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PolíticaMoldavia

Moldavia: una historia movida y un presente frágil

25 de agosto de 2025

Con la pesada herencia histórica de una larga dominación rusa y soviética a cuestas, Moldavia busca desde 1991, como "segundo Estado rumano", su propio camino. Pero Rusia no quiere permitirlo.

Las banderas rojas, amarillas y azules de la República de Moldavia y las banderas de la región autónoma de Gagauzia ondean en el extremo derecho de la imagen. En el extremo izquierdo, se puede ver una estatua de Lenin.
En la República de Moldavia se enfrentan fuerzas proeuropeas y prorrusas.Imagen: Violeta Colesnic/DW

Desde el inicio de la invasión rusa a gran escala contra Ucrania en febrero de 2022, su pequeño vecino del sur, la República de Moldavia, aparece cada vez con más frecuencia en la cobertura mediática. En la primavera de 2022 parecía incluso que Rusia podría invadir pronto Moldavia. Con la ocupación de un país militarmente casi indefenso, Ucrania se habría visto envuelta en una guerra en dos frentes y Rusia se situaría en la frontera sudeste de la OTAN y de la Unión Europea (UE).

Por eso, desde entonces, políticos europeos —entre ellos también alemanes— prestan más atención que nunca a Moldavia. En junio de 2022 recibió, junto con Ucrania y como gesto de solidaridad de la UE, el estatus de país candidato a la adhesión. Varios Estados europeos, sobre todo Alemania, apoyan además militarmente a Moldavia. Con motivo del Día de la Independencia, el 27 de agosto, el canciller alemán Friedrich Merz, el presidente francés Emmanuel Macron y el primer ministro polaco Donald Tusk viajarán al país: un gesto histórico.

Sin embargo, para los no especialistas hay muchas cosas confusas: ¿Por qué el rumano es la lengua oficial en Moldavia? ¿De qué trata el conflicto en Transnistria? Aquí, las respuestas a las preguntas más importantes.

¿Cómo se convirtió Moldavia en un Estado independiente?

La mayor parte del territorio moldavo actual, entre los ríos Dniéster y Prut, perteneció históricamente al Principado de Moldavia, cuyo sector occidental se encuentra hoy en Rumania. El nombre histórico de la zona, Besarabia, procede de la dinastía medieval de los Basarab.

En 1812, Rusia anexó el territorio, que pasó a formar parte del Imperio ruso hasta 1917. A fines de ese año se proclamó una república moldava independiente de Rusia. Un año después, declaró su unión con Rumania. Como consecuencia del pacto Hitler-Stalin, Stalin volvió a anexionarse Besarabia en 1940 y, junto con partes de la entonces República Autónoma Soviética de Moldavia en la orilla oriental del Dniéster, la convirtió en una república soviética propia. Esta se declaró independiente el 27 de agosto de 1991, pocos días después del golpe de Moscú.

¿Qué grupos étnicos viven en Moldavia?

Los moldavos representan hoy alrededor de tres cuartas partes de los cerca de 2,9 millones de habitantes (incluido Transnistria). Hablan rumano en una variante dialectal que difiere del rumano estándar solo en aspectos fonéticos y algunos regionalismos, pero no en gramática o léxico. La mayor minoría nacional son los ucranianos, seguidos por gagauzos, rusos, búlgaros y romaníes; también hay una pequeña presencia de polacos y alemanes.

¿Hay discriminación hacia los rusohablantes?

Aunque no es lengua oficial, el ruso fue durante muchos años, tras la independencia de 1991, la lengua predominante en las ciudades y en algunas regiones del país, mientras que el rumano cargaba con el estigma de ser una lengua campesina o "de cocina".

No se ha producido ni se produce discriminación hacia los rusohablantes. Aunque se exige conocimiento de rumano para los funcionarios y algunos puestos del servicio público, no todos cumplen aún esa obligación. Sin embargo, el Estado moldavo renuncia a sancionar y ofrece cursos gratuitos de rumano.

Estatua de Lenin en la "capital" de Transnistria, Tiraspol.Imagen: Violeta Colesnic/DW

¿En qué consiste el conflicto de Transnistria?

Entre 1989 y 1991, en plena efervescencia de un movimiento nacional de renacimiento rumano en la República Socialista Soviética de Moldavia, surgieron luchas de poder en el Partido Comunista, entre reformistas que se sumaban al nuevo nacionalismo y sectores duros leales a Moscú. Estos últimos proclamaron, incluso antes de la independencia moldava, un régimen separatista en la franja de Transnistria, en la orilla oriental del Dniéster. Justificaron ese paso alegando una supuesta discriminación de los rusohablantes y el rechazo a una eventual reunificación con Rumania.

Cuando, en la primavera de 1992, el Ejército y las fuerzas de seguridad moldavas intentaron desmantelar a los separatistas, el Ejército ruso aún estacionado en Transnistria desde tiempos soviéticos intervino contra las autoridades legítimas. Así libró Rusia su primera guerra postsoviética contra un país independiente.

Tras el fin de los combates en el verano de 1992 y con un alto al fuego que sigue vigente, se consolidó en Transnistria un régimen de facto, no reconocido internacionalmente —ni siquiera por Rusia—, con rasgos dictatoriales. Es gestionado política y económicamente por antiguos y en parte aún activos oficiales de los servicios secretos rusos.

El largo brazo de Moscú

Durante décadas, el Kremlin utilizó las entregas de gas ruso y las prohibiciones arbitrarias de importar productos agrícolas moldavos como palanca para imponer políticas prorrusas en Moldavia. Hoy, eso ya no funciona, pues el país se ha desligado económicamente de Moscú.

En los últimos años, Rusia ha intensificado, en cambio, su guerra híbrida y propagandística a través de partidos y políticos prorrusos como Ilan Shor. El grado de eficacia de estas tácticas quedó patente en el muy ajustado referéndum sobre la UE en el otoño de 2024.

¿Reunificación con Rumania?

Alrededor de 860.000 ciudadanos moldavos tienen también la nacionalidad rumana, entre ellos la actual presidenta de Moldavia, Maia Sandu. La razón principal para muchos es la libertad de viajar y la posibilidad de trabajar en la UE, dado que gran número de moldavos se emplea en países comunitarios.

Una reunificación de Moldavia con Rumania, sin embargo, no está planteada ni a corto ni a medio plazo: según encuestas de mediados de 2025, alrededor del 60 % de los moldavos se oponen, incluidos muchos de lengua rumana. Sin embargo, se estima que los vínculos entre ambos Estados —por su historia, cultura y lengua comunes— serán cada vez más estrechos. Pero sigue siendo una incógnita si esto desembocará a largo plazo en una reunificación.

(gg/rml)

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