Joschka Fischer, el ministro de Exteriores verde, una de las figuras más populares y carismáticas de la política alemana, cedió las riendas de la diplomacia germana al socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier, que fue ministro de la Cancillería con Gerhard Schröder y asumió el cargo prometiendo continuidad, sobre todo en materia de seguridad.

Fischer confesó que se sentía "melancólico" al abandonar un cargo del que disfrutó "cada hora, cada minuto" durante siete años.

Su sucesor reconoció que con Fischer había "mejorado la consideración que se tiene a Alemania en el extranjero y dentro nos hemos vuelto algo más seguros de nosotros mismos y más abiertos".

En el Ministerio, dijo Steinmeier, se seguirá trabajando por "una cultura de política exterior" basada también en el respeto al medio ambiente y la ayuda al desarrollo.

Finanzas, Economía y Defensa

En el Ministerio de Finanzas, el socialdemócrata Hans Eichel pasó el mando a su compañero de partido, Peer Steinbrück, quien ha reiterado que el próximo presupuesto no podrá tener inversiones que superen el déficit, como pide la Constitución alemana.

En el Ministerio de Economía, el socialdemócrata Wolgang Clement pasó el relevo al Michael Glos, de la Unión Cristianosocial de Baviera, presentando su Ministerio como "el motor de las reformas".

El ministerio de Economía no será como en la anterior legislatura responsable también de Trabajo, pues de eso se encarga Franz Müntefering, que será vicecanciller socialdemócrata en el Gobierno de coalición dirigido por la cristianodemócrata Angela Merkel.

Glos se declaró consciente de que su Ministerio "tiene un papel clave en el esfuerzo por adecuar la economía a la globalización".

En el Ministerio de Defensa, el nuevo titular, el cristianodemócrata Franz Josef Jung, fue recibido con honores militares y su predecesor será despedido al atardecer con una retreta de honor con desfile de antorchas que será la ceremonia más vistosa de este traspaso de poder.