Mueren dos soldados turcos en una emboscada del PKK
21 de diciembre de 2015
Los enfrentamientos en ciudades de mayoría kurda como Silopi, en el sureste, se recrudece. En varias rige un toque de queda que dificulta la labor informativa, aunque los testigos hablan de una situación desesperada.
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Dos soldados turcos han muerto este lunes (21.12.2105) en una emboscada del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) en la provincia suroriental de Bitlis, informa la agencia semipública Anadolu. Supuestos miembros de esta guerrilla hicieron estallar un explosivo casero colocado al paso de los militares en una zona boscosa cercana a la ciudad del mismo nombre, detalla la citada agencia.
Los heridos fueron trasladados al hospital y el Ejército lanzó una operación con apoyo aéreo en la zona para encontrar a los responsables. El ataque forma parte de los enfrentamientos entre las fuerzas armadas turcas y el PKK que se suceden casi a diario desde julio pasado, en las ciudades de Cizre y Silopi, en la provincia de Sirnak, y en el barrio de Sur, en Diyarbakir, sujetos a un toque de queda indefinido.
Desde el inicio de la operación han muerto 89 supuestos miembros del PKK en Cizre (nueve de ellos ayer), así como nueve en Silopi (dos ayer) y siete en Diyarbakir (uno ayer), según las cifras difundidas hoy por el Estado Mayor turco en su página web. El PKK desmintió el sábado que sus guerrilleros combatiesen en las citadas ciudades y aseguraba que se trata de jóvenes simpatizantes que disponen de armas ligeras.
Enfrentamientos en Silopi
Como consecuencia de la ofensiva militar en el sudeste de Turquía, zona mayoritariamente kurda, la situación de la población es dramática, informaron hoy testigos oculares. La localidad de Silopi, cerca de la frontera con Irak, está rodeada de tanques y está bajo ataque de mortero, dijo el legislador del partido opositor prokurdo HDP, Ferhat Encü, a dpa por teléfono desde la ciudad.
"Recibimos pedidos de ayuda de personas que dicen que se esconden en sótanos desde hace siete días y necesitan ayuda", dijo. En algunos barrios, casi no quedan casas intactas. Los edificios fueron destruidos o incendiados. Las fuerzas de seguridad, en tanto, están revisando las viviendas sin orden judicial. En las calles hay cadáveres y no pueden retirarse a causa de los combates, relató el legislador. Por el momento no es posible verificar esta información de manera independiente ya que rige toque de queda.
LGC (dpa / EFE)
La primavera turca
Enfrentamientos en las calles, heridos y muertos: desde hace dos semanas, miles de turcos se han manifestado en contra del régimen del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. Y la historia no tiene un final a la vista.
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Alzados contra la violencia del Estado
Al menos cuatro muertos, miles de heridos y cientos de detenidos. Desde fines de mayo se acabó la tranquilidad en Turquía. Desde entonces se producen casi a diario choques entre los manifestantes y la policía: gases lacrimógenos y carros lanzaaguas, contra piedras y bombas molotov. Por momentos, las ciudades parecen zona de guerra.
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Manifestaciones masivas
"Estas protestas han mancillado la reputación de nuestro país". Eso declaró el gobernador de Estambul, Hüseyin Avni Mutlu, defendiendo la dura represión policial. Incluso se refirió a los manifestantes como "marginados sociales". En esa ciudad han salido, a diario, más de 100.000 personas a expresar su descontento. Las protestas se han extendido también a otras localidades.
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Lucha contra la tala de árboles
Las protestas comenzaron como un movimiento de resistencia a un proyecto de construcción de un centro comercial en el Parque Gezi, que alberga a docenas de añosos árboles y se encuentra justo al lado de la plaza Taksim. Ese parque es uno de los últimos espacios verdes del centro de Estambul. Cuando comenzó la tala, los manifestantes levantaron un campamento para proteger el parque.
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Dura represión
Una dura respuesta ofrecieron las autoridades al campamento, que fue desalojado en un polémico operativo policial a finales de mayo. Las fuerzas de seguridad expulsaron a los pacíficos manifestantes con carros lanzaagua y gas pimienta. Esto generó un enorme malestar en la población.
Imagen: Reuters
Cientos de heridos
La policía intentó impedir que los manifestantes entraran a la plaza Taksim. Médicos turcos informaron que solo el 31 de mayo cientos de personas quedaron heridas, algunas de las cuales incluso perdieron la vista. Eso enardeció aún más a los ciudadanos, que comenzaron a ver cómo cada vez eran más quienes llegaban a protestar contra el gobierno.
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Gobierno en la mira
El régimen de Erdogan está en el centro de las críticas. Su partido de corte islamista-conservador aplica políticas cada vez más autoritarias, en las cuales los manifestantes ven mayores restricciones legales a su libertad individual. Erdogan apoyó los planes de construcción en Estambul e ignoró las demandas de quienes estaban en las calles.
Imagen: Reuters
La chica de rojo
En una foto que circula en las redes sociales se ve a Ceyda Sungur, una funcionaria de la Universidad Técnica de Estambul, quien con su vestido rojo se ha convertido en un símbolo de las manifestaciones. En la escena, un policía le rocía, a corta distancia, su carga de gas lacrimógeno. Así como los expulsan, al día siguiente los manifestantes vuelven al mismo lugar, una y otra vez.
Imagen: Reuters
Policías en la niebla
La policía ha utilizado su arsenal más moderno para combatir el alzamiento ciudadano. Su accionar en distintas ciudades turcas ha sido cuestionado por el excesivo uso de la violencia, mientras funcionarios del régimen han detenido a personas acusadas de llamar a través de Twitter a participar en las marchas.
Imagen: picture-alliance/AP
Partidarios de Erdogan a la calle
A su regreso de un viaje por el norte de África, el primer ministro Erdogan recibió un contundente respaldo de sus partidarios, que lo fueron a esperar al aeropuerto de Ankara. En un discurso improvisado en el lugar, Erdogan advirtió que la paciencia se le estaba acabando. A su juicio, quienes protestan en su contra estarían trabajando "codo a codo con el terrorismo".
Imagen: Adem Altan/AFP/Getty Images
Final abierto
Lo que comenzó como un movimiento para evitar la tala de árboles en un parque ha llevado a Turquía a sumarse a la lista de países de su región donde la ciudadanía ha salido a la calle a expresar su malestar. Por ahora no se ve un final para las manifestaciones.