Muertos y desaparecidos tras desprendimiento en Nepal
13 de septiembre de 2020
El suceso ocurrió en Dhumthang, a unos 100 km al este de Katmandú, y todavía se busca a más de veinte personas bajo los escombros, que recorrieron un kilómetro..
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Al menos nueve personas murieron y otras 22 continúan desaparecidas después de que en la madrugada de este domingo (13.09.2020) un gran corrimiento de tierra provocado por las lluvias del monzón sepultó una veintena de casas en el noreste de Nepal.
El suceso ocurrió en Dhumthang, a dos horas por carretera, unos 100 kilómetros, al este de Katmandú en el distrito de Sindhupalchok, donde un masivo corrimiento de rocas, tierra y escombros, que se desplazó durante más de un kilómetro, sepultó dos asentamientos humanos, afirmó a Efe el oficial jefe del distrito, Umesh Kumar Dhakal.
"No habíamos visto un deslizamiento de tierra tan grande antes. Es enorme", explicó Dhakal, que anotó que "unas veinte casas han sido arrasadas o sepultadas". Dos equipos de rescate se encuentran en la zona, donde han extraído hasta ahora nueve cuerpos sin vida, pero con 22 desaparecidos, el número de fallecidos podría aumentar a medida que avanzan las labores de rescate, concluyó el oficial del distrito.
El pasado 14 de agosto, 19 personas fallecieron en otro corrimiento de tierra en Sindhupalchok. La temporada de lluvias asociada al monzón suele afectar a Nepal desde comienzos de junio hasta finales de septiembre. El monzón suele causar todos los años más de un centenar de muertes en el país, pero este año las precipitaciones han sido particularmente fuertes y el número de fallecidos por sucesos relacionados con las lluvias alcanza ya los 351, además de 85 desaparecidos.
lgc (efe/reuters)
Katmandú: vivir y respirar en una de las ciudades más contaminadas del mundo
La capital de Nepal, Katmandú, es una de las ciudades de más rápido crecimiento en el mundo, y también una de las más sucias. Los habitantes de la ciudad están luchando con las consecuencias para la salud.
Imagen: Marco Panzetti
Antes y después
Mirando hacia Katmandú desde el templo de Swayambhu, un lugar sagrado de peregrinación budista en el oeste de la ciudad, el año pasado y en 1967. Se han destruido espacios verdes y las montañas han desaparecido entre una capa de smog. En 2018, Nepal clasificó como el país con la peor calidad del aire entre los 180 países incluidos en el Índice de Desempeño Ambiental.
Imagen: Marco Panzetti
Ciudad de automóviles
La capital de Nepal se encuentra en un valle, donde la contaminación del aire queda atrapada entre las montañas. Gran parte es polvo de caminos sin pavimentar. Los hornos de ladrillos en las afueras de la ciudad también ensucian el aire, pero el tráfico es el mayor culpable.
Imagen: Marco Panzetti
Calles polvorientas
El número de vehículos en Katmandú aumenta un 14% cada año, tres veces más rápido que la población. A medida que aumenta la cantidad de tráfico, los peatones se exponen a los autos que les pasan peligrosamente cerca, un ruido ensordecedor y el smog que produce ojos llorosos y dificultades para respirar.
Imagen: Marco Panzetti
Aire tóxico
La contaminación afecta la salud de los residentes. "Mi nariz está seca, tengo dolores de cabeza y mis pulmones no están bien. Así que estoy usando una mascarilla para protegerme del polvo", dice Narayan Dahal, de 63 años, que camina por el distrito de Kalanki, en Katmandú.
Imagen: Marco Panzetti
Protección limitada
Una mascarilla se ensucia debido al aire después de dos días de uso en Katmandú. Si bien el polvo causa molestias, estas máscaras hacen poco para proteger al usuario de las finas partículas en el smog que penetran mucho más en los pulmones y pueden causar enfermedades cardíacas y respiratorias, e incluso cáncer.
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Smog directo a los pulmones
Muchos en Katmandú no se preocupan de usar mascarillas protectoras, y para los comerciantes ambulantes, como este joven vendedor de algodón de azúcar en uno de los cruces más concurridos de Katmandú, el humo es un riesgo laboral.
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Apresuradamente rumbo a la era moderna
Hace apenas medio siglo, la capital nepalí era una ciudad de solo unos pocos cientos de miles de personas. Hoy es una metrópoli de 3 millones. Sin una adecuada planificación previa, la urbanización se ha salido de control. Las arterias principales de la ciudad, como Kanti Path, están sofocadas por gases contaminantes.
Imagen: Marco Panzetti
Buscando aliento
Una mujer observa la ciudad contaminada desde arriba. Katmandú sigue siendo reconstruida tras el catastrófico terremoto que sacudió Nepal en 2015, causando la muerte de 9.000 personas. Algunos esperaban que se utilizaran hornos de combustión de ladrillos más limpios para fabricar el material para las nuevas construcciones. Por ahora, la contaminación sigue siendo un gran problema.
Imagen: Marco Panzetti
Recuerdos de aire fresco
"Yo solía venir a Katmandú cuando era niño, y el aire no era malo", dice el monje budista de 29 años Pasang Thunglu. "Pero cuando volví en 2015, el aire era irrespirable. El terremoto empeoró las cosas porque ahora las obras de construcción producen mucho polvo".
Imagen: Marco Panzetti
Suciedad y divinidad
Ni siquiera las deidades están a salvo. En una sala de exhibición de artesanos de Katmandú, esta estatua de latón de la diosa Tara está envuelta en papel para evitar que el polvo arruine los detalles pintados de su rostro.