que a veces también transporta gratuitamente a familias con niños que no tienen dinero para pagar el pasaje. “Yo también fui un refugiado”, cuenta. “Los viajes en autobús deberían ser gratuitos. Europa da dinero a Serbia para que ayude a los refugiados, pero el Gobierno no hace nada.”
Imagen: DW/D. Cupolo
Demanda y oferta
Cada día, entre 8.000 a 10.000 refugiados arriban a Presevo. Debido a la creciente demanda, los negocios en la región han extendido sus horarios de apertura. A las tiendas de alimentos y cocinas rápidas no les faltan clientes. Los precios se han duplicado, en algunos casos hasta triplicado. “En ningún otro lugar en Serbia he visto una hamburguesa tan cara como aquí”, dice Bizazli.
Imagen: DW/D. Cupolo
Desde tarjetas SIM hasta carretillas
Aparte de comida, lo primero que los refugiados buscan en un nuevo país son tarjetas SIM para poder comunicarse con sus familias y amigos. Por ello, cerca de los campamentos de refugiados, muchos habitantes venden tarjetas telefónicas prepagadas. Pero también ofrecen otros objetos útiles, como esta carretilla para transportar a las personas débiles, como esta mujer kurda de Siria.
Imagen: DW/D. Cupolo
Vendedor de zapatos
Pese a la inminente llegada del invierno y el aumento de las lluvias, muchos refugiados continúan su camino descalzos. Stefan Cordez, coordinador para el sur de Serbia de Médicos Sin Fronteras, explica que por ello muchos sufren infecciones de la piel y se lastiman los pies. Bajo estas condiciones, la venta de calzado y calcetines es un negocio lucrativo.
Imagen: DW/D. Cupolo
Documentos de segunda mano
Los países a lo largo de la Ruta de los Balcanes deben registrar a todas las personas nuevas que arriban. Frente a algunos campamentos de refugiados las filas son kilométricas. La voluntaria Daniela Gabriel, de Presevo, cuenta que algunos conductores de autobuses recogen los documentos de las personas que han transportado a Croacia para vendérselos a las personas que no quieren hacer fila.
Imagen: DW/D. Cupolo
Falsas informaciones
En tanto, algunos taxistas y choferes de autobuses llevan a los refugiados que han pagado pasaje hasta Croacia a ciudades serbias, donde sus documentos son tramitados en oficinas de registro inexistentes, prosigue Gabriela. A fin de evitar que los refugiados sean víctimas de falsas indicaciones, reparte información al respecto en el campamento.
Imagen: DW/D. Cupolo
Robo en las autopistas
Otros ayudantes, que prefieren permanecer en el anonimato, cuentan que han sido amenazados de muerte por advertir a los refugiados de taxistas peligrosos. Alexander Travelle, voluntario de Presevo, relata que una familia fue asaltada con arma de fuego, después de haber pagado 80 euros por persona para ser transportada a Croacia.
Imagen: DW/D. Cupolo
Todos reciben su pedazo del pastel
Bizazli admite que paga cien euros de "mordida" o coima a la semana a la Policía local para poder vender sus boletos de autobús enfrente del campamento de refugiados en Presevo. “Simplemente les das lo que piden y te dejan en paz”, dice. También otros ayudantes saben de taxistas que sobornan a los agentes policiales.
Imagen: DW/D. Cupolo
Precios exagerados
Con la caída de las temperaturas, cada vez más hoteles ofrecen hospedaje a los refugiados. Sin embargo, aquellos que no pueden pagar los precios exagerados de las habitaciones son rechazados.