Muere en Cuba el poeta español Modesto San Gil Henríquez
25 de mayo de 2018
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El poeta español Modesto San Gil Henríquez, reconocida figura de la literatura en Ciego de Ávila, falleció este jueves (24.05.2018) a los 96 años de edad en esa provincia de Cuba donde residía desde que emigró con su familia en 1928 a la isla caribeña.
San Gil Henríquez había nacido en la isla española de La Palma, y en Cuba se asentó primeramente en la localidad avileña de Yaguajay y después vivió en el municipio cercano de Chambas, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria como escritor.
"Le decimos adiós a un gran amigo y compañero, un isleño-cubano de corazón, que nos deja una herencia cultural invaluable y una leyenda que solo alcanzan los espíritus excepcionales como el suyo", dijo el también poeta cubano, Gilfredo Boan, citado en un despacho de la estatal Agencia Cubana de Noticias.
Entre los datos biográficos de San Gil Henriquez destacan los estudios que realizó en los seminarios católicos de El Cobre, en Santiago de Cuba, y San Carlos y San Ambrosio, en La Habana, así como la etapa en la que se dedicó al magisterio y también su trabajo en los ferrocarriles de Chambas.
Su obra literaria abarca un total de 10 libros y entre sus títulos figuran "Río, Alfa y Omega", publicado en 1994, "Elegía del solitario" (1996); "El profeta y los cuervos" (2000); "Versos descalzos" (2001); "Salmo a la deriva" (2002).
Algunos de sus poemas también se encuentran recogidos en antologías de la isla como las tituladas "Poetas actuales de Ciego de Ávila", "Anuario de poesía UNEAC 2001", "Poetas cósmicos cubanos" y "Décima cubana actual" y en otros países.
El escritor canario fue miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y entre los reconocimientos que recibió como escritor se cuenta el de poesía Benito Pérez Galdós, de la Asociación Canaria de Cuba. (EFE)
Controversias en torno al Nobel de Literatura
Debido a un escándalo de corrupción y abusos, no hubo Premio Nobel de Literatura en 2018. Pero también en el pasado ha habido problemas en torno a la entrega de este galardón literario.
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Amenazado de muerte: Salman Rushdie
Para el ayatolá Jomeini, la novela “Los versos satánicos” de Salman Rushdie era una blasfemia. Por eso, ofreció una recompensa por el autor, que durante años tuvo que vivir escondido. En aquel entonces la Academia Sueca no se pronunció sobre el caso, por lo cual dos miembros del jurado renunciaron. Apenas 27 años más tarde, la Academia condenó las amenazas de muerte.
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Un reconocimiento tardío: Thomas Mann
En 1929, el escritor alemán Thomas Mann fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura; no por su obra más reciente, “La montaña mágica”, sino por su primera novela, “Los Buddenbrook. Decadencia de una familia”. Este libro, sin embargo, se había publicado casi 30 años atrás. Pero como “La montaña mágica” le pareció “difusa y pesada” al jurado, éste se decidió por la primera obra.
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Palabras fuertes: Winston Churchill
En dos ocasiones, el ex primer ministro británico Winston Churchill estuvo en la lista de posibles candidatos al Premio Nobel de la Paz. Sin embargo, en 1953 recibió el Nobel de Literatura. El jurado alabó “su maestría en la descripción de sucesos históricos y biográficos”, así como su excelente “retórica, con la que defendía valores humanos”.
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No pudo recoger el premio: Boris Pasternak
En 1958, el escritor soviético fue distinguido por su novela “Doctor Zhivago”. Sin embargo, su gobierno amenazó con expatriarlo en caso de que recogiera el premio. Puesto que Pasternak cedió, fue excluido de la Asociación de Escritores de la URSS. Pese a ello, Pasternak permaneció en la Unión Soviética. En 1989, su hijo recogió la medalla del Nobel en Estocolomo.
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Galardón rechazado: Jean-Paul Sartre
En 1964, el autor y filósofo francés Jean-Paul Satre fue seleccionado como ganador del Premio Nobel de Literatura. No obstante, lo rechazó sorpresivamente (“todos los premios te vuelven dependiente”). Se dice que años más tarde le preguntó al Comité del Nobel si no era posible recibir el dinero del premio. Sin embargo, parece ser más bien una anécdota inventada.
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"No es literatura": Dario Fo
Cuando el autor italiano Dario Fo fue distinguido con el Nobel en 1997, la élite literaria de ese país criticó que solo era un “entretenido charlatán, pero no un autor de nivel internacional”. Fo respondió con las armas de la sátira. Su discurso en la Academia Suiza se tituló “En contra de los charlatanes sinceros” y la ceremonia de entrega se convirtió en un show satírico.
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Demasiadas personas: Elfriede Jelinek
La escritora austriaca Elfriede Jelinek no quiso acudir a la ceremonia de entrega, cuando fue distinguida con el Nobel en 2004. La cantidad de gente y su repentina popularidad le dieron miedo: “A nivel sicológico no estoy en condiciones de lidiar con todo esto personalmente”. Eso lo tuvo que aceptar el Comité del Nobel. Jelinek por lo menos grabó su discurso de agradecimiento en video.
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No quería hablar: Bob Dylan
Bob Dylan fue el primer músico en obtener el Premio Nobel de Literatura, en 2016. El mundo de la música lo celebró, pero Dylan se mostró distante y no parecía estar muy interesado en la alta distinción. Rechazó su participación en la ceremonia de entrega y envió a un representante a leer su discurso de agradecimiento. En marzo de 2017 por lo menos viajó a Estocolmo para recoger su medalla.