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Rumbo a Júpiter

John Blau/ Cristina Papaleo4 de mayo de 2012

La Agencia Espacial Europea está preparando una misión para explorar Júpiter y sus lunas. JUICE será lanzada en 2022 a la búsqueda de agua que quizás contenga vida.

Imagen: NASA

Europa está organizando una misión a Júpiter y a sus lunas heladas que costará un billón de euros, avanzando con un ambicioso plan que EE. UU. consideró demasiado costoso. Después de haber pasado más de ocho años estudiando el tema, la Agencia Espacial Europa (ESA) dio luz verde al programa espacial destinado a explorar al gigantesco planeta gaseoso y a sus satélites para investigar si hay océanos que quizás contengan vida.

La misión, llamada Jupiter Icy Moon Explorer (JUICE), es la próxima prueba espacial de gran magnitud de la ESA y forma parte de su programa Cosmic Vision, que se extenderá desde el 2015 hasta el 2025.

La NASA descartó el proyecto

La sonda espacial pesa poco menos de cinco toneladas y será una de las más pesadas que se hayan enviado a otros planetas. Y también será la primera impulsada por energía solar que viaja a Júpiter. Contará con paneles solares masivos capaces de capturar una gran cantidad de rayos solares para mantener los instrumentos en funcionamiento.

La NASA descartó el proyecto por ser demasiado caro.Imagen: picture-alliance/ dpa/dpaweb

JUICE dejó atrás a dos otros proyectos de la ESA porque se supone que será menos costoso y tendrá menos problemas técnicos. Los proyectos que no se realizaron son el Observatorio Gravitacional Espacial y un telescopio de rayos X llamado ATHENA.

La nave fue diseñada originalmente para volar en tándem con un módulo orbital de la NASA que iba a salir en misión de exploración a Europa, la luna jupiteriana. Sin embargo, la NASA abandonó esos planes luego de que un estudio planetario independiente advirtiera sobre los altos costos del proyecto.

Si todo marcha de acuerdo con lo planeado, JUICE partirá en un cohete espacial del tipo Ariane 5 en el año 2022, arribando a Júpiter en el 2030. Pasará al menos tres años investigando el territorio de Júpiter y sus diversas lunas galileanas: Ío, la volcánica; Europa, la helada, y las superficies rocosas y congeladas de Ganímedes y Calisto. Observará continuamente la atmósfera de Júpiter y su magnetosfera, así como la interacción de los satélites galileanos con el planeta gigante.

“Júpiter es el arquetipo de los gigantes en el sistema solar y de muchos otros enormes planetas de otras galaxias”, explica Álvaro Giménez Canete, director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA. “JUICE nos permitirá comprender mejor cómo se forman los gigantes de gas y los planetas que recorren sus órbitas, así como sus posibilidades de albergar vida”, dijo Giménez Canete. La nave visitará en primer lugar la superficie de Calisto, y luego la de Europa, antes de marchar camino a Ganímedes, su objetivo principal.

Mundos acuáticos

Se estima que en Ganímedes, la luna más grande del sistema solar, hay un profundo océano de agua salada debajo de una densa capa de hielo. Y es la única luna del sistema solar de la que se sabe fehacientemente que posee un campo magnético propio que la protege contra el poderoso cinturón de radiación de Júpiter.

JUICE partirá a bordo del Ariane 5.Imagen: picture-alliance/dpa

Asimismo, se supone que Calisto y Europa también ocultan un océano de agua en estado líquido bajo su superficie congelada. “Estudiar esos mundos acuáticos es el próximo paso importante, después de Marte, en la búsqueda de condiciones propicias para la vida en nuestro sistema solar”, dijo Andrew Coates, profesor del University College de Londres y uno de los miembros del Equipo de Estudios Científicos de la ESA.

Hay cuatro condiciones necesarias para establecer si los satélites galileanos pueden albergar vida microbiana, señaló Emma Bunce, investigadora adjunta del equipo líder del programa JUICE y profesora del departamento de Física y Astronomía de la Universidad de Leicester, que participa del mismo. Las condiciones son las siguientes: agua, elementos químicos básicos, una fuente de energía y un medio ambiente estable a lo largo del tiempo”, explicó la experta a Deutsche Welle.

Además de investigar la potencial habitabilidad de las lunas, la misión podría proveer de valiosa información acerca de cómo interactúa Júpiter con las diferentes lunas y cuál es su papel en lo referente a un probable hallazgo de organismos vivos, dijo Emma Bunce. Y agregó que “también hay que tener en cuenta los descubrimientos casuales, aquellos que no es posible predecir, como, por ejemplo, las columnas de humo en Enceladus avistados por la sonda Cassini. Si se divisara algo similar en la luna Europa o donde sea, eso se convertiría de inmediato en una meta primordial dentro de los objetivos de nuestro programa”.

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