DEUTSCHE WELLE: ¿Cuál es su objeto de estudio en una catástrofe?

Wolf Dombrowsky: Yo investigo cómo se comportan las personas antes, durante y después de una catástrofe. Mi interés es saber cómo viven las personas una tragedia y cómo las superan, pero también qué aprenden de ello. Y si no aprenden la lección, cuáles razones hay.

¿Y qué ha aprendido usted mismo?

Que no hay catástrofes naturales, sino que es el Hombre el que en su manejo de la naturaleza comete graves errores. Que la planeación no es, a menudo, la óptima. Que la gente no toma en serio las experiencias pasadas. Y que nosotros no estamos preparados, lo suficientemente, para enfrentar una tragedia personal.

Por estos días tenemos el caso de los 33 mineros atrapados en Chile. En Alemania también han sucedido accidentes de este tipo. ¿Ve usted algunas similitudes?

El mayor problema de los atrapados en una mina que las víctimas tienen que satisfacer sus necesidades vitales. Primero: ¿Tienen suficientes líquidos para beber? Segundo: el contacto. ¿Están seguras las víctimas de que se los busca? ¿Qué pasa con los familiares? ¿Han perdido acaso la esperanza de encontrarlos (con vida)? ¿Están seguros los implicados de que se está haciendo todo por rescatar a las víctimas? Tercero: ¿Cómo sobrevivir atrapado? El gran problema como víctima es que se pierde la noción del tiempo, por lo que se necesitan estrategias para darle una estructura que permita ordenar la vida limitada en el aislamiento o la oscuridad. Quien no consiga pensar, pierde el control de la situación, lo que puede ser fatal.

¿Están las minas dotadas de espacios que permitan la sobrevivencia a un desplome fortuito?

Sí. Esos refugios de protección están, generalmente, dotados de alimentos y materiales destinados para una emergencia. Allí, normalmente, debe haber medios de comunicación. Lo que me extraña del caso de la mina chilena es que el refugio no parece haber dispuesto de teléfono de emergencia. La sobrevivencia depende además del estado físico y psíquico de los atrapados, como del nivel educativo.

Se estima que el rescate de los mineros chilenos duraría entre 3 y 4 meses. ¿Cómo se puede estructurar la vida en la oscuridad de un socavón tanto tiempo sin morir antes de ser rescatado?

Para llenar el tiempo, los afectados pueden, por ejemplo, contar hasta cierto número y, llegado a éste, hacer un ejercicio físico. Los atrapados deben estar seguros de que lo hagan tiene como meta permanecer con vida. En el caso chileno actual, será más factible que las víctimas sobrevivan, así demore 4 meses.

¿Qué le da esa la certeza?

El mero hecho de haber logrado comunicarse levanta el ánimo para sobrevivir. Además afuera debe haber psicólogos que les ayudarán a manejar la situación en las profundidades.

¿Qué es lo peor cuando uno queda atrapado?

Cuando no se sabe si es buscado o de si aún es posible ser rescatado. Las víctimas pierden paulatinamente el control psíquico de la situación. En Alemania se tiene la experiencia en octubre de 1963 de los mineros de Lengede, (de 129 que estaban en la mina en el momento de una explosión, 29 murieron y 11 quedaron atrapados. Estos 11 lograron sobrevivir porque supieron que aún los buscaban).

¿Qué pasa cuando el grupo no se pone de acuerdo en las estrategias a seguir?

Todo lo que reduzca la tensión social, aumenta las oportunidades de sobrevivir. Desunión y falta de claridad son cargas adicionales graves. Generalmente, los individuos relegan los problemas personales en aras del objetivo común de salir con vida.

¿Hay avances en el estudio de estregias de sobrevivencia?

Definitivamente. Hay una cantidad de experiencias estudiadas en accidentes marítimos, aéreos o en cautiverio y secuestro en el que las víctimas se inventan todo tipo de tareas: calendarios, preguntas y respuestas mutuas, solución de tareas matemáticas individuales, invento de historias. Otros crean fantasías gastronómicas y hasta sexuales. Todo lo que sea bueno, se lo proponen muchas víctimas que prometen hacerlo si salen vivos del problema. Estas son maneras positivas de elevar el ánimo de vivir.

¿Qué mensaje le enviaría usted a las personas atrapadas como estrategia para sobrevivir?

Yo les propondría realizar el siguiente ejercicio: asumir el rol de sentirse parte de un experimento y describir todo lo que viven. Hechos y sensaciones que podrían sistematizar, como si pueden o no dormir, qué sueñan, cómo funciona mi cuerpo, cuáles y cómo absolver las tareas fisiológicas. Con todo esto se puede tejer una historia e imaginarse que se está en una cápsula que viaja a través del tiempo en la cual los tripulantes tienen que solucionar todos los problemas posibles para sobrevivir. Un ejercicio así dejaría valiosas lecciones para futuros accidentes. La verdad es que ahora me gustaría estar en Chile para ayudar con mi experiencia a que los atrapados sobrevivan.

Autor: José Ospina-Valencia

Editora: Emilia Rojas