El diario TAZ, publicó un artículo de Sarah Ulrich sobre la dura ley del aborto en El Salvador. "Casi ningún país penaliza el aborto tan duramente como El Salvador", afirma, destacando que "el país centroamericano es una de las siete naciones en todo el mundo en los que es ilegal sin excepciones". La autora repasa cómo las mujeres aztecas utilizaban su medicina tradicional para abortar con infusiones de hierbas. "Las investigaciones muestran que se realiza desde el siglo VI", escribe.

La colonización y la cristianización penalizaron esas prácticas, y la actual influencia de las iglesias evangélicas en la región, así como también sobre el actual presidente, Nayyib Bukele, la mantiene, comenta. Y concluye: "Una mirada a la historia del país muestra que no es la criminalización del aborto lo que está arraigado en El Salvador, sino todo lo contrario: está claro que es el aborto lo que tiene una larga tradición".

Zeit Online comenta, por su parte, sobre la legalización de la "píldora del día después" en Honduras, tras trece años de prohibición. "Con la decisión, en el Día Internacional de la Mujer, se conmemora la histórica lucha de las mujeres", afirma Tobias Dorfer. Y recuerda que, "en la católica Honduras, está completamente prohibido el aborto, incluso en caso de violación, deformidades graves del feto o cuando la vida de la madre corra peligro". 

Imagen desde el cine

También Zeit Online incluye un artículo titulado "Las valientes mujeres de las muchas faldas", dedicado a las "cholitas bravas", deportistas que compiten en diversos deportes con la vestimenta tradicional de las indígenas bolivianas, y que son también las protagonistas del documental del mismo nombre de Celia D. Luna.

De otra directora, a la que DW entrevistó hace un año a su paso por Berlín, habla Der Tagesspiel, en su artículo "Thriller de drogas mexicano: tres mujeres contra la mafia".

"En su ópera prima como directora, 'Manto de gemas', que ganó el Premio del Jurado en la Berlinale 2022 y se puede ver ya en la plataforma Mubi, Natalia López Gallardo hace un ambicioso intento por subvertir la narrativa y estética del género narco-thriller", para alejarlo de su "exotismo y violencia". En el centro de la trama, afirma el artículo, la realizadora sitúa, a "tres figuras femeninas, separadas por su procedencia y su clase social, pero cuyos destinos se entrelazan fatídicamente". Entre sí y con ese mundo de los cárteles del narcotráfico y las desapariciones, que la película trata de retratar desde otro ángulo.

Luces, cámara… pero también acción

Retratar la violencia es una forma de luchar contra ella. Pero también hace falta actuar. Lo recuerda Die Zeit en una nota en que recoge la noticia de que Brasil registró un feminicio cada seis horas en 2022. La autora, Sarah Vojta enumera las medidas adoptadas por el Gobierno de Lula da Silva.

"Entre otras cosas, más medios para casas de acogida y la reactivación del programa de atención a víctimas de violencia doméstica. Esto debería 'detener la barbarie', dijo el político de izquierda. Sin embargo, es necesario hacer más para poner fin a la intolerable violencia física contra las mujeres", concluye.

De otros tipos de violencia en la región, más allá de la de género, también se ocupa la prensa alemana esta semana. El citado Tagesspiegel se hace eco del incremento de acciones violentas contabilizadas por Naciones Unidas en Colombia: 92 masacres el año pasado. "En las que murieron 321 personas, entre ellas 21 niños, 30 mujeres y 270 hombres", con especial incidencia en la población indígena y en los activistas de derechos humanos.

El Süddeutsche Zeitung, por su parte, dedica espacio a El Salvador, con una nota titulada "Con violencia contra la violencia", en la que analiza la estrategia de seguridad de Nayib Bukele y se hace eco también de su polémica con el presidente colombiano, Gustavo Petro. 

A pesar de admitir que las tasas de criminalidad se han conseguido reducir, lamenta que "las autoridades utilizan la tortura, hay violaciones al debido proceso y más de 70 personas han muerto en los centros de detención".

"La seguridad pública no debe lograrse al precio de violaciones masivas de derechos humanos", afirma el diario, citando a Amnistía Internacional.

(rml)