Natalia Messer y Bianca Villanova (VT)13 de noviembre de 2015
En Europa y Latinoamérica los movimientos feministas han tenido sus propias reivindicaciones. Pero el fin es común: una relación más equitativa e igualitaria frente al género masculino.
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Desde tiempos antiguos la mujer ha tenido diferentes roles. Desde madre, hija, esposa, hasta reina y estadista. La mujer ha sido por siglos un paradigma envuelto de sensualidad, belleza y ternura. Pero desde el feminismo se dice que la mujer es más que esa categoría o ideal de hermosura y cuasi perfección.
En una nueva era, siglo XXI, las mujeres asumen nuevos roles. Ellas se dan cuenta de que pueden realizar tareas que en el pasado les estaban negadas, como por ejemplo tener derecho a sufragio, participar activamente en la política o ejercer otras profesiones, esta vez fuera de la casa.
De Simone a los gritos callejeros
Un día Simone de Beauvoir publicó uno de sus más controversiales libros: El Segundo Sexo. De ese texto nacieron pautas fundamentales para el feminismo en Europa, e incluso en otros continentes.Temas que tenían que ver principalmente con la igualdad de derechos en temas sexuales y los roles sociales de las mujeres. Esas demandas hoy en día se siguen gritando por las calles.
Son casi 100 años de movimiento feminista en Europa. En este siglo algunas viejas identidades del feminismo han cambiado. Han aparecido también nuevas perspectivas, donde se exige una posición más abierta con las diferentes categorías de género y sexualidad.
La investigadora alemana Jana Günther del Instituto de Sociología de la Universidad de Dresde, explica en entrevista con DW que en Europa ya se ha logrado mucho en relación a los derechos en materia de igualdad de género, aunque advierte que aún queda mucho por hacer, sobre todo en lo que respecta a la igualdad económica. “Pocas mujeres ocupan puestos de responsabilidad en las empresas. Y cuando hay mujeres en estos puestos, es porque son de una determinada clase social. También hay profesiones que tienen un predominio de mujeres, especialmente en las áreas sociales, pero en los que se reciben salarios más bajos”, señala.
Latinoamericanas en acción
Según el Global Gender Gap, estudio de 2014 que mide las brechas de género, en Latinoamérica 14 de los 26 países analizados lograron una proporción igual entre hombres y mujeres del 70 por ciento, detrás de América del Norte y Europa con 75 por ciento y Asia Central con 72 por ciento.
Desde el Centro Feminista de Estudios y Asesoría (CFEMEA) de Brasil explican que cada país en Latinoamérica tiene su propia pauta y ritmo. “En Brasil por ejemplo este año se aprobó la tipificación del femicidio, que ya es reconocido en otros países como México, pero aún no se ha incorporado en las políticas de seguridad pública”, declaran.
La doctora en Antropología y Diversidad Cultural Herminia Gonzálvez concuerda con la visión del CFEMEA sobre la diversidad de las demandas: “Siempre es difícil caracterizar un movimiento por los matices y colores que éstos tienen, pero esto también es parte de la riqueza que tienen los movimientos sociales en general y el movimiento feminista en particular”, dice la directora del Centro de Investigaciones Socioculturales de la Universidad Alberto Hurtado en Chile.
Cada realidad nacional tiene sus propios temas. Por ejemplo, en Colombia la violencia tiene altas cifras y preocupa. En otros países como Chile se ha comenzado a discutir la despenalización del aborto terapéutico en tres causales (inviabilidad del feto, violación y peligro de muerte de la madre). Aunque también hay puntos en común dentro del continente, como por ejemplo lograr una mayor autonomía económica o que no existan diferencias salariales por género en los empleos. Estas demandas mantienen en movimiento constante a las mujeres de Europa y Latinoamérica.
Yasmín S. Portales: activista queer
Fundado en 2011, Proyecto Arcoiris es desde 2014 en la primera organización independiente cubana aceptada como miembro pleno por la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA).
Imagen: Neysa Jordán
Feminista y queer
Llena de cicatrices, preguntas y críticas a "la lógica de la belleza y de la feminidad", o a "las dinámicas de subordinación" de la mujer en "los modelos familiares al uso", Yasmín se identifica como feminista "queer": defiende la idea de una sexualidad fluida, cambiante a lo largo de la vida: "En estética, en política y en sexualidad, muy poca gente cree lo mismo a los 20 que a los 45".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Contra "nuestra rigidez mental"
"Con su velo, su piel quemada [en un accidente en la infancia], su inteligencia, su espíritu crítico, su humor ácido, la foto de su boda con Rogelio (ella con velo blanco de novia como Dios manda) colgada en ese mismo blog en el que se declara bisexual", Yasmín desafía "nuestra rigidez mental", escribe June Fernández, directora de la revista feminista Píkara Magazine.
