Siete explosivos detonaron en barrios habitados por chiítas en el centro, este y noroeste de la capital iraquí, Bagdad, entre ellos Al Adhamiya y Al Kadhemiya, informó la televisión Al Arabiya. También en las provincias de Diyala y Babil explotaron varios coches bomba uno detrás de otro. En Babil, un atacante suicida se voló por los aires en su automóvil en un puesto de control de la policía y otro explosivo detonó cerca de un restaurante.

La televisión Al Arabiya habló de al menos 63 víctimas mortales. La policía había hablado antes de 21. Otras 160 personas resultaron heridas en los ataques, dijeron fuentes médicas.

Ningún grupo se atribuyó la responsabilidad por las explosiones, pero insurgentes sunitas vinculados a Al Qaeda han incrementado sus ataques contra objetivos chiítas desde el comienzo del año, en una campaña para avivar las tensiones sectarias y socavar el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki. El ala de Al Qaeda en Irak, el Estado Islámico de Irak, se ha comprometido a recuperar el terreno perdido en su larga guerra contra las tropas estadounidenses. Y varios políticos han sido asesinados.

Ante la situación de inseguridad, el gobierno decidió postergar hasta seis meses las elecciones provinciales previstas para el 20 de abril, informó la televisión iraquí. La decisión posterga los comicios en las provincias de Anbar y Nínive debido a las amenazas a trabajadores electorales y a la violencia en esas áreas, dijo un portavoz de la oficina del primer ministro.

rml/er (dpa, reuters)