El helicóptero, del tipo Black Hawk, estaba aterrizando en un sector rural del municipio de Teorama, en el departamento de Norte de Santander, cuando fue blanco de una explosión. Según el mayor general Ernesto Maldonado, subcomandante del Ejército, los explosivos fueron colocados por una célula de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que opera en la región del Catatumbo, cerca de la frontera con Venezuela.

"Los explosivos fueron activados por la cuadrilla Resistencia del Catatumbo de las FARC en un sitio en donde las tropas realizaban maniobras ofensivas para apoyar unidades en tierra", dijo Maldonado. El oficial indicó que la explosión mató a un cabo y a tres soldados, en tanto que dos militares quedaron heridos y cuatro sufrieron diversas contusiones.

Por su parte, el comandante del Ejército Jaime Lasprilla descartó en rueda de prensa que la nave fuera derribada. La investigación que se lleva a cabo sobre el asunto determinará si los explosivos llevaban allí un tiempo y si hubo algún tipo de error por parte de la inteligencia militar, que no los detectó.

Condena de Santos

"El Comando del Ejército condena el empleo indiscriminado de artefactos explosivos por parte de las FARC, considerado una clara violación a los Derechos Humanos e infracción al Derecho Internacional Humanitario", señaló la institución armada en un comunicado. Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos rechazó el ataque guerrillero y señaló que ataques como este son los que su Gobierno quiere erradicar con el proceso de paz que protagoniza con las FARC desde 2012 en Cuba.

El helicóptero, que transportaba a 15 militares, cumplía tareas de vigilancia en una zona donde operan frentes de las FARC, del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y del minúsculo Ejército Popular de Liberación (EPL).

MS (dpa/Reuters)