Imagen: Neysa Jordán
Madre
La maternidad le llegó "como accidente", con un hijo "deseado pero no planificado", cuenta Yasmín. Y le "echó encima" todos los temas sobre los que había reflexionado: la asunción de que abandonaría su carrera, los prejuicios sobre el género del bebé, "cosas con las que sigo luchando cada día en la educación de mi hijo”, defendiéndolo o enfrentándolo, según sea el caso.
Imagen: Yasmín Silvia Portales
Investigadora
Yasmín integra el Grupo de Trabajo "Anticapitalismo y Sociabilidades Emergentes" del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO): "seguimos a los movimientos sociales en América Latina, campesinos, mujeres, organizaciones obreras". Este 2015, en Puerto Rico, se reunió con sus colegas en el XXIII Congreso de la Asociación de Estudios Latinoamericanos (LASA).
Imagen: Proyecto Arcoiris
Observatorio Crítico, desde adentro
Como muchos cubanos, "he jugado con la idea de emigrar", reconoce. Quizás por eso, "creo en el derecho de los cubanos y cubanas que han migrado a opinar sobre el destino del país”. Aunque "he decidido "intentar cambiar a Cuba desde dentro de Cuba", desde espacios como el Proyecto Arcoiris o la Red Observatorio Crítico, reunida en la foto en su “Foro Social” de 2011.
Imagen: Red Observatorio Crítico
Proyecto Arcoiris, miembro pleno
Fundado en 2011, Proyecto Arcoiris se convirtió, en 2014, en la primera organización independiente cubana aceptada como miembro pleno por la Asociación Internacional de Gays, Lesbianas, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA). Tras pelear contra la exclusión de activistas independientes, Arcoiris asistió a la VI Conferencia Regional para América Latina y el Caribe (ILGA-LAC) en Varadero, Cuba.
Imagen: Proyecto Arcoiris
Con pañuelo
Para su hijab (que descubrió cubriéndose del sol intenso de cero latitud en Quito), Yasmín tiene dos razones. "La personal: no me gusta peinarme", ríe. "La política: soy feminista y me visto como me da la gana", zanja. Allí donde algunas mujeres son obligadas a usar o quitarse el pañuelo, "en nombre de la religión, el laicismo o la integración cultural", dice, "yo defiendo la elección".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Besadas
Proyecto Arcoiris ha celebrado "Besadas por la Diversidad", en las que han reunido entre 20 y 50 personas, cerca de la Plaza de la Revolución, en 2012, en la Habana Vieja y en un parque de la central localidad de Sagua La Grande (foto), en 2014. "Un éxito en Cuba, sin acceso a los medios", apunta Yasmín, y "con un tema tabú como que los gays, lesbianas y trans vayan a tomarse el espacio público".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Inclusión
Proyecto Arcoiris organiza también los "Motivitos LGBTQA", ideados por otra activista del grupo, explica Yasmín: Se trata de citas inclusivas en espacios públicos y privados, contra la exclusión clasista de mujeres lesbianas y trans afrodescendientes en los espacios de recreación LGBT, "que se han convertido en espacios muy caros".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Visibilidad en espacios estatales
El primer curso de literatura LGBT cubana, organizado en 2014 por los poetas y críticos cubanos Victor Fowler y Norge Espinosa, miembro de Proyecto Arcoiris, concluyó con la publicación de materiales reflexivos sobre la presencia del homoerotismo en las artes cubanas en el número 38 de la revista de la Dirección Provincial de Cultura de La Habana, "Extramuros".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Voluntariado internacional
En la Marcha del Orgullo Gay de Nueva York, en 2013, Yasmín controló el tráfico en la esquina de 14 y 5ta Ave: "el mejor trabajo voluntario de mi vida", dice. En el viaje de vuelta, "la Estación de Pennsilvania y el tren estaban llenos de gente con banderitas, pegatinas, pulovers, sombrillas. Nos hacíamos señas de complicidad, como si supiéramos de algo muy especial, y así era".
Imagen: Proyecto Arcoiris
Aprendizajes
Cerrando 2015, Yasmín asiste en Washington a un curso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sobre el Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos para la Sociedad Civil: está conociendo el funcionamiento de la CIDH, a funcionarios, relatores y activistas, asistiendo a audiencias y aprendiendo, "en primera fila, cómo se usa el mecanismo y cómo responden los Estados".