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Militares: ¿Aún el fácil garrote de los políticos?

José Ospina-Valencia
5 de junio de 2018

La instrumentalización de las Fuerzas Militares ha conducido a dictaduras que han dejado una estela de muertos, torturados y desaparecidos.No todos los países han aprendido la lección, pero el caso argentino es ejemplar.

Argentinien 2010 Militärparade in Buenos Aires
Imagen: picture-alliance/dpa/S. Rios

El presidente argentino, Mauricio Macri, llamó el 29 de mayo pasado a los militares a prestar apoyo logístico a las fuerzas de seguridad para "cuidar a los argentinos". Una iniciativa que ha prendido las alarmas de víctimas y militares que rechazan su "instrumentalización”.

En la vecina Brasil, el presidente había ordenado días antes el uso de los soldados para "controlar el caos generado por los camioneros huelguistas”.

El uso de la fuerza militar en "aras de la seguridad  ciudadana” ha sido una constante en América Latina, pero tras las sangrientas dictaduras militares de derecha e izquierda y la desaparición de la Guerra Fría, así como de la Escuela de las Américas, dirigida por Estados Unidos, hay hoy más militares demócratas de lo que algunos creen. La actitud de los militares argentinos es un buen ejemplo. La misión de las Fuerzas Armadas en otros países no es siempre clara.

Argentina

¿Qué graves riesgos están corriendo los argentinos para que los soldados tengan que salir a las calles a "protegerlos”?  "En realidad se trata de una excusa para regresar a la doctrina de la Seguridad Nacional en donde el enemigo vuelve a ser las organizaciones políticas, sociales y culturales”, dice a DW la historiadora argentina Elsa María Bruzzone.

"El país necesita Fuerzas Armadas que se adapten a las amenazas del siglo XXI preparadas para enfrentar los desafíos", declaró Macri en el Día del Ejército, en Buenos Aires. Según él, esos nuevos retos son el narcotráfico, el terrorismo y los ataques tecnológicos. Desafíos para los que, según Bruzzone,”no se necesitan soldados sino inteligencia y tecnología”.

De acuerdo a la ley de Defensa Nacional, las Fuerzas Armadas no pueden intervenir en cuestiones de seguridad interior sino que deben abocarse únicamente a enfrentar agresiones de origen externo. Así que "un cambio de tareas no puede darse ni por decreto. Tendría que hacerlo una mayoría en el Congreso”, le habría recordado el mismo comandante de las Fuerzas Armadas de Argentina al presidente Macri en 2016, relata la profesora Bruzzone.

"La mayoría de los militares en Argentina no quiere dejar desviar sus tareas hacia la seguridad interior porque ellos saben cómo termina”,  precisa Elsa María Bruzzone,  del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA) y sentencia: "Los militares saben que en eventuales operaciones en el interior puede haber violaciones a los derechos humanos; saben que los van a volver a sentar al banquillo, en ese caso, y que los van a llevar a juicio, porque en Argentina los crímenes de lesa humanidad son ahora imprescriptibles”.

Guatemala

En este país centroamericano las tareas de las Fuerzas Armadas tienen otro cariz: Según el artículo 244 de la Constitución, el Ejército de Guatemala es una "institución destinada a mantener la integridad del territorio, la paz y la seguridad  interior y exterior”.  El Ejército allí ayuda en situaciones de emergencia o calamidad pública, como lo ha hecho tras la erupción del Volcán del Fuego.

El Ejército de Guatemala empero, es acusado de haber jugado un papel clave en la intervención de la CIA estadounidense en los asuntos internos del país a lo largo de las décadas de 1950 a 1990. 

México

Las Fuerzas Armadas de México operan en la lucha contra el narcotráfico y el auxilio a la población civil ante desastres naturales, cumpliendo así con su misión constitucional que prevé también la garantía de la seguridad  interior.

El Instituto de Heidelberg para la Investigación de Conflictos Internacionales ha evaluado el caso mexicano como una "guerra doméstica”. El Ejército mexicano está asumiendo más y más responsabilidades policiales, involucrándose también en abusos contra los derechos humanos.

Venezuela

El caso de Venezuela es singular: por un lado Hugo Chávez instauró el Socialismo del Siglo XXI siendo militar y contando con el respaldo de  las Fuerzas Armadas, por el otro, partes de la oposición piden a los militares que "derroquen” a su sucesor Nicolás Maduro.

La misión del Ejército Nacional de Venezuela es difusa y da para interpretaciones: "La Armada Nacional procura la defensa integral de la nación”, rezan sus estatutos. ¿Pero quién define el término "integral” en una dictadura?

Regresando a Argentina, la historiadora Elsa María Bruzzone, concluye que "tras la repetida instrumentalización de los militares en su país, por parte de diversas corrientes políticas, lo que hay hoy es una nueva generación de militares educados en democracia que han aprendido una lección vital: no caer en las tentaciones de algunos políticos”.

José Ospina-Valencia (er)

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