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Muchas preguntas esperan a Mursi en Alemania

Kersten Knipp (mb)28 de enero de 2013

Durante su visita a Alemania, el presidente egipcio, Mohamed Mursi, tendrá que responder preguntas incómodas. Berlín quiere saber cómo piensa calmar los caldeados ánimos en su país.

Imagen: picture alliance / dpa

Se acerca el segundo aniversario de la revolución en Egipto, rodeado de un ambiente de zozobra. Otra vez se congregan manifestantes en la Plaza Tahrir para protestar por la situación en su país. “Salgan a las plazas para cumplir los objetivos de la revolución”: Mohamed ElBaradei, ex director de la Organización Internacional de Energía Atómica y ahora líder de la alianza opositora “Frente de Salvación Nacional”, arenga a sus adeptos.

También los grandes diarios transmiten la impresión de que la revolución ha dejado de lado su objetivo principal. “Soñábamos con cambios, pero lamentablemente nada ha cambiado, como si la revolución no hubiera tenido lugar”, afirma el periódico Al masry al yaum. También el diario Al Shouruq presenta un balance de desencanto. Hace dos años soñaban con un milagro, escribe uno de sus comentaristas, en cuya opinión el milagro se ve así actualmente: “Nuestros hijos están en cárceles militares o civiles. Los pobres lo son más, mientras que los ricos bajo otro nombre y en nuevas alianzas aumentan sus riquezas”.

Cuestiones incómodas

No son tiempos fáciles para la gira del presidente egipcio, Mohamed Mursi, por varias capitales europeas. Alemania, en todo caso, no será un descanso. En Berlín tendrá que enfrentar las incómodas preguntas de su anfitrión, aun cuando éste tenga cierta comprensión por la difícil situación del país. Después de décadas de dictadura, los egipcios buscan nuevas formas de convivencia social, explica Ruprecht Polenz, diputado conservador y presidente del comité de Exteriores del Bundestag. “Sería impertinente esperar un proceso claro y sin contratiempos”, dice a DW.

A 50 ascienden las víctimas de las recientes protestas en la zona del Canal de SuezImagen: Reuters

Islamización moderada

Aún no está definido hacia dónde lleve este proceso, es el tenor de los comentarios en círculos de política exterior alemana. Según Klaus Brandner, presidente del grupo parlamentario egipcio-alemán, la islamización de la sociedad egipcia aumentará, aunque esto no implica necesariamente que el país se convierta en un estado religioso. El camino va más hacia el modelo turco, que prevé una clara división entre el Estado y la Iglesia.

Es una pena, opina Polenz, que en el proceso de elaboración de la Constitución no se haya logrado consensuar posturas. Aunque es difícil percibir desde afuera los motivos de este fracaso, las fuerzas seculares tienen la sensación de no poder hacer nada contra los Hermanos Musulmanes y otros grupos islamistas. Que la Constitución haya sido aprobada en un referéndum no le llama la atención. “Es normal pues si sólo se puede decir sí o no no se puede proponer otras formulaciones para determinados artículos”, afirma Ruprecht Polenz.

Según Brandner las elecciones parlamentarias representan para el país la oportunidad de avanzar en el proceso de democratización. Un Parlamento fuerte es el requisito de una democracia, no sólo formal sino auténtica. “Se trata de derechos sociales, de los derechos humanos y, muy especialmente, de los de la mujer. Sin ellos no es posible lograr una economía exitosa”, afirma.

Futuro de la Fundación Konrad Adenauer

El nivel de libertad de Egipto se manifestará, así Polenz, en la futura situación de la Fundación Konrad Adenauer, que enfrenta ciertas dificultades. “Mursi tendrá que explicarnos cómo imagina el trabajo con la sociedad civil en su país, aun cuando ésta genere estructuras no cercanas a los Hermanos Musulmanes y que más bien le hagan cierta competencia”, dice Polenz, para quien la situación de la fundación pondrá de manifiesto la concepción de pluralismo del presidente egipcio.

Graffiti en El Cairo, enero 2013Imagen: DW

Así, el presidente Mursi viaja a Europa dejando un país convulso. En Alemania -donde tiene previsto un encuentro con la canciller Angela Merkel el miércoles 30 de enero- tendrá que enfrentarse a preguntas en torno al por qué de las manifestaciones y respecto a qué medidas piensa tomar para apaciguarlas.

Autora: Kersten Knipp (mb)
Editora: Claudia Herrera Pahl

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