En tiempos de profunda crisis en el fútbol internacional, la integridad de Alemania, país que pretendía erigirse como el faro guía en el hallazgo de soluciones, ya no luce incólume sino en entredicho.
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Cuando La Federación Alemana de Fútbol (DFB), la organización deportiva más grande del mundo, anunció que estaba investigando el flujo “irregular” de 6,7 millones de euros desde las arcas del Comité Organizador del Mundial 2006, la información fue recibida con sorpresa.
El trasfondo del comunicado solo se conocería unas horas más tarde. La prestigiosa revista Der Spiegel, una de las más serias en materia de periodismo investigativo, dio a conocer el reportaje que llevará de portada este fin de semana:”Un cuento de hadas destruido”.
Allí salen a relucir actos de corrupción que involucran esos 6,7 millones de euros mencionados por la DFB. Según esta versión, los alemanes se valieron entonces de ese turbio dinero para adquirir el derecho a organizar como anfitriones el Mundial 2006. Compra de votos a funcionarios asiáticos de la FIFA, inversionistas privados, manejo de una “caja negra” llena de dinero utilizado para los pagos secretos, y la vinculación directa de nombres que son una institución en el fútbol de Alemania.
De todos estos manejos tenían conocimiento, según explica Der Spiegel, la máxima figura histórica del fútbol alemán, Franz Beckenbauer (campeón del mundo como jugador y como entrenador), Wolfgang Niersbach (presidente de la DFB a quien internacionalmente se consideraba una de las mejores opciones para conducir la FIFA en la era post Blatter), y Robert Louis Dreyfus (entonces jefe de Adidas y presunto encargado de facilitar el dinero para las triquiñuelas).
Las consecuencias
Las revelaciones de Der Spiegel han sido un fuerte golpe a la DFB, que tanto en Alemania como en el mundo gozaba de gran respeto y admiración. De hecho, la institución venía siendo hasta ahora uno de los principales polos de oposición a la administración de Joseph Blatter en la FIFA. En su afán de limpiar al organismo de la corrupción, la DFB había ya incluso presentado un plan de acción y reforma que gozó de buena acogida.
Desde su imagen de institución limpia, integra y honesta, la DFB había logrado elevar su voz crítica ante la crisis en el fútbol internacional. Los alemanes, tanto en los escándalos de la FIFA como de la UEFA, venían siendo escuchados con atención y sus palabras más que recomendaciones se interpretaban como el mapa de la ruta hacia las soluciones.
Ahora, ante las acusaciones sobre la compra del Mundial 2006, el fútbol alemán queda lesionado y antes de poder contribuir a los cambios de otras instituciones, tendrá que defender y recuperar la credibilidad en su propia honestidad.
Las reacciones
La gravedad de las implicaciones de la supuesta corrupción en la adjudicación del Mundial 2006 se puede medir en las reacciones de distintos sectores de la sociedad alemana. El ministro Federal de Justicia, Heiko Maas, dijo vía Twitter: “Los aficionados tienen derecho a que las acusaciones sean aclaradas hasta en su más mínimo detalle”.
La fracción del Partido Verde en el congreso sostuvo que “Beckenbauer y Niersbach deben decir todo lo que saben”, mientras su vocero en la Comisión del Deporte, Özcan Mutlu, aseguró “la corrupción que se le adjudicaba a la FIFA ha llegado con fuerza a Alemania. La DFB tiene el deber de explicar todo con transparencia, honestidad y sinceridad”.
Y mientras la DFB sostiene que el reportaje de Der Spiegel se basa en “afirmaciones sin asidero”, la FIFA considera que “las acusaciones son serias” y anuncia que abrirá una investigación al respecto. Esto significa que ahora Alemania -bajo sospecha- estará bajo la lupa de una organización a la que pretendía reformar por considerarla corrupta.
Blatter, el fin de una carrera (jun. 2015)
La Comisión de Ética de la FIFA puso fin adelantado a la era de Joseph Blatter al frente del fútbol mundial. Su trayectoria atravesó durante cuatro décadas a la institución, en las que venció casi todas las crisis. Casi.
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Blatter: el rey da la pelea
Joseph Blatter no quiere dejar su puesto así como así y este viernes presentó un recurso en contra de la sanción que le impuso el Comité de Ética de la FIFA, sanción que lo inhabilitó por 90 días de su cargo como presidente. Blatter asegura haber recibido un trato injusto y, por medio de sus abogados, dijo sentir "decepción y disconfiormidad" por la suspensión.
