La misión Cheops de la Agencia Espacial Europea (ESA) apunta a examinar con más precisión algunos exoplanetas conocidos. La intención es aprender más sobre su masa, densidad y quizá incluso sobre su atmósfera.
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Los aficionados a Star Trek lo tienen claro desde hace mucho tiempo: existen innumerables planetas en el universo. Pero eso se sabe realmente apenas desde la década de 1990.
Desde entonces se han descubierto miles de exoplanetas, es decir, planetas fuera de nuestro sistema solar. No sabemos, sin embargo, de qué están constituidos, ni si tienen una atmósfera o si hay vida en ellos.
Por eso, la agencia espacial europea se propone examinarlos más atentamente con la misión Cheops (siglas en inglés de Satélite Caracterizador de Exoplanetas).
Lo que revela la luz de las estrellas
"Cheops es una misión pequeña en cuanto a su magnitud, sus costos y al tiempo que requiere para su desarrollo”, indica su coordinadora científica, Kate Isaak. "La misión habrá de medir las dimensiones de planetas que giran en torno a soles cercanos”, explica.
Y eso funciona así: si en el curso de su órbita un planeta pasa delante de una estrella, la luz de esta se atenúa momentáneamente. Se produce una especie de pequeño eclipse, que Cheops puede registrar. Del grado de atenuación de la luz se puede deducir el tamaño del planeta. Por otra parte, si el mismo planeta se encuentra detrás de la estrella, reflejará su luz, y el satélite también puede captarlo. Esa reflexión lumínica da indicios, por ejemplo, acerca de si posee una atmósfera.
"Medimos especialmente el tamaño de planetas pequeños que ya conocemos”, dice Isaak. Y agrega que "al combinar el tamaño del planeta y su masa -algo que podemos medir con los telescopios en la Tierra- averiguamos mucho sobre sobre su composición y su evolución”.
Tres años durará la misión. Existe la posibilidad de identificar al menos algunos planetas en los que sería imaginable que pudiera haber vida. "Lo que buscamos son los mejores candidatos para futuras investigaciones mediante satélites, como el telescopio espacial James Webb, o a través de observatorios como el ESO, en Sudamérica. Desde allí podríamos estudiar las atmósferas de estos candidatos y buscar moléculas que son características de la presencia de vida”, explica la científica.
Abaratando costos
La Agencia Espacial Europea persigue también otro objetivo. Se pretende lograr que los satélites de investigación se vuelvan más baratos. Richard Southworth, encargado de la navegación del satélite Cheops, explica: "Hemos tratado de que la sonda fuera relativamente simple y, sobre todo, de utilizar partes que ya habían sido usadas en otras misiones. Esos componentes no son ya tan caros y resultan fiables, porque ya fueron probados”.
La ESA intenta ahorrar también lanzando al espacio Cheops junto con otro satélite, en este caso, uno italiano, mediante un cohete Sojus. Además, los científicos del proyecto solo usarán el satélite el 80 por ciento del tiempo. El resto podrá ser arrendado para efectuar otras investigaciones.
Cheops fue puesto en órbita este 18 de diciembre. Las investigaciones propiamente dichas comenzarán tras una fase de prueba de varios meses. "Está planeada una operación de tres años y medio”, indica Southworth, añadiendo que, sin embargo, "el diseño del satélite debe garantizar que podamos volar también cinco años, si hay dinero e interés”.
(ers/cp)
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Planetas similares a la Tierra (2015)
La NASA, con su sonda espacial Kepler, descubrío nuevos planetas similares a la Tierra y, al mismo tiempo, la Agencia Espacial Europea (ESA) nos brinda nuevas y fascinantes imágenes gracias al telescopio Hubble. (2015)
Imagen: picture-alliance/AP/NASA
¿Una segunda Tierra?
El exoplaneta Kepler-186f está a 500 años luz de nuestra Tierra y gira alrededor del Kepler Enado Rojo-186, un sol que posee solo un cuatro por ciento de la energía de nuestro sol. Kepler 186f gira alrededor del Sol a una distancia de este que permitiría, teóricamente, que allí hubiera vida. El agua no se congela sobre su superficie, pero si hay agua allí es aún incierto.
