Mujeres afganas: "Si no luchamos, estamos perdidas"
11 de septiembre de 2021
Es imposible hablar de una "moderación" de los talibanes, a la luz de sus primeros decretos y la brutal represión que ejercen sobre activistas y periodistas. Las mujeres se organizan para enfrentar este escenario.
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"Por razones de seguridad, a partir de ahora las protestas en Afganistán están prohibidas", dice la primera declaración oficial del Ministerio del Interior tras la formación del gobierno talibán. "Toda reunión pública debe reportarse por adelantado al Ministerio del Interior. Las autoridades de seguridad deben ser informadas al detalle sobre las consignas que serán utilizadas. Las violaciones a estas reglas serán castigadas", añade la orden. La prohibición parece tener un destinatario claro: las activistas. Desde comienzos de septiembre, las mujeres han salido a las calles para manifestarse contra el régimen de los talibanes.
"Seguiremos manifestándonos por nuestros derechos, también sin autorización", dice a DW la activista Mahbobe Nasrin Dockt. "El Ministerio del Interior aún no comienza realmente a hacer su trabajo. ¿A quién debemos, entonces, presentar nuestras solicitudes? También es obvio que cuando vean el objetivo de nuestras protestas, no nos darán permiso", añade.
Nasrin Dockt organiza desde comienzos de septiembre manifestaciones en Kabul contra el gobierno talibán. Como la del pasado miércoles 8 de septiembre, cuando fue detenida. "Introdujeron mis datos en un sistema y me advirtieron que no organizara más protestas. Pero no de dejaré intimidar. Si no luchamos, estamos perdidas".
Las mujeres afganas temen que los islamistas introduzcan limitaciones a sus derechos y apliquen represalias contra ellas. Bajo el régimen talibán de 1996 a 2001, las mujeres tuvieron vedada la educación y la vida pública. Tras su nueva llegada al poder en agosto de 2021, los talibanes eliminaron de inmediato el Ministerio de la Mujer. Su nuevo gobierno está conformado solo por hombres, todos talibanes y casi todos mulás. Incluso en el Ministerio de Educación las mujeres fueron vetadas, y solo profesores y estudiantes hombres pudieron retornar a las clases, dijo un académico a la agencia AFP a fines de agosto.
"El deporte femenino no es necesario"
Los talibanes anunciaron que desarrollarían un "plan de estudios que se vincule con los valores islámicos, nacionales e históricos". Las clases de educación física ya fueron prohibidas para niñas y mujeres. En una entrevista con el canal de TV australiano SBS News el vicepresidente de la comisión cultural de los talibanes, Ahmadullah Wasik, aclaró que el deporte femenino no es ni "apropiado" ni "necesario". Wasik argumentó que, por ejemplo, en la práctica del críquet se corre el riesgo de que la cara o alguna otra zona del cuerpo de las mujeres queden expuestas.
"Sus valores no son nuestros valores", dice a DW Basira Taheri, activista de la ciudad de Herat. "Los combatientes talibanes han pasado casi toda su vida en algún lugar remoto, lejos de la civilización, y solo han aprendido a luchar. Muchos no saben leer ni escribir ni tienen idea de lo que significa vivir en una ciudad. La sociedad afgana ha cambiado mucho en los últimos 20 años. No permitiremos que los talibanes nos quiten nuestros derechos".
Basira organiza en Herat manifestaciones a favor de los derechos de las mujeres. En una de ellas, la del pasado martes 7 de septiembre, fue golpeada por matones. Tuvo suerte de no haber sido alcanzada por una bala. "Era una reunión pacífica. Muchas mujeres dieron breves discursos. Frente a nosotros estaban los talibanes con armas en sus manos, vigilándonos. De pronto comenzaron a disparar, primero al aire y luego a nosotras. Sé que varias mujeres resultaron gravemente heridas".
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Brutal represión a los periodistas
La resistencia de las mujeres parece poner nerviosos a los talibanes. Los periodistas que informan sobre las protestas femeninas han sido brutalmente agredidos. Dos trabajadores del conocido diario Etilatrus fueron detenidos y durante varias horas sometidos a duros maltratos. En las redes sociales se pueden encontrar imágenes de sus cuerpos, con claras huellas de haber sido golpeados. "Esto es solo una pequeña muestra de lo que hicieron los talibanes a los periodistas", escribió el editor Saki Darjabai en Twitter. En un video puede apreciarse que uno de los periodistas ya no puede caminar por sí mismo, mientras que el otro es incapaz de hablar.
"Necesitamos el apoyo y la solidaridad de la comunidad internacional", dice una activista de Kabul que prefiere conservar el anonimato. Ella no cree que las mujeres puedan organizarse rápida y eficazmente contra los talibanes. El impacto por la toma del poder en Kabul todavía es profundo y los talibanes están interrumpiendo las conexiones telefónicas e internet.
"Los talibanes buscan el reconocimiento de la comunidad internacional, pero esta debería defendernos y apelar por nuestros derechos. La presión exterior los hará ceder", dice la activista, convencida.
