Durante el discurso inaugural de la feria agroalimentaria 'Semana Verde' en Berlín Seehofer subrayó que con ello no pretende poner en desventaja a la agricultura ecológica frente a la convencional.

'Apoyamos ambas cosas', dijo el político cristiano-social bávaro, quien ya hace unas semanas había provocado reacciones airadas de los granjeros que siguen este tipo de agricultura y del partido de Los Verdes, los principales impulsores de este concepto y ahora en oposición.

Ecología víctima del ahorro

El objetivo de la anterior ministra de Agricultura, la verde Renate Künast, había sido justamente el contrario, potenciar el cultivo y la ganadería 'bio', para lo que se habían creado una serie de incentivos financieros.

Seehofer, oriundo de Baviera, el estado federado con el grupo de presión campesino más potente, defendió la decisión con la política de ahorro del gobierno y subrayó que es necesario repartir justamente las cargas que ello conlleva.

Se prevé que el ministerio de Agricultura ahorre este año 200 millones de euros como parte del programa de austeridad que se ha impuesto el gobierno de la canciller Angela Merkel.

Durante el discurso inaugural Seehofer abordó también el controvertido tema de los cultivos transgénicos y llamó a la calma a los que temen una introducción paulatina de productos alimenticios transgénicos.

'Soy muy partidario de poner distintivos (a los productos transgénicos), pero poco partidario de decir al consumidor lo que tiene que hacer', señaló Seehofer

Tecnología genética desplazará a 'bio'

La comisaria europea de Agricultura, Mariann Fischer Boel, quien viajó a Berlín para asistir a esta feria, la mayor del sector en el mundo, recordó que la Comisión Europea planea elaborar unas directrices sobre el cultivo de plantas transgénicas.

Siguiendo la nueva línea del gobierno de Merkel y en contraposición a la del gobierno anterior de ser el alumno ejemplar en ecologismo cumpliendo sobremanera las normativas europeas, Seehofer anunció que en el futuro no habrá más reglamentos nacionales adicionales a los europeos.

La asociación de campesinos lo exige sobre todo en las granjas porcinas y para las gallinas ponedoras, donde la anterior ministra quería introducir unos reglamentos más severos de los que impone la Comisión Europea, lo que, a juicio de los granjeros va en detrimento de la competitividad.