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Muere el director de orquesta italiano Claudio Abbado

20 de enero de 2014

Llevaba enfermo desde hacía tiempo y en los últimos meses había suspendido conciertos y diversos proyectos. Tenía 80 años.

Imagen: picture-alliance/Fred Toulet/Leemage

El director de orquesta italiano Claudio Abbado murió hoy (20.01.2014) en Bolonia a los 80 años, informan medios italianos. Abbado, que a lo largo de su carrera fue director musical entre otros de la Scala de Milán y de la Staatsoper de Viena, estaba enfermo desde hacía tiempo. "El revolucionario del podio", titula el diario italiano La Repubblica la noticia de la muerte de uno de los grandes directores de la segunda mitad del siglo XX.

Según un comunicado emitido por los familiares, falleció "serenamente" rodeado de sus seres queridos. Había cancelado conciertos y diversos proyectos en los últimos tiempos debido a su enfermedad. Nacido el 26 de junio de 1933 en Milán, Abbado fue director musical de la Scala entre 1968 y 1986. Posteriormente, dirigió la Staatsoper de Viena, la Orquesta Sinfónica de Londres y la Filarmónica de Berlín. En agosto de 2013, el presidente italiano Giorgio Napolitano lo nombró senador vitalicio, pero Abbado apenas pudo participar en las sesiones debido a su enfermedad. Además de su actividad musical, Abbado destacó por su compromiso político y social, además de una incansable labor para llevar la música a los más jóvenes.

"De los paseos con mi padre aprendí la importancia del silencio", dijo Abbado.Imagen: Imago/Kai Bienert

La llamada de la música

Abbado contó en 2010 a la televisión estatal italiana que escuchó la llamada de la música con tan solo siete años, cuando fue por primera vez a La Scala. "Escuché un concierto de Antonio Guarnieri, un veterano y genial director que aquel día condujo música de Debussy. Recuerdo que cuando escuché aquello, (...) pensé: 'Esto es algo mágico, es mágico." Y soñé con recrear esa magia un día.

En otra entrevista, esta vez con el diario británico The Guardian, reveló que incluso en los grises tiempos de la II Guerra Mundial, cuando era un niño que vivía en el Milán ocupado por los nazis, siguió centrado en la música clásica. Una vez, lo pillaron escribiendo "Viva Bartok" en el muro de una casa y la Gestapo fue a buscarlo pensando que homenajeaba a un luchador de la resistencia en lugar de al compositor y pianista húngaro. "Mi padre solía llevarme de paseo a las montañas y no hablaba mucho. Aprendí de él a escuchar el silencio. Para mí, escuchar es lo más importante: escuchar a los demás, lo que dice la gente", continuaba Abbado en The Guardian.

MS (dpa/La Repubblica)

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