Miles de venezolanos se apuran para entrar en Perú
15 de junio de 2019
A pocas horas de que entre en vigor la exigencia de una visa humanitaria, las llegadas a raíz de la crisis en Venezuela se han multiplicado.
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Miles de venezolanos pugnan por ingresar a Perú por la frontera norte con Ecuador, a pocas horas de que entre en vigor la exigencia de una visa humanitaria, informaron este viernes (14.06.2019) a Efe fuentes de la Superintendencia Nacional de Migraciones.
Según detallaron, hasta las 11.00 hora local (16.00 GMT) de este viernes entraron a Perú, por el Centro Binacional de Atención Fronteriza (Cebaf) de Tumbes, 2.000 ciudadanos venezolanos entre niños, jóvenes, adultos y ancianos, mientras que durante el jueves la cifra superó los 5.000 ingresos.
El presidente de Perú, Martín Vizcarra, anunció el jueves pasado que, desde las 00 horas del 15 de junio, se exigirá pasaporte y visado a los venezolanos que quieran ingresar al país. El anuncio lo realizó tras participar en la tercera deportación de ciudadanos venezolanos que habían ingresado al país con documentos falsos u ocultando sus antecedentes delictivos.
Desde entonces, la cifra de ingresos de venezolanos por día al Perú se elevó de los 1.300 en promedio a 2.500 el sábado 8 de junio, hasta alcanzar los 5.400 el miércoles 12.
Ante la alta demanda de atención, la oficina de Migraciones informó que se han habilitado más de 30 módulos de control migratorio en el Cebaf de Tumbes.
Para acceder a una visa humanitaria, los ciudadanos venezolanos deberán presentar su pasaporte en los consulados peruanos de Caracas y Puerto Ordaz, en Venezuela; de Bogotá, Medellín y Leticia, en Colombia; o en Cuenca, Guayaquil, Quito, Machala y Loja, en Ecuador. No obstante, el Gobierno de Perú ha dispuesto que, en el caso de los niños menores de 9 años, la visa humanitaria podrá ser gestionada con la partida de nacimiento.
En tanto, en el caso de los ciudadanos venezolanos mayores de edad, la solicitud consular podrá ser presentada solo con su cédula de identidad, sin exigencia de pasaporte, siempre y cuando sea para reunirse con su núcleo familiar residente en Perú o si es que demuestran encontrarse en extrema vulnerabilidad.
Esta condición también será admitida en el caso de las mujeres embarazadas y de los adultos mayores de 60 años en extrema vulnerabilidad. Por su parte, los menores de edad que ingresen para reunirse con sus padres solo necesitarán su partida de nacimiento.
Lima intenta reducir el flujo de llegadas venezolanas
Perú entregó hasta el año pasado a los venezolanos el Permiso Temporal de Permanencia (PTP), un documento especial que permitía a los inmigrantes de ese país trabajar o estudiar en Perú. El beneficio se restringía solo a aquellos ciudadanos que ingresasen a Perú hasta el 31 de octubre pasado, por lo que ese día se registró el récord de ingresos de venezolanos al país, al alcanzar las 6.708 entradas.
En agosto pasado el Gobierno peruano también buscó reducir el flujo de ingreso de venezolanos al país al exigir pasaporte a todos los venezolanos que quisiesen ingresar al país, aunque con excepciones para mujeres embarazadas, niños, ancianos y enfermos, mientras que el resto podía solicitar asilo a través del Ministerio de Relaciones Exteriores.
Colombia es el país que más venezolanos acoge
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Estas medidas permitieron bajar el flujo de ingreso de venezolanos a Perú a 1.300 diarios después de que a mitad del año pasado se alcanzasen picos de más de 5.000 personas por el paso fronterizo con Ecuador.
Alrededor de 3,4 millones de venezolanos han abandonado su país en los últimos tres años por la crisis política, económica y humanitaria, según la ONU. La mayoría se dirigió a Colombia, donde hay más de un millón, y a Perú, donde hay cerca de 800.000 venezolanos.