Imagen: picture-alliance/dpa/A. Yusni
Ambiciones en jaque
Pero la Comisión de Ética no solo suspendió al presidente de la instittución, sino que también apuntó sus dardos contra el jefe de la UEFA, Michel Platini. Esto pone en dificultades al francés, que ambicionaba convertirse en el sucesor del suizo al mando de la institución deportiva. Ahora lo tiene mucho más difícil.
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Carrera veloz
Cuando Blatter llegó a la FIFA en 1975, ya contaba con un currículo interesante. Había sido secretario de la Federación Suiza de Hockey, jefe de prensa de la Asociación Deportiva Suiza y director de relaciones públicas en una empresa fabricante de relojes. A instancias del jefe de Adidas, Adolf Dassler, llegó al ente del balompié y se convirtió en secretario general en 1981.
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En la cima
Luego de ser secretario general bajo la presidencia del brasileño Joao Havelange durante 17 años, el ambicioso Blatter tuvo su oportunidad de alcanzar el poder. En 1998 ganó las elecciones contra el expresidente de la UEFA, Lennart Johansson (izq.), y se convirtió en el sucesor de Havelange. De inmediato comenzaron los rumores de que había comprado votos.
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Enormes pérdidas
Blatter fue acusado continuamente de mala gestión financiera. Apenas un año después de su elección, su propio secretario general, Michel Zen-Duffinen (derecha), se lanzó a la ofensiva y acusó al suizo de haber generado pérdidas en comercialización por más de 100 millones de dólares. Blatter evitó una investigación interna, superó una demanda en los tribunales y sacó del camino a Zen-Ruffinen.
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Y el ganador es... ¡Alemania!
En el verano de 2000, el suizo se convirtió en un hombre determinante para el fútbol alemán. Todos estaban atentos a sus labios cuando avisó que el Mundial de 2006 se realizaría en Alemania. Los fanáticos se alegraron con este cuento de hadas y Blatter, mientras, seguía cimentando su poder dentro de la institución. En 2002 volvió a ganar, otra vez en medio de rumores de compra de votos.
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El enemigo interno
En estos años, un estrecho colaborador de Blatter fue Mohammed bin-Hammam, miembro ejecutivo de Qatar en la FIFA. Apenas Blatter vio en su aliado a un competidor, su relación se rompió. En 2011, Bin Hammam se presentó como rival del suizo en las elecciones de la FIFA, pero surgieron acusaciones en su contra por sobornos. Renunció a la candidatura y después fue suspendido de por vida por la FIFA.
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En los círculos de poder
A Blatter le gustaba codearse con los cícrulos de poder. Secretarios generales de la ONU, presidentes, el Papa... tarde o temprano, el hombre más poderoso del mundo se reunía con todos. En 2004 se encontró con el héroe sudafricano Nelson Mandela, a quien finalmente le prometió que el próximo mundial de fútbol se realizaría en África. De hecho, Sudáfrica tuvo el honor en 2010.
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Contra todos
En las elecciones de 2015, el escenario no parecía tan halagüeño. El surgimiento de varias candidaturas hizo suponer que el camino sería más pedregoso. Pero poco a poco comenzaron a bajarse todos y solo quedó el príncipe jordano Ali bin al Hussein. Ni siquiera la detención de altos funcionarios de la FIFA en Zúrich evitó las elecciones. Blatter volvió a ganar y se lanzó contra sus críticos.
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Sí, renuncia, pero no todavía
Cuatro días después de su polémica reelección como presidente de la FIFA, Joseph Blatter dio un paso al costado. Anunció que dejaría el cargo, pero a comienzos de 2016. Durante 17 años fue el principal hombre de la institución del balompié. Y aunque muchos pidieron que se fuera de inmediato, Blatter se negó. Quería quedarse hasta que su sucesor fuera elegido.
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Y al final...
Así quedaba esta historia. Pero ahora la justicia suiza se lanzó directamente contra Blatter. La acusación: venta de derechos de transmisión televisiva del Mundial a precio de oferta a su exvicepresidente, Jack Warner, además de un dudoso pago millonario a Michel Platini. La Comisión de Ética de la FIFA hizo lo propio, sacando tanto a Blatter como a Platini de circulación.
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La FIFA planea reunión de emergencia
Ahora el comité ejecutivo de la FIFA debe decidir si celebra una reunión de emergencia tras la suspensión de Blatter. La semana entrante la entidad tomará una resolución al respecto, dijo este viernes 9 de octubre un portavoz, quien sostuvo que los miembros del comité consultarán con el presidente en funciones de la FIFA, el camerunés Issa Hayatou (en la foto), el procedimiento estándar a seguir.