Casi todas las calles están vacías en Wuhan. Allí viven once millones de personas, y 58 millones habitan la periferia. No ha pasado ni un mes desde que las autoridades detectaran el primer caso de neumonía causado por el nuevo coronavirus. Entretanto, solo en China se han contagiado más de 4.000 personas con ese virus. El 22 de enero, el Gobierno cerró la ciudad, aislándola del exterior.

Quien se atreve a salir de casa pese al peligro de contagio debe someterse a controles estrictos para determinar si presenta síntomas de la neumonía causada por el coronavirus. Aquí, un policía toma la temperatura a un automovilista en un paso de frontera en las afueras. Además de Wuhan, hay otras 17 ciudades chinas cerradas y bajo cuarentena. Es la medida más extrema en la historia de China.

Trabajadores del hospital de Wuhan se toman una pausa para comer. No tienen mucho tiempo para descansar por estos días. Los trajes de protección se usan para evitar que el virus, llamado 2019-nCoV, siga propagándose. En China ya más de 100 personas han muerto por el nuevo coronavirus, según las autoridades. Solo en la provincia de Hubei, cuya capital es Wuhan, hubo 24 nuevas víctimas mortales.

Esta toma, que recorrrecorrió el mundo, muestran una gran cantidad de excavadoras sobre un terreno para la construcción de un hospital para los casos de coronavirus. La ciudad de Wuhan se aboca a edificar un nuevo centro de salud especializado para pacientes del nuevo virus que alivie a los hospitales ya repletos. China planea ponerlo en funcionamiento el 3 de febrero.

Para millones de chinos, el Año Nuevo chino no se celebra como siempre. Las festividades fueron canceladas por el brote de coronavirus. Muchas familias no pudieron visitarse debido a la prohibición de salida, y se anuló una gran cantidad de eventos. El 27 de enero, el Gobierno chino anunció que prolongaba las vacaciones de Año Nuevo para ganar tiempo en la lucha contra la enfermedad.

A pesar de la cuarentena, la vida en Wuhan continúa, como lo demuestran estas mujeres durante un entrenamiento al aire libre. Ya sea en la calle, en el metro o en edificios públicos, todos usan mascarilla para protegerse y proteger a otros. En otros países de Asia, usar mascarilla es incluso obligatorio. Corea del Sur enviará esta semana dos millones de mascarillas a China.

Además de millones de chinos, también miles de personas de otros países permanecen atrapadas en Wuhan. Las autoridades de Japón, por ejemplo, comenzaron a llevar de vuelta al país a 650 ciudadanos. EE. UU. se disponía a retornar a personal diplomático y a ciudadanos estadounidenses. Otros países, como Corea del Sur, Francia, Australia y Mongolia, planeaban medidas similares.