30 años de Tiananmen: movimiento prodemocracia se debilita
William Yang
3 de junio de 2019
Muchos activistas huyeron de China después de la masacre de Tiananmen, pero siguen apoyando a disidentes desde afuera. Pekín intensifica su ofensiva contra la sociedad civil y el movimiento enfrenta nuevos desafíos.
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El 4 de junio de 1989, tanques avanzaron por las calles de Pekín para aplacar las protestas pacíficas en la céntrica plaza de Tiananmen. Estudiantes y otros residentes habían estado exigiendo reformas democráticas durante semanas. A fines de abril, decenas de miles de ciudadanos de la capital se solidarizaron a través de protestas callejeras con alrededor de 100.000 estudiantes. El movimiento de protesta también se extendió a muchas otras ciudades en China.
Algunos de los líderes estudiantiles todavía recuerdan cada detalle de la noche del 3 al 4 de junio, cuando los líderes del partido decidieron resolver la situación con violencia. "Era como estar en un campo de batalla”, dice el exlíder estudiantil Zhou Fengsuo en una conferencia en Taiwán. "La valiente resistencia de muchos ciudadanos de Pekín permitió la retirada pacífica de la plaza de la mayoría de los estudiantes”, apunta frente a DW. La cifra de víctimas que dejó la operación militar es incierta. Según un reciente trabajo sobre la historia de la República Popular China del historiador berlinés Klaus Mühlhahn, cientos de personas murieron en el avance del ejército y el violento desalojo de la plaza, y miles resultaron heridas.
Los que sobrevivieron no estaban todavía seguros. El gobierno chino hizo todo lo posible para detener a los líderes estudiantiles en particular. Muchos huyeron al extranjero, sobre todo a Estados Unidos y Francia. Los menos afortunados terminaron en prisión por varios años antes de que China aceptara liberarlos debido a la presión internacional.
Apoyo desde el extranjero
Tan pronto como llegaron al extranjero, algunos estudiantes fundaron organizaciones para presionar más a China y apoyar a la sociedad civil en el país, por ejemplo, la Federación Independiente de Estudiantes y Becarios Chinos (IFCSS). La IFCSS presionó exitosamente en Estados Unidos y esto condujo a la creación de una ley en 1992, que les otorgó a los estudiantes chinos que ingresaron a Estados Unidos entre el 5 de junio de 1989 y el 11 de abril de 1990 un derecho permanente de residencia en el país.
Zhou creó la organización no gubernamental China Humanitaria en 2007. "Además de esforzarse por mantener la fe en la democracia del movimiento del 4 de junio, estas organizaciones fueron importantes para sacar a los disidentes chinos del país y apoyarlos en sus nuevos hogares”, cuenta a DW.
Del mismo modo, Wang Dan, uno de los manifestantes de Tiananmen, fundó en 2007 el think tank Dialogue China, con sede en Washington. Wang dijo a DW que a lo largo de los años el movimiento prodemocracia en el extranjero ha documentado las violaciones de los derechos humanos en China y las ha compartido con la comunidad internacional.
"Como la mayoría de los activistas estudiantiles de Tiananmen ya no viven en China, no pueden ser realmente los líderes del movimiento prodemocracia en el país. A cambio, tenemos que prestar apoyo a los movimientos locales”, explica Wang.
Estos esfuerzos internacionales ayudaron a los activistas locales a organizar manifestaciones prodemocracia a gran escala en toda China en 2011, en las que los manifestantes exigieron justicia y un trato justo del gobierno chino.
Influencia debilitada
El ascenso de China y los estrechos lazos económicos del país con Estados Unidos han debilitado la influencia de los disidentes, apunta Zhou. "La interacción bilateral creciente entre Estados Unidos y China ha llevado a que muchos grupos extranjeros prodemocracia pierdan el apoyo de los chinos que también están afuera”, dice. Esto se refleja sobre todo en el hecho de que las donaciones fluyen cada vez menos. Muchos chinos de la generación de Tiananmen se hicieron ricos durante el auge económico de China. No quieren enfrentarse al liderazgo comunista del país y hacen menos donaciones a los disidentes en el extranjero que antes.
Estos necesitan más recursos. El gobierno chino ha agudizado la censura y la persecución de la sociedad civil en los últimos años.
El exlíder estudiantil Shao Jiang, que hace investigaciones en el Centro de Estudios de la Democracia de la Universidad de Westminster, cree que los grupos prodemocracia deben reorganizarse para que no pierdan importancia. "Dado que los activistas de la democracia tienen poca influencia sobre los políticos occidentales, deben unirse al movimiento global contra la expansión de China”, dice. Y opina que los disidentes chinos en China deberían enfocarse en oponerse a las ambiciones económicas y políticas de China en el exterior y apoyar la democracia fuera de China.
Pero Zhou no ha perdido la esperanza todavía. Cree en los valores del 4 de junio y quiere tener éxito nuevamente con ideas creativas. "Pienso que deberíamos seguir creyendo que la historia estará de nuestro lado”.
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Ai Weiwei: "¿Dónde está la Revolución?"
"Todo es arte, todo es política" es el hilo conductor de la obra del conocido artista. Una gran exposición en la Kunstsammlung de Renania del Norte-Westfalia muestra sus obras e instalaciones de los últimos diez años.
Imagen: DW/S. Peschel
"Ciclo de vida", 2018
Ai Weiwei nombró "Ciclo de la vida" su recipiente de bambú y sisal de 17 metros de largo con figuras fantasmales que llevan las cabezas de los doce signos del zodiaco chinos. La estructura se acompaña de imágenes de los campamentos de refugiados "Indomeni", 2016, "Jungle" y el video del campamento de refugiados "Calais", 2018.
