En el marco del caso Litvinenko, Rusia respondió a la expulsión de cuatro diplomáticos rusos anunciada por Londres el lunes expulsando a su vez a cuatro diplomáticos británicos de

Moscú. Además comunicó que dejará de otorgar visas a funcionarios británicos, según informó la agencia de noticias Interfax, remitiéndose a declaraciones del portavoz del Ministerio del Exterior, Mijail Kamynin. Éste explicó que también cesará la cooperación entre ambos países en materia de seguridad: “Para nuestro inmenso pesar, la colaboración con Londres en la lucha antiterrorista ya no es posible', dijo Kamynin.

En una primera reacción, el ministro de Exteriores británico, David Miliband, se mostró “sorprendido” por la noticia, y aseguró que la medida es “completamente injustificada”. Londres resolvió expulsar a los diplomáticos rusos por la negativa de Moscú a extraditar a Andrei Lugovoi, principal sospechoso del asesinato del ex espía ruso Alexander Litvinenko. Poco después del anuncio de la medida, Rusia ya había advertido que no dejaría esa iniciativa sin respuesta.

Por su parte, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, lamentó la decisión de Moscú de expulsar diplomáticos británicos como represalia y criticó a Rusia por “politizar un caso judicial”.