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Moscú y Teherán: una alianza nuclear con grietas

8 de diciembre de 2025

Mientras Irán se encuentra bajo presión del OIEA, Moscú amplía su cooperación nuclear con Teherán. Tras la asociación oficial, se esconde principalmente estrategia geopolítica.

Bandera de Rusia e Irán
Moscú y Teherán firmaron un memorando de entendimiento sobre la construcción de nuevas centrales nucleares.Imagen: Pond5 Images/IMAGO

El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) emitió una resolución, el 20 de noviembre de 2025, en la que instaba a Irán a brindar cooperación "plena e inmediata".

El organismo busca esclarecer el paradero de aproximadamente 400 kilogramos de uranio enriquecido al 60 por ciento que permanecen en sus arsenales. Desde la Guerra de Doce Días entre Israel e Irán en junio, Teherán no ha permitido a los inspectores del OIEA acceder a las instalaciones atacadas.

Por su parte, Moscú amplía su cooperación nuclear con Teherán. "Nuestra cooperación ha alcanzado un nivel sin precedentes", declaró el embajador ruso en Teherán, Alexéi Dedov, a mediados de noviembre. Según la agencia de noticias iraní ISNA, Dedov enfatizó que Moscú apoya a Teherán en la búsqueda de soluciones a problemas que rodean su programa nuclear y continuará con este apoyo.

A finales de septiembre, Moscú y Teherán firmaron un memorando de entendimiento para la construcción de nuevas centrales nucleares. La corporación estatal rusa de energía nuclear, Rosatom, firmó un contrato de 25.000 millones de dólares (21.400 millones de euros) con la empresa iraní Iran Hormoz para construir cuatro de estas centrales en Irán.

"Moscú ha prometido mucho y ha cumplido poco hasta ahora"

"Rusia es el socio internacional más importante del programa nuclear iraní", responde, a una consulta de DW David Jalilvand, quien dirige Orient Matters, una consultora con sede en Berlín, especializada en la dinámica entre geopolítica, economía y energía en Irán y el Medio Oriente. "En lo que se refiere a la expansión del programa nuclear iraní, Moscú ha prometido mucho y ha cumplido poco hasta ahora", admite.

La construcción de un segundo reactor en Bushehr se anunció ya en 2016. Sin embargo, aún no se ha implementado. Jalilvand considera improbable que la nueva declaración de intenciones se materialice rápidamente: "Rusia tiene poco interés en fortalecer la posición estratégica de Irán en el Medio Oriente, también debido a sus relaciones con Israel, los Estados del Golfo y Turquía".

Guerra de los Doce Días: falta de ayuda rusa

Durante la reciente Guerra de los Doce Días, Teherán recibió poco apoyo de Moscú, a pesar de que Rusia e Irán habían firmado un acuerdo de asociación estratégica a principios de año, que establecía la cooperación militar y económica para los próximos 20 años.

En enero de 2025, el presidente iraní, Massoud Peseshkian, visitó a su homólogo ruso, Vladimir Putin, en Moscú, y firmó un acuerdo sobre una asociación estratégica integral con Rusia.Imagen: Evgenia Novozhenina/Pool/File Photo/REUTERS

Teherán  suministró drones y armas para la guerra de Rusia contra Ucrania, convirtiéndose así en uno de los principales aliados de Moscú, en detrimento de sus relaciones con Europa. A cambio, Irán encargó, entre otras cosas, varios cazas Sukhoi Su-35 para modernizar su fuerza aérea. Sin embargo, hasta el reciente conflicto militar con Israel, estos aviones no se habían entregado. La guerra expuso claramente las debilidades de las defensas aéreas iraníes.

"El acuerdo estratégico con Rusia ha demostrado ser una farsa", criticó Mohammad Sadr, miembro de la Junta de Arbitraje (o "Asamblea para el Reconocimiento de los Intereses del Sistema", en persa). "Rusia no es confiable: creer que nos apoyaría o que buscaría una pelea con Estados Unidos es absurdo", agregó, e incluso acusó a Moscú de proporcionar a Israel información sobre los centros de defensa iraníes.

La imagen de Rusia en la sociedad iraní es, en consecuencia, negativa. "La gente sabe que Rusia abandona a Irán en momentos cruciales. Muchos están convencidos de que el Gobierno se aferra a Moscú solo para conservar el poder, no en beneficio del pueblo", explica a DW un profesor universitario de Teherán.

El cálculo detrás de la asociación

A pesar de las lecciones aprendidas de la Guerra de los Doce Días, "la influencia de Rusia en los centros de poder de Irán es innegable", comenta a DW Afshar Soleimani, exembajador de Irán en Bakú. "Las fuerzas conservadoras apoyan a Rusia, el envío de drones iraníes a Moscú y las tensiones persistentes con EE. UU.", agrega. "Mientras esta corriente política se mantenga en el poder, poco cambiará, y la población sufrirá las consecuencias".

Kamran Ghazanfari, miembro conservador del comité de asuntos internos del Parlamento iraní, incluso afirma que el expresidente ruso y actual jefe adjunto del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvedev, declaró que Rusia estaba lista para suministrar armas nucleares a Irán. El experto Jalilvand considera que esta perspectiva es extremadamente improbable: "Rusia no tiene ningún interés en ampliar el círculo de potencias nucleares en un Medio Oriente ya de por sí inestable".

Es posible que Moscú suministre tecnologías que Teherán podría, en teoría, utilizar también para un programa militar, pero un apoyo directo a la construcción de una bomba atómica se considera improbable. Rusia usa la "carta iraní" principalmente como parte de su estrategia de negociación con Estados Unidos. Aunque Teherán afirma haber suspendido temporalmente el enriquecimiento de uranio, queda por ver si Moscú podrá persuadir a Irán para que reduzca sus reservas.

"Rusia ha ofrecido repetidamente sus servicios como mediador en el pasado", afirma Jalilvand. "Pero es poco probable que esto esté motivado por un interés en resolver el conflicto nuclear. Más bien, a la luz de la guerra en Ucrania, Moscú intenta posicionarse como un socio supuestamente constructivo de EE. UU., abriendo así una brecha entre Washington y Europa".

Con contribución de: Danyal Babayani

(rml/ms)

 

 

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