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Seguridad alimentariaAmérica Latina

Mujeres que luchan contra la anemia en el Cusco peruano

25 de marzo de 2022

En el Cusco peruano, el programa “Allin Mikuna” -“buena alimentación” en quechua- procura fortalecer las buenas prácticas alimentarias y la producción de alimentos locales para combatir la desnutrición.

Madre con su niño en los Andes peruanos.
Madre con su niño en los Andes peruanos.Imagen: Plan International/Anika Büssemeier

Trucha con papas, quinoa con ensalada, rebanadas de pan con verduras, conejillo de indias al horno: no se trata del menú de un restaurante, sino de las comidas planificadas por Valeria y Daniel para consumir en familia durante los próximos días.

El plan cuelga en la pared de su hogar, en el pueblo de Toqra, en los Andes peruanos, a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar. Y es toda una declaración de principios.

La pareja, junto con otros integrantes de la comunidad, participó del programa "Allin Mikuna”, que significa "buena alimentación” en quechua, llevado adelante en la región por la organización no gubernamental ""Plan International Alemania".

Mujeres trabajando en la cosecha de verduras en Cusco, Perú.Imagen: Plan International

"El proyecto se centra en la mejora de la situación nutricional de la población indígena”, explica en entrevista con DW Claudia Ulferts, experta en Latinoamérica de la entidad, "ya que en la zona muchas personas sufren desnutrición y anemia”, indica.

De hecho, la anemia alcanzaría al 66 por ciento de los niños pequeños de la comunidad, según consigna un informe realizado por la oenegé en el lugar.

Claudia Ulferts, responsable de comunicación de "Plan International" y experta en Latinoamérica.Imagen: Plan International

Así, la iniciativa cuenta con varios ejes de trabajo: talleres de formación, apoyo con materiales para la siembra, y un seguimiento personalizado a corto y mediano plazo.

El rol clave de las mujeres

El programa se focaliza especialmente en las mujeres, y ya ha alcanzado a más de 600 madres jóvenes de la zona en situación de vulnerabilidad económica y social. 

Esto es así "por razones de igualdad de género y también porque son las principales responsables de niños y niñas, y estos pueden crecer mejor y más sanos si las madres tienen suficientes recursos”, destaca Ulferts desde la ciudad alemana de Hamburgo.

El niño, de la comunidad quechua, ofrece orgulloso zanahorias recién cosechadas. Imagen: Plan International

Se busca "fortalecer  conocimientos y habilidades para incorporar buenas prácticas alimentarias”, sostiene Boris Choqueneira Villa, responsable de los programas de "Plan International” en Cusco.

"Para ello es importante recuperar los alimentos locales, asumir prácticas adecuadas de higiene -como el lavado de manos-, mejorar las condiciones de la cocina campesina, así como de la producción de alimentos para el autoconsumo, como hortalizas y legumbres”, detalla Choqueneira Villa en diálogo con este medio.

Boris Choqueneira Villa, responsable de los proyectos de Plan International en Cusco.Imagen: Plan International

Y no es todo. "Las madres jóvenes fortalecen sus habilidades sociales y de emprendimiento y formulan planes de negocio. Y estos se hacen realidad a través de la entrega en donación de materiales, equipos, semovientes (animales) y semillas”, cuenta el experto peruano.

Todo lo cual, además, se lleva a cabo con especial atención al cuidado del medioambiente: el proyecto se centra en el cultivo ecológico. 

Iniciativa con potencial económico

Así, ante acelgas, coles, zanahorias, cebollas y variadas hierbas, la joven madre de dos niños Valeria Elo, agradece que haya llovido y se alegra por los resultados del emprendimiento comunitario: "Todo crece y prospera. No solo tenemos suficiente para nuestras familias, sino que ahora podemos incluso vender verduras en el mercado cada semana y ganar dinero de esa manera”, puede leerse en el reporte del proyecto.

Mujeres participantes del programa ""Allin Mikuna" exhiben sus platos de comida local y saludable.Imagen: Anika Büssemeier/Plan International

La idea es "que estén en condiciones de crear una microempresa”, explica Ulferts, también responsable de la comunicación de "Plan International Alemania”. "Por ejemplo, una granja de conejitos de indias, para la que se le aportan conocimientos sobre la cría, el mantenimiento, la comercialización y la venta de los animales”, indica. "Y luego pueden vender los excedentes en los huertos locales o la miel de sus colmenas y, con los ingresos, comprar otras cosas importantes y necesarias”, apunta.

Valle Sagrado, en las cercanías de Cusco, Perú.Imagen: Plan International/Anika Büssemeier

"Me pareció realmente fascinante el entusiasmo con el que la gente participa en el proyecto, y lo convencidos que están de sus beneficios”, destaca Ulferts tras su visita al lugar.

Y es que, en definitiva, saben que tienen lo imprescindible: "Lo lindo de Perú es su impresionante agrodiversidad, y la gran variedad de climas y accidentes topográficos. Los Andes permiten estar en una zona interandina rica en frutales y cultivos de maíz y cereales, y en minutos estar en una zona altoandina, donde se pueden observar a los camélidos sudamericanos -alpaca, llama- en su hábitat natural, así como sus impresionantes paisajes”, destaca Choqueneira Villa, satisfecho con su tarea y su lugar en el mundo.

(ms)

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