eal (efe, elcomercio.pe)
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Naturaleza amenazada en Venezuela
Ante la magnitud de la crisis humanitaria que vive Venezuela, los efectos sobre la biodiversidad han sido invisibilizados o ignorados. Científicos alertan sobre el daño a la flora y fauna del país.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Antiguo reducto de biodiversidad
Venezuela posee una rica diversidad que hoy está amenazada de diferentes formas. La crisis económica del país ha intensificado la presión sobre los recursos naturales, con riesgo para los hábitats, las especies de flora y fauna y, a la larga, también para el ser humano.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Delfines perseguidos
La necesidad ha llevado a los venezolanos a buscar nuevas fuentes de ingreso y alimento. Aunque su captura y consumo están prohibidos, el delfín es cazado para la venta y consumo. También el que se enreda en las mallas de pesca es aprovechado. En el lago Maracaibo se registran cada vez más muertes de la especie Sotalia guianensis, uno de los delfines más pequeños del mundo.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Víctima de las redes
Esta tonina fue hallada flotando en el lago de Maracaibo sin su aleta caudal, la que fue removida con un cuchillo. Los biólogos que la encontraron presumen que el animal se enredó en una red y, al no poder aprovecharlo, cortaron su cola para liberarlo. Como este ejemplar, muchos caen en las mallas que los pescadores que, con la crisis, intensifican sus tareas.
Imagen: María Puerto
Los últimos manatíes
El manatí está en la Lista Roja de la IUCN como especie severamente amenazada. Ha sido cazado por largo tiempo y su captura se ha intensificado en los últimos años, a medida que la crisis se ha vuelto más severa. Los lugareños recurren a su carne como fuente proteica y para la venta.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
El mercado de las mascotas
Las nutrias, como la neotropical (foto), son muy codiciadas como mascotas. La venta de uno de estos animalitos puede reportar fácilmente el equivalente a un sueldo. La nutria gigante o perro de agua está calificado en peligro de extinción por la IUCN. Diferentes especies de aves silvestres también son cazadas y traficadas en el mercado ilegal.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Falta de control y vigilancia
Bajos recursos, falta de medios, escasez de personal. Los parques y reservas no son vigilados y protegidos como corresponde, según relatan investigadores. En sus salidas a terreno comprueban la impunidad con que se comenten delitos ambientales.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Investigación restringida
La falta de recursos afecta también a proyectos de estudio. Muchos científicos han abandonado el país y los que quedan no cuentan con medios para salir a terreno o realizar sus investigaciones. Los datos sobre el estado de conservación de la fauna y flora venezolana están desactualizados o incompletos. Así también es difícil promover planes de protección.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Pobreza y sobreexplotación
“La presión económica se exacerba en las zonas costeras de Venezuela, que son muy deprimidas, sobreexplotadas y viven de la pesca. El pescado se vende muy barato y muchas veces tampoco quieren consumirlo, buscan otra fuente proteica”, dice la bióloga Yurasi Briceño, del programa de Ecología del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, IVIC.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Urge proteger a las especies
Existen 24 especies de delfines y ballenas en Venezuela, y en todo el país actualmente sólo hay seis personas trabajando en ellas, de las cuales dos no tienen financiamiento para ir al campo, dice Yurasi Briceño: “Esto es extremadamente peligroso para la biodiversidad. Necesitamos con urgencia datos oficiales para hacer un informe para proteger estas especies. Mientras tanto, la cacería continúa”.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Especies vulnerables
Un amplio espectro de especies están amenazados por la caza, el tráfico, la contaminación o la reducción de sus hábitats. El caimán del Orinoco está catalogado en peligro crítico, de acuerdo con la lista roja de la IUCN.
Imagen: Federico Mosquera Guerra/Fundación Omacha
Derrames petroleros
“En el lago de Maracaibo, área de extracción petrolera desde 1920, en los últimos 10 años no se ha vuelto a hacer revisión a las miles de torres petroleras. Durante todas mis salidas en embarcación, desde el 2015, siempre he encontrado derrames petroleros. Son diarios, constantes y algunos de magnitudes muy significativas”, denuncia la bióloga Yurasi Briceño. Para muestra, esta foto.
Imagen: Olga Herrera
Minería y contaminación
Preocupan también las descargas en el medio ambiente de contaminantes de la minería, como el mercurio. “El drama es que es un enemigo invisible, los síntomas aparecen después de años de acumularlo y puede producir enfermedades graves. Es urgente evaluar las concentraciones de mercurio en Venezuela”, afirma Fernando Trujillo, biólogo y director científico de Fundación Omacha.
Imagen: Fernando Trujillo/Fundación Omacha
Optimismo ante todo
Los investigadores en Venezuela se las arreglan con los medios que tienen y hacen su mayor esfuerzo por evitar o disminuir en parte la tragedia. “Si no tenemos aceite para salir en la lancha o es peligroso, hacemos campañas educativas para que los pescadores conozcan la fauna y las leyes, y sepan cómo puede repercutir la cacería de estos animales”, dice la bióloga Yurasi Briceño.