Mueren unos 900 inmigrantes en Mediterráneo en 10 días
5 de junio de 2016
La sucesión de naufragios en el Mediterráneo en los últimos diez días ha dejado 890 inmigrantes y refugiados muertos en sus aguas, dijo la Federación Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR).
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Los naufragios de embarcaciones abarrotadas de hombres, mujeres y niños se han multiplicado en las últimas semanas en la costa sur europea, en el pasaje entre el norte de África e Italia, y más recientemente hasta la isla griega de Creta.
"Estamos en un periodo de dolor y vergüenza. Dolor por las madres, padres e hijos que han muerto, y vergüenza porque esto pasa ante los ojos de Europa", lamentó el secretario general de la FICR, Elhadj As Sy.
En total, 1.086 personas han desaparecidos o se han ahogado en las aguas del Mediterráneo sólo en el mes de mayo, lo que no disuade cada día a cientos de personas de intentar la peligrosa travesía. "Una vez más, pido a los gobiernos a que ofrezcan rutas seguras a las personas que buscan refugio. Las soluciones a esta crisis deben respetar nuestra humanidad compartida", invocó Sy.
El último naufragio ocurrió el viernes y fue el de un bote que llevaba 700 personas y que se hundió en las costas de Grecia. Al menos 340 personas fueron rescatadas, pero cientos siguen sin ser encontradas por los equipos de la Cruz Roja Helénica, que forma parte de la red de la FICR.
Todo el día recogiendo cadáveres
En la víspera, los socorristas de la Media Luna Roja Libia pasaron el día recogiendo cadáveres que eran arrojados por el mar en las playas de la ciudad de Zuwarah. En total fueron 117 restos, de los cuales 81 eran de mujeres y niños.
Sy sostuvo que ante esta tragedia, las sociedades nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de los países implicados aportan alimentos, cobijo y servicios médicos de urgencia a los supervivientes.
Asimismo se realizan esfuerzos para que aquellos que se han ahogado puedan ser recogidos del mar para ser sepultados dignamente.
JOV (efe, tagesschau)
Refugiados en Francia: la "Jungla" de Calais
Aumenta el nerviosismo en el campo de refugiados de Calais. Las autoridades francesas planean construir una "zona tapón" entre el campo de refugiados y el Eurotúnel que conecta el continente con Reino Unido.
Imagen: DW/D. Cupolo
Antes del desalojo
Voluntarios ayudan a los refugiados a transportar sus pertenencias. Anteriormente, las autoridades habían prometido a los migrantes la creación de un espacio para su realojamiento. Mediante esta zona, el Gobierno francés pretende bloquear el acceso al Eurotúnel, a través del cual muchos refugiados viajan a Inglaterra. "Les ayudamos a mantener su dignidad", aclara uno de los voluntarios.
Imagen: DW/D. Cupolo
El mar y las oportunidades
Tiendas de campaña frente a la entrada del Eurotúnel. En este punto muchos refugiados intentan subirse a los camiones que van a Gran Bretaña. Un enorme dispositivo policial vela por evitar que los polizones crucen a través del túnel. El joven sirio Mohammed Schakh enumera las opciones: el plan A, cruzar en un camión. El B, hacerlo en un tren. El C, atravesar el Canal de la Mancha en barco.
Imagen: DW/D. Cupolo
Mudanza urgente
El nuevo campo fue establecido el pasado jueves. Eso sí, no se sabe cuándo serán retirados los antiguos asentamientos. Para los refugiados significa mudarse. Alrededor de un centenar de alojamientos ilegales ya han sido trasladados con la ayuda de voluntarios. Hasta el momento se han construido otros 40 refugios "no oficiales".
Imagen: DW/D. Cupolo
Espacio para nuevas tiendas
Los miembros de la asociación "Care4Calais" limpian la zona de maleza y basura. El objetivo es crear espacio para los refugiados. "Cuando viví en Afganistán fueron muy hospitalarios conmigo. Por eso quiero devolverles algo", explica Ruth Boggiuth, una las voluntarias.
Imagen: DW/D. Cupolo
Esperando a que llegue el día
Entre 1.500 y 4.500 habitantes del campamento improvisado se han visto afectados por el reasentamiento. Algunos siguen esperando. "No pienso desmontar y volver a montar mi tienda en otro lugar", dice Saifullah Barat. Este afgano vive desde hace 4 meses en la "Jungla de Calais". "Si la policía quiere desmontar mi campamento, que lo haga. No voy a hacerles frente".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Huellas dactilares? No, gracias.
Las autoridades han establecido un nuevo campamento en las cercanías de Calais. En el asentamiento levantado con contenedores hay espacio para cerca de 2.000 personas. Muchos de los refugiados, sin embargo, rechazan trasladarse a estos alojamientos temporales ya que, con el fin de identificarles, las autoridades exigen una toma de huellas dactilares.
Imagen: DW/D. Cupolo
Francia: ¿una prisión?
"Vemos cómo nos tratan los franceses", dice el sirio Mohammen Schakh. "Las autoridades nos toman por tontos y creen que vamos a aceptar la toma de huellas dactilares. Esto es parecido a una cárcel. Una vez que entremos aquí, no nos dejarán salir nunca. No quiero vivir nunca en este país".
Imagen: DW/D. Cupolo
Aumenta la violencia
El anuncio del desalojo y el aumento de la presencia policial ha provocado un aumento de la violencia en la "Jungla de Calais", informa Médicos sin Fronteras. Las lesiones provocadas por los enfrentamientos entre los propios habitantes del campamento, o entre los refugiados y la policía han propiciado un aumento de la presencia de los integrantes de esta ONG.
Imagen: DW/D. Cupolo
Nuevos asentamientos en otros lugares
"Los habitantes del campo creen que Francia pretende reducir el campamento progresivamente", explica Maud Le Quintrec, de Médicos sin Froteras. "Por eso muchos refugiados han decidido levantar nuevos campamentos ilegales. De hecho, 120 habitantes de 'la Jungla' se han ido a Bélgica". Así, explica Le Quintrec, lo único que consiguen las autoridades es trasladar el problema. (18.01.2016)