Imagen: DW/S. Peschel
"Lavandería", 2016
2.046 prendas cuelgan en esta "Lavandería" en 40 percheros, recién lavados y clasificados. Son ropas que los refugiados dejaron en 2016, cuando se cerró la "ruta de los Balcanes" y el campamento Idomeni fue evacuado. Ai Weiwei llevó las prendas a su estudio de Berlín y las seleccionó y limpió cuidadosamente. Con nueva dignidad, hablan de escape, persecución y sufrimiento.
Imagen: DW/S. Peschel
"Platos de porcelana azules y blancos", 2017
El artista ha reflejado la miseria de la migración humana en platos de porcelana azul y blanco, con decoraciones tradicionales, que fueron confeccionados en Jingdezhen, la capital de la porcelana china. Pero las imágenes dan testimonio de la guerra, las ruinas, el cruce sobre el mar, los campos de refugiados. Motivos que Ai Weiwei ha desarrollado a partir de sus propias fotos y de Internet.
Imagen: DW/S. Peschel
"Cámara con zócalo", 2015. "Odisea", 2016
Los motivos del papel tapiz de la pared recuerdan la epopeya de Homero en la Odisea. Pero si uno mira de cerca, son dibujos sobre huida y migración. La cámara de mármol está dirigida a los barcos, símbolo de la vigilancia estatal. Algo que a Ai Weiwei le ocupa en particular porque, después de su arresto en 2011, las autoridades pusieron más de 20 cámaras de vigilancia en su estudio de Beijing.
Imagen: DW/S. Peschel
"Estudio de la perspectiva", 1995-2011 / 2014
Sobre el tapiz de la pared "Odisea", Ai Weiwei ha colgado una serie de fotos de 40 lugares, fotos de edificios de representación estatal o cultural, Ai Weiwei les muestra el dedo medio extendido. Junto con los dibujos sobre huida y migración, la serie puede entenderse como un ataque a los responsables políticos y sociales de los lugares de origen de los migrantes.
Imagen: DW/S. Peschel
"Estudio de perspectiva", 1995-2011 / 2014
Las fotos de lugares de China son las únicas no coloreadas de la serie. Las fotografías en blanco y negro de la Plaza de Tiananmen y Hong Kong son de particular importancia treinta años después de la supresión del movimiento democrático en Tiananmen y en toda China.
Imagen: DW/S. Peschel
"El animal que parece una llama pero que realmente es una alpaca", 2015
El extraño título se aplica al papel tapiz de la pared con una decoración de lujo irónica de cadenas, esposas y cámaras de seguridad. Frente a él se encuentra el "Círculo de Animales", 2011, cabezas de bronce de los doce signos del zodiaco. Las esculturas de animales, creadas originalmente por artesanos occidentales en el siglo XVIII, han sido adoptadas por China como símbolos nacionales.
Imagen: DW/S. Peschel
"S.A.C.R.E.D.", 2011-2013
Ai Weiwei estuvo 81 días detenido en 2011. En la imagen, un detalle de las violaciones de derechos humanos que sufrió durante su detención: los agentes uniformados vigilan el uso del inodoro.
Imagen: DW/S. Peschel
"Straight", 2008-2012
Este trabajo de blindaje de acero en 142 cajas de transporte tipo ataúd es un grito de denuncia. Con barras de acero enderezadas, Ai Weiwei recuerda el desastre del terremoto de Sichuan en 2008, cuando murieron 70.000 personas. Más de 5.000 niños murieron en escuelas que colapsaron, en parte porque políticos locales corruptos habían ahorrado en materiales de construcción.
Imagen: DW/S. Peschel
"Semillas de girasol", 2010, "Zodiac", 2018
La obra "Semillas de girasol" se vio por primera vez en 2010 en la Tate Modern de Londres. Mientras la exposición estaba abierta, Ai Weiwei fue arrestado en China sin cargos y llevado a un lugar desconocido. En la exposición de Düsseldorf, el artista colgó imágenes de los doce signos del zodíaco, una vez más interpretados.
Imagen: DW/S. Peschel
"Zodiaco", 2018 (detalle)
Son doce imágenes hechas de ladrillos de Lego que las hace parecer pinturas pixeladas. Las cabezas de los animales invocan una visión de los ciclos eternos y el destino. En el fondo de los signos del zodíaco, Ai Weiwei muestra edificios representativos de su serie "Estudio de la perspectiva", el artista fusiona así dos series de imágenes.
Imagen: DW/S. Peschel
Video "Semillas de girasol", 2010, "I.O.U", 2011-2013
Un video que explica el proceso de fabricación de los 100 millones de semillas de girasol se muestra frente a un papel tapiz hecho de pagarés. Después de su detención, Ai Weiwei tuvo que pagar una multa fiscal de 1,7 millones de euros. Las personas de su país y del extranjero le enviaron dinero, y él emitió 13,719 pagarés diseñados (IO = I Iwe You) hasta que pudo devolver el dinero.
Imagen: DW/S. Peschel
"Semillas de girasol", 2010
Millones de semillas de girasol hechas de porcelana fueron fabricadas individualmente por 1.600 artesanos durante dos años. El trabajo tiene una asociación política profunda: el "Sol" era Mao Zedong mientras que la gente era como las semillas del girasol. En una interpretación más moderna, las semillas son los productos chinos producidos en masa.