En el Cusco peruano, el programa “Allin Mikuna” -“buena alimentación” en quechua- procura fortalecer las buenas prácticas alimentarias y la producción de alimentos locales para combatir la desnutrición.
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Trucha con papas, quinoa con ensalada, rebanadas de pan con verduras, conejillo de indias al horno: no se trata del menú de un restaurante, sino de las comidas planificadas por Valeria y Daniel para consumir en familia durante los próximos días.
El plan cuelga en la pared de su hogar, en el pueblo de Toqra, en los Andes peruanos, a casi 4.000 metros sobre el nivel del mar. Y es toda una declaración de principios.
La pareja, junto con otros integrantes de la comunidad, participó del programa "Allin Mikuna”, que significa "buena alimentación” en quechua, llevado adelante en la región por la organización no gubernamental ""Plan International Alemania".
"El proyecto se centra en la mejora de la situación nutricional de la población indígena”, explica en entrevista con DW Claudia Ulferts, experta en Latinoamérica de la entidad, "ya que en la zona muchas personas sufren desnutrición y anemia”, indica.
De hecho, la anemia alcanzaría al 66 por ciento de los niños pequeños de la comunidad, según consigna un informe realizado por la oenegé en el lugar.
Así, la iniciativa cuenta con varios ejes de trabajo: talleres de formación, apoyo con materiales para la siembra, y un seguimiento personalizado a corto y mediano plazo.
El rol clave de las mujeres
El programa se focaliza especialmente en las mujeres, y ya ha alcanzado a más de 600 madres jóvenes de la zona en situación de vulnerabilidad económica y social.
Esto es así "por razones de igualdad de género y también porque son las principales responsables de niños y niñas, y estos pueden crecer mejor y más sanos si las madres tienen suficientes recursos”, destaca Ulferts desde la ciudad alemana de Hamburgo.
Se busca "fortalecer conocimientos y habilidades para incorporar buenas prácticas alimentarias”, sostiene Boris Choqueneira Villa, responsable de los programas de "Plan International” en Cusco.
"Para ello es importante recuperar los alimentos locales, asumir prácticas adecuadas de higiene -como el lavado de manos-, mejorar las condiciones de la cocina campesina, así como de la producción de alimentos para el autoconsumo, como hortalizas y legumbres”, detalla Choqueneira Villa en diálogo con este medio.
Y no es todo. "Las madres jóvenes fortalecen sus habilidades sociales y de emprendimiento y formulan planes de negocio. Y estos se hacen realidad a través de la entrega en donación de materiales, equipos, semovientes (animales) y semillas”, cuenta el experto peruano.
Todo lo cual, además, se lleva a cabo con especial atención al cuidado del medioambiente: el proyecto se centra en el cultivo ecológico.
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Iniciativa con potencial económico
Así, ante acelgas, coles, zanahorias, cebollas y variadas hierbas, la joven madre de dos niños Valeria Elo, agradece que haya llovido y se alegra por los resultados del emprendimiento comunitario: "Todo crece y prospera. No solo tenemos suficiente para nuestras familias, sino que ahora podemos incluso vender verduras en el mercado cada semana y ganar dinero de esa manera”, puede leerse en el reporte del proyecto.
La idea es "que estén en condiciones de crear una microempresa”, explica Ulferts, también responsable de la comunicación de "Plan International Alemania”. "Por ejemplo, una granja de conejitos de indias, para la que se le aportan conocimientos sobre la cría, el mantenimiento, la comercialización y la venta de los animales”, indica. "Y luego pueden vender los excedentes en los huertos locales o la miel de sus colmenas y, con los ingresos, comprar otras cosas importantes y necesarias”, apunta.
"Me pareció realmente fascinante el entusiasmo con el que la gente participa en el proyecto, y lo convencidos que están de sus beneficios”, destaca Ulferts tras su visita al lugar.
Y es que, en definitiva, saben que tienen lo imprescindible: "Lo lindo de Perú es su impresionante agrodiversidad, y la gran variedad de climas y accidentes topográficos. Los Andes permiten estar en una zona interandina rica en frutales y cultivos de maíz y cereales, y en minutos estar en una zona altoandina, donde se pueden observar a los camélidos sudamericanos -alpaca, llama- en su hábitat natural, así como sus impresionantes paisajes”, destaca Choqueneira Villa, satisfecho con su tarea y su lugar en el mundo.
(ms)
Empoderamiento de los yanesha, en peligro de extinción
Las comunidades yanesha de la reserva de la Biosfera Oxapampa-Asháninka-Yanesha, una de cinco existentes en Perú, están en peligro de extinción. Una organización alemana trabaja para empoderarlos.
