Una de las principales voces de recuerdo del Holocausto en Alemania, ha muerto a los 96 años en una clínica de Múnich.
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Max Mannheimer, judío superviviente de los campos de exterminio nazis de Auschwitz y Dachau y una de las principales voces de recuerdo del Holocausto en Alemania, ha muerto a los 96 años en una clínica de Múnich. La directora del Centro Conmemorativo del antiguo campo de concentración de Dachau, Gabriele Hammermann, confirmó hoy (24.0.2016) que Mannheimer murió este viernes (23.09.2016), tras dedicar la mayor parte de su vida a luchar contra el olvido.
Mannheimer, responsable de la Sociedad Campo de Dachau y vicepresidente de su Comité Internacional, pasó no solo por ese campo levantado en las cercanías de Múnich, sino que también sobrevivió al internamiento en Theresienstadt, Auschwitz y Varsovia en un periplo del horror en el que perdió prácticamente a toda su familia. Recogió sus memorias en el libro Tercera vida, la que comenzó cuando el 30 de abril de 1945, famélico y enfermo de tifus, fue liberado al llegar las tropas estadounidenses a la localidad alemana de Tutzing, donde se encontraba en aquel momento junto a su hermano pequeño Edgar.
Perdió a casi toda su familia
Su "primera vida", una infancia y juventud feliz, se había desarrollado en la localidad checoslovaca de Novy Jicin, donde comenzó también la "segunda", con la entrada del Ejército alemán en el país en octubre de 1938. La familia Mannheimer abandonó la zona ocupada en enero de 1939, pero no consiguió huir de la persecución nazi y en enero de 1943, tras pasar por el campo de concentración de Theresienstadt, fue deportada a Auschwitz, situado en territorio polaco. Allí fueron asesinados la mujer de Max, sus padres y tres de sus hermanos.
Max y Edgar fueron trasladados al campo de concentración de Varsovia y en agosto de 1944 llegaron a Dachau para ser destinados a distintos campos de trabajo. Ambos pudieron sobrevivir hasta la llegada de los estadounidenses, cuando comenzó una nueva vida; regresó a su ciudad natal, conoció a su segunda esposa, una alemana, y volvió con ella a Alemania en 1946. En mayo del año pasado se sentó junto a la canciller, Angela Merkel, en el acto organizado en el antiguo crematorio de Dachau en recuerdo del 70 aniversario de la liberación de ese campo, donde subrayó la responsabilidad de mantener viva la memoria histórica.
Dedicó la mayor parte de su vida a dar voz a los seis millones de judíos que se estima que murieron a manos de los nazis, en charlas dirigidas a escolares o adultos en todo el país, y a combatir a la extrema derecha. "No sois responsables de lo que pasó, pero sí de que no vuelva a suceder", era una de las frases casi siempre presentes en sus encuentros con los estudiantes.
MS (efe/dpa)
Castillo de Vogelsang: escuela nazi convertida en museo
Los nazis levantaron el castillo Vogelsang para formar a la élite del partido. Su arquitectura, símbolos e imágenes todavía recuerdan aquella época oscura, pero a partir de ahora, abrirá sus puertas como museo.
Imagen: DW/D. Crossland
Ideal nacionalsocialista
El 11 de septiembre se abrió un nuevo centro de visitantes y una exposición en el castillo de Vogelsang, un recinto que los nazis utilizaron como escuela para sus dirigentes. El centro de documentación albergará una exposición continua sobre la historia de este lugar. Entre los muchos objetos expuestos, destacan estos modelos idealizados de atletas.
Imagen: DW/D. Crossland
Ascenso rápido
Entre 1936 y 1939 se formaron aquí un total de unos 2000 jóvenes. Muchos de ellos procedentes de las clases medias de la sociedad, que habían padecido durante la recesión. El programa de formación de los nazis prometía rápidas posibilidades de ascenso y en el plan de estudios estaba muy presente la educación física.
Imagen: DW/D. Crossland
Imagen medieval del mundo
Estos estilizados caballeros tallados resguardan la entrada al castillo. El nacionalsocialismo utilizó frecuentemente modelos medievales para sus objetivos. Ser caballero indica valor, virtud y justicia. Además, participaron en las cruzadas contra los infieles y conquistaron parte del este de Europa. Hechos controvertidos que hoy todavía se discuten.
Imagen: DW/D. Crossland
Personas comunes convertidas en asesinos
Esta foto muestra una estatua con el ideal del “nuevo alemán”. Al lado, están los nombres de los llamados mártires, aquellos que fallecieron en el fracasado golpe de estado de 1923. En la exposición se muestran fotografías de personas comunes con uniforme convertidas en asesinos, así como pantallas con declaraciones de las víctimas del holocausto.
Imagen: DW/D. Crossland
De alumnos a monstruos
Stefan Wunsch, director de la exposición, muestra una foto en que se ve a la lituana Mascha Rolnikaite. Esta superviviente del holocausto habla en una entrevista sobre Franz Murer, “el asesino de Vilnius”. Este ex alumno de Krössingsee, otro de los centros de enseñanza nazis, fue responsable del asesinato de miles de lituanos.
Imagen: DW/D. Crossland
Información y esclarecimiento
Gabriele Harzheim, investigadora del castillo de Vogelsang, explica: “Aquí los visitantes se enfrentan a la pregunta de qué tiene que ver esto con ellos". En vista de la situación política actual en Europa, se entiende perfectamente la importancia de contar con un lugar así.
Imagen: DW/D. Crossland
Un lugar ensangrentado
La investigadora Gabriele Harzheim sostiene una foto histórica del castillo de Vogelsang. El edificio fue abierto al público en 2006 después de que el ejército belga abandonase el recinto y el área. Los funcionarios alemanes estaban ante el dilema de qué hacer con este edificio, que todavía está adornado con símbolos y estatuas nazis.
Imagen: DW/D. Crossland
Arquitectura ideológica
Las salas comunes de Vogelsang tienen una decoración lujosa y feudal, mientras otras salas como los cuarteles y los alojamientos eran más espartanas. Todo un símbolo del dominio de la comunidad sobre el individuo.
Imagen: DW/D. Crossland
Base militar tras la II Guerra Mundial
Vogelsang ofrece vistas espectaculares sobre los lagos y las colinas del parque natural del Eifel. Después de la II Guerra Mundial, durante 60 años fue una zona prohibida utilizada por los belgas y los británicos como base militar y como zona de ejercicios para las tropas.
Imagen: DW/D. Crossland
Visitantes inesperados
Los organizadores esperan que la exposición y todo el recinto reciban 300.000 visitas al año. No se podrá impedir que algunos neonazis visiten este lugar de información y documentación. Esta estatua podría ser uno de los escenarios favoritos para desplegar antiguos carteles de propaganda y hacerse fotos para el recuerdo.
Imagen: DW/D. Crossland
Un imán para la extrema derecha
La dirección del museo, los científicos y los responsables de turismo conocen el magnetismo que puede tener ese lugar para el “turismo oscuro”, personas fascinadas por las prácticas macabras el régimen nacionalsocialista. Los curadores han intentado contrarrestar ese "atractivo" con una exposición sobria y algunas modificaciones arquitectónicas.