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Comercio justo y rentable

Enrique Gili (AR/EL)30 de junio de 2015

¿Puede el movimiento B corp luchar contra la destrucción del medio ambiente y del hambre, al mismo tiempo que ofrece beneficios económicos?

¿Pueden las empresas ser rentables y justas al mismo tiempo? Algunos productores de café avanzan a grandes pasos.
¿Pueden las empresas ser rentables y justas al mismo tiempo? Algunos productores de café avanzan a grandes pasos.Imagen: imago/Westend61

Los consumidores occidentales nos beneficiamos de una cadena de suministro, que se extiende hasta los confines más lejanos de países en vías de desarrollo. De este modo, a nosotros nos llegan productos a bajo coste, procedentes de todos los rincones del planeta. Eso, no obstante, tiene un precio, que normalmente lo pagan el medio ambiente y los productores locales. Las “corporaciones beneficio” (del inglés, Benefit Corporation, B-corporation o B-corp), tratan de cambiar esta situación desarrollando economías transparentes y sostenibles.

El té, el café y el chocolate, son productos bastante baratos y cotidianos en los países industrializados. Sin embargo, los bajos costes de producción de estos bienes es desproporcional a su enorme impacto en el medio ambiente. Seguramente muchos de los consumidores actuarían de otro modo si conocieran el pasado oscuro de algunos de los productos que compran habitualmente.

En los países industrializados, el café es un producto cotidiano y barato para muchas personas. Sin embargo, su producción tiene un impacto enorme sobre el medio ambiente.Imagen: Juan Zacariás

Así, son destruidos diferentes hábitats sensibles, como las selvas tropicales o los humedales, para dar paso a los cultivos, al ganado o a los asentamientos humanos. Esto conduce a la deforestación, que fragmenta los hábitats de muchas especies y que representa alrededor del doce por ciento anual de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.

Muchos agricultores y productores de pequeña escala, en zonas tropicales, están siendo explotados por los intermediarios y se enfrentan con las fuerzas del mercado, que se escapan a su control. La paradoja es que algunos de los países más ricos en recursos naturales y biodiversidad son, al mismo tiempo, los países más pobres en términos económicos y menos desarrollados del mundo.

Un nuevo tipo de empresa

Un número creciente de empresarios con mayor conciencia social no quiere seguir aceptando este paradigma durante más tiempo. Esto ha llevado a la aparición de un nuevo tipo de empresa, conocida como “B corp”, que son empresas comprometidas con los problemas ambientales y sociales, y pretenden obtener rentabilidad al mismo tiempo.

Para garantizar que la etiqueta “B corp” signifique más que palabras con buenas intenciones, la organización sin ánimo de lucro B Lab ha establecido un proceso de certificación de la misma. Sólo aquellos que cumplen con estrictos criterios pueden conseguir el certificado “B corp”, del mismo modo que los edificios ecológicos que reciben el sello de aprobación del Consejo de Construcción Verde de los EE.UU., o los fabricantes de alimentos orgánicos que están certificados por el Departamento de Agricultura Estadounidense.

En junio de 2015, ya son más de 1.300 las empresas que han recibido el certificado de B Lab. Entre ellas, se incluyen compañías como Etsy y marcas conocidas como Patagonia y Ben & Jerry´s, así como microempresas, que emplean sólo a un puñado de personas. Hay empresas con el certificado “B corp” activas en 121 áreas, que venden productos y servicios a empresas y consumidores en 41 países de todo el mundo.

Los clientes quieren conocer "la historia detrás de los granos", es decir, cómo se han cultivado y por quién.Imagen: Fotolia/shirophoto

Mejores salarios, mejor café

Caravela Café, un proveedor de café ecológico, es una de esas empresas que está tratando de hacer el bien y negocio al mismo tiempo. La empresa situada en Bogotá, Colombia, ha encontrado un nicho para los granos de café de primera calidad entre los consumidores más exigentes. Alejandro Cadena, co-fundador de la empresa, explica que al principio "estaban buscando una manera de desmercantilizar el café y pagar de este modo un mejor precio a los productores de café”.

Caravela Café fue fundada hace quince años, cuando empezó a crecer el interés en el café de alta calidad. Mientras tanto, la empresa vende granos de café a tostadores seleccionados de todo el mundo. Cadena cuenta que los tostadores quieren conocer "la historia detrás de los granos", es decir, la historia sobre el cultivo del café y quienes lo trabajan.

Como consecuencia, y entre otras razones, los productores de café están mejor pagados, ya que suministran granos de mayor calidad. El resultado es una taza de café más sabrosa y justa, según Cadena. Para asegurarse de que se cumplen los altos estándares, el personal de Caravela está involucrado en todos los aspectos de la producción, desde el asesoramiento a los agricultores para cultivar mejor el café hasta el asesoramiento a los comerciantes de granos en ciudades como Londres o Sídney.

Con el fin de mantener buenas relaciones con los productores, la empresa cuenta con almacenes, que a menudo están a cargo de las familias de los pequeños agricultores, en regiones remotas de Colombia. "No somos colonizadores, sino parte de la comunidad", explica Cadena.

Se trata de “ser mejores para el planeta, no de ser los mejores del planeta”

La compañía de café forma parte de un creciente número de empresas de alimentación repartidas por Asia, América Latina y África que, o bien tienen el certificado “B Corp” o se adhieren a una filosofía similar. De este modo, persiguen una economía socialmente compatible, así como fortalecer sus vínculos con los pequeños agricultores.

Las empresas con certificado B-Corp persiguen economías socialmente aceptables, así como fortalecer sus vínculos con los pequeños agricultores.Imagen: AP

Muchas de estas empresas tienen su sede en lugares donde hay muchos gourmet, es decir, personas aficionadas a las comidas exquisitas, y su público son los consumidores acomodados. Estos clientes, a menudo, conocen el lado oscuro de la producción de alimentos, a través de los medios sociales, y esperan más que bajos precios de los comerciantes.

"En esencia, tratamos de redefinir lo que significa el éxito en los negocios", explica el también cofundador de B Lab, Bart Houlahan. Las empresas de este tipo "están compitiendo para ser mejores para el planeta, no sólo los mejores del planeta”, siendo el principal objetivo “conseguir empresas, que asuman el reto social y medio ambiental al que nos enfrentamos”.

¿Qué pensaría Adam Smith de todo esto?

Los escépticos rechazan este modelo de negocio y lo consideran ingenuo, ya que en parte se basa en el altruismo. Sin embargo, el concepto podría ser tan antiguo como la propia teoría económica moderna. El filósofo Adam Smith, cuyo libro "La Riqueza de las Naciones", fue el primero en describir muchos aspectos del actual sistema de libre mercado, también creía en la participación de los mercados para el bien común, no sólo de las élites.

En los mercados, ahora no sólo se discute de la riqueza privada, sino también del beneficio público y “es un área en la que compiten las empresas," explica Houlahan. "No sólo es lo correcto, sino también una mejor manera de hacer negocios."

Autor: Enrique Gili (AR/EL)

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