Imagen: Chance e.V.
Habitantes de la biosfera
Los yanesha son uno de los 56 pueblos originarios que viven en la Amazonía peruana. Habitan en las reservas comunales de la Biosfera Oxapampa- Asháninca-Yanesha, en el parque nacional Yanachaga Chemillén, que fue reconocida por la UNESCO en junio de 2010 como un punto muy importante de conservación por la presencia de culturas indígenas y áreas naturales protegidas.
Imagen: Chance e.V.
Una población en declive
Según la Base de Datos Oficial de Pueblos Indígenas (BDPI) de Perú, el pueblo originario yanesha vive en 75 localidades, de las cuales 38 están reconocidas como comunidad nativa. El número de habitantes apenas asciende a 14.314 personas, según los censos nacionales de 2017. "Es un grupo étnico en vías de extinción, casi fue exterminado", explica a DW Jens Bergmann, presidente de Chance e.V.
Imagen: Chance e.V.
Sobreviviendo a múltiples amenazas
"Cuentan con 20.000 hectáreas de bosques, pero hace 150 años tenían millones de héctareas", recuerda Bergmann, apuntando a la agricultura y la minería ilegal como amenazas contra este pueblo originario. “Tienen múltiples problemas, como invasiones y tráfico de tierras, falta de reconocimiento jurídico y territorial, falta de estatutos comunales, desorientación y una crisis de identidad”, dice.
Imagen: Chance e.V.
Elaborando un trabajo conjunto
Con sede en Colonia, la organización alemana coopera en la Amazonía peruana en proyectos de desarrollo sostenible, junto con la organización peruana Atiycuy. “Trabajamos con comunidades nativas fortaleciendo su autogestión y buen manejo de sus recursos naturales, acompañamos a niños, jóvenes y sus familias para un desarrollo personal equitativo y responsable”, dice el también fundador de la ONG.
Imagen: Chance e.V.
Una capacitación integral
“Fortalecemos las capacidades de las comunidades nativas para que puedan mejorar su organización política, social, cultural, económica y territorial”, detalla el presidente de la organización alemana, Jens Bergmann. “Aprenden a manejar el marco legal que rige la existencia de las comunidades nativas y en cada fase del proceso aumentan su protagonismo”, agrega.
Imagen: Chance e.V.
Acompañamiento empoderador
En dicho proceso, Bergmann recalca la importancia de la elaboración de estatutos comunales. “Cada comunidad elige un comité especial cuyos integrantes reciben la capacitación para redactar la propuesta de un estatuto comunal propio, basado en su cosmovisión”, subraya. Ese comité crea el estatuto, conjuntamente con abogados y expertos, y lo luego presenta a todos los integrantes de la comunidad.
Imagen: Chance e.V.
Creando procesos incluyentes e interactivos
La participación de los todos los miembros de la comunidad es vital, de manera que “cada comunero pueda ser escuchado e integrado en el proceso interactivo”, explica el alemán. “Todos contribuyen al estatuto y todos se identifican con él”, apunta, agregando que con ese ejercicio “conscientes de sus derechos, aprenden a representar sus comunidades ante organismos estatales y privados”.
Imagen: Chance e.V.
Comunidades abusadas
El presidente de la organización alemana recuerda que se trata de un proceso largo y complejo, que se extiende durante años, en el que tuvieron que ganarse la confianza de las comunidades. “Han sufrido tanto abuso, que si se entra en sus territorios sin permiso, eso causa problemas”, comenta, lamentando que “han tenido malas experiencias con ONGs” y se han cometido crueldades contra ese pueblo.
Imagen: Chance e.V.
Un pasado colonial arrastras
De este modo, el presidente de la ONG alemana recuerda la colonización que ha sufrido el pueblo originario. “Los yanesha habrían perdido el 99% de sus territorios”, critica, lamentando que con ello también se han perdido su cosmovisión y autogestión. “Los colonos usurparon las tierras y obligaron a los yanesha a trabajar para ellos”, agrega, recordando la llegada de austroalemanes al lugar.
Imagen: Chance e.V.
Un futuro esperanzador
Durante los seis años que la organización lleva trabajando en la zona, se ha logrado empoderar a nueve comunidades y a una federación. Asimismo, se ha conseguido la conservación de más de 18.000 hectáreas de bosque de neblina primario, que se extienden hacia territorios que colindan con dos comunidades. Probablemente, miembros de las mismas podrán trabajar como guardabosques, adelanta Bergmann.