Lamentablemente no hay fotos del exoplaneta. Los científicos usan modelos como este para representar a Kepler.186f. De Kepler.438b, recién descubierto, ni siquiera hay gráficos, a pesar de que está a sólo 470 años luz. El Kepler-438b gira alrededor de la órbita de una estrella similar al Sol y algo más grande que la Tierra.
Imagen: picture-alliance/dpa
Sonda busca planeta
La sonda espacial Kepler se lanzó en 2009 a la búsqueda de planetas similares que, se supone, están en una zona que registra temperaturas que, al menos en teoría, permitirían que surgiera vida en ellos. Además de las temperaturas, deben tener una superficie en las que las aleaciones de silicato y metales sean sólidas, lo que los diferencia de los planetas cuya superficie está formada por gases.
Imagen: NASA Ames/JPL-Caltech/T Pyle
Océanos gigantes
Esta imagen del Kepler-62e muestra un planeta que, evidentemente, está cubierto por un océano. Es probable que todos los planetas similares a la Tierra lo estén. El de la foto se halla en la constelación Lyra, a 1.200 años luz de la Tierra.
Imagen: NASA Ames/JPL-Caltech
Los hermanos Kepler
El radio de Kepler-62f es cerca de 1,4 veces más grande que el de la Tierra, y algo mayor que el de su hermano, el Kepler 62-e. También podría ser adecuado para la vida, y los investigadores creen que es posible que su superficie contenga piedras y agua.
Imagen: NASA Ames/JPL-Caltech
Alrededor de dos soles
Kepler 16b no es, aparentemente, habitable en absoluto. Una lástima, ya que allí sus habitantes podrían ver dos salidas y dos puestas de sol todos los días. Pero su superficie está cubierta de gases, rocas y hielo.
Imagen: imago/UPI Photo
Imágenes fascinantes del telescopio Hubble
En la Nebulosa del Águila se pueden ver planetas que están a 7.000 años luz de la Tierra. La imagen fue tomada por el telescopio Hubble, que operan la ESA y la NASA en conjunto. Dentro de la nebulosa se hallan incontables estrellas y sistemas solares.
Imagen: NASA, ESA/Hubble and the Hubble Heritage Team
Se hizo la luz
Así se ven los pilares de la creación: más nebulosas, pero también más color. El polvo estelar y el gas son quebrados por la luz que emiten las estrellas recién nacidas. La nuevas fotos del Hubble permiten observar modificaciones en las constelaciones a lo largo de un período de tiempo más largo.
Imagen: NASA, ESA/Hubble and the Hubble Heritage Team
Oculto en la constelación del Carro
Esta galaxia, llamada NGC 4102 es del tipo Liner, es decir, que emiten, como un tercio de las galaxias, una baja cantidad de rayos iónicos. En el centro hay una región en la que, aparentemente, nacen nuevas estrellas. El centro de esta constelación es un disco con un radio de 1.000 años luz, y nadie sabe hasta ahora qué sucede sobre su superficie.
Imagen: ESA/Hubble, NASA and S. Smartt (Queen's University Belfast)
Misterios de la Vía Láctea
La nebulosa Messier 92, que pertenece a la constelación de Hércules y está en la Vía Láctea, se puede reconocer a simple vista en el claro cielo nocturno. Se trata de una nebulosa que contiene unas 330.000 estrellas. La mayoría de ellas está formada por hidrógeno y helio, y no contienen elementos pesados, como los metales.
Imagen: ESA/Hubble & NASA/Gilles Chapdelaine
La mejor imagen de Andrómeda
Esta foto de la galaxia Andrómeda tiene, en el original, 1.500 millones de pixeles. Es la imagen más detallada que jamás se tomó de una galaxia. El telescopio Hubble logró detectar en ella 100 millones de estrellas y miles de conglomerados de planetas. Los dos extremos de la imagen están separados por 40.000 años luz.
Imagen: NASA, ESA, J. Dalcanton (University of Washington, USA), B. F. Williams (University of Washington, USA), L. C. Johnson (University of Washington, USA), the PHAT team, and R. Gendler