(dz/lgc)
Las numerosas prohibiciones que los talibanes imponen a las mujeres
Durante el primer gobierno talibán, mostrar los tobillos, reírse o salir solas de casa eran motivo suficiente para que las mujeres fueran castigadas. Los matrimonios forzados son un peligro latente para las niñas.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
Combatientes talibanes en Afganistán
RAWA (Revolutionary Association of the Women of Afghanistan) es una organización fundada en 1977 para promover los derechos de las mujeres en Afganistán. Su papel cobra especial importancia ahora que los talibanes volvieron al poder. Estos reducen el rol de las mujeres hasta casi convertirlas en meros objetos. RAWA recopiló algunas de las prohibiciones impuestas por los radicales.
Imagen: Mohammad Asif Khan/dpa/AP/picture alliance
Borradas de la esfera pública
Esta fotografía se ha convertido en un símbolo del cambio de gobierno. Para los talibanes, las mujeres no juegan ningún rol en la esfera pública. Si bien hoy se presentan como moderados ante los ojos del mundo, la represión contra estudiantes y trabajadoras ha comenzado en algunas provincias. Una de las prohibiciones impuestas es que no puede haber imágenes de mujeres ni en revistas ni en tiendas.
Imagen: Kyodo/dpa/picture alliance
Las mujeres no se educan
En mayo de 2012, los talibanes tirotearon a Malala Yousafzai en Pakistán por pelear por el derecho de las niñas a recibir educación. A estos integristas les parece innecesario que las mujeres se eduquen, y a partir de los 10 años tienen prohibido ir a la escuela. No hablemos ya de la universidad. Durante el primer gobierno talibán (1996-2001), muchas escuelas se convirtieron en seminarios.
Imagen: Paula Bronstein/Getty Images
¿Modelos? Ni soñarlo
Los pantalones acampanados o los zapatos con taco alto están vedados, porque un varón no debe oír los pasos de una mujer. Las mujeres tampoco pueden usar vestimentas coloridas, porque para los talibanes los tonos vistosos son "sexualmente atractivos". Es decir, una escena como la de la foto, de un desfile de modas en Kabul en agosto de 2017, sería imposible hoy por hoy en Afganistán.
Imagen: picture-alliance/Photoshot
Nada de uñas pintadas ni maquillaje
Según RAWA, durante el primer gobierno talibán hubo reportes de mujeres a las que les fueron amputados los dedos por haberse pintado las uñas. Ellas tampoco pueden maquillarse o usar cosméticos, y si no se atienen a las estrictas normas de vestir de los talibanes, corren el riesgo de ser azotadas en público, como ocurrió ya en el pasado y como muchas temen que vuelva a ocurrir.
Imagen: Getty Images/AFP/R. Conway
Nada de TV y nada de tobillos
Todas las prohibiciones descritas fueron impuestas por los talibanes entre 1996 y 2001, y nada hace pensar que eso no volverá a suceder. Según el criterio de los radicales, las mujeres no tienen derecho a tener presencia en radio, TV ni en reuniones públicas. De hecho, no pueden siquiera escuchar música. En la foto, la presentadora Karishma Naz, que comete otro pecado: muestra los tobillos.
Imagen: picture-alliance/AP/R. Maqbool
Adiós a las bicicletas
En el primer régimen talibán, las mujeres tenían prohibido montar en bicicleta o en motocicleta. Si querían viajar en bus, debía ser en buses solo para ellas, pues no tenían permitido mezclarse con varones en el transporte público. Y si por alguna razón necesitaban un taxi, debían tomarlo en compañía de su mahram, una suerte de cuidador que debe ser un familiar cercano (padre, hermano o esposo).
Imagen: DW/A. Akramy
A los talibanes no les gustan las deportistas
Por cierto, las mujeres tampoco tienen derecho a participar en actividades deportivas o pertenecer a un club. Incluso hubo épocas durante el régimen talibán en que las castigaban por asomarse a la ventana o salir al balcón. Actividades como el montañismo practicado por Fatima Sultani (en la foto) probablemente dejarán de ser posibles ahora en Afganistán.
Imagen: Mohammad Ismail/Reuters
¿Podrán seguir trabajando fuera de casa?
Salvo algunas doctoras para atender a mujeres (pues ellas no pueden ser tratadas por médicos varones), los talibanes prefieren no ver a nadie del sexo femenino trabajando. Y si bien el 17 de agosto de 2021 llamaron a las funcionarias a presentarse en sus puestos, está por verse cuántos derechos les van a reconocer en ese campo. En la foto, la periodista Anisa Shaheed.
Imagen: Mortaza Behboudi/DW
Reducidas a la invisibilidad
La lista de prohibiciones es larga y los castigos son palizas públicas. Las mujeres deben usar un velo que las cubra completamente, no pueden salir solas ni estrechar la mano a un varón. Las lapidaciones por adulterio eran pan de cada día. Las mujeres incluso tenían vedado reír fuerte o ser fotografiadas. Además, muchas veces eran forzadas a casarse, incluso siendo niñas.
Imagen: Mary Evans Arichive/imago images
Mujeres de armas tomar
A la luz de la vida miserable a la que se vieron sometidas por los talibanes, muchas mujeres tomaron las armas para enfrentarlos. En la provincia de Ghor se montó una milicia femenina para frenar a los integristas, mientras que en Charkint, la gobernadora (una de las tres de Afganistán) Salima Mazari formó milicias que contuvieron a los talibanes hasta después de la caída de Kabul.
Imagen: Presseabteilung des Gouverneurs der Provinz Ghor