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Mundial 2006: un éxito en todos los sentidos

Luna Bolívar Manaut6 de diciembre de 2006

Se mire por donde se mire, si no se mira quién se llevó la Copa, Alemania salió ganando con el Mundial 2006. En Berlín se ha presentado hoy el balance de campeonato. Los resultados no podrían ser mejores.

Venció el espíritu de equipo.Imagen: AP

Económica, política y deportivamente, el Mundial de Alemania 2006 fue un éxito. Éste ha sido el mensaje positivo y contundente del ministro del Interior alemán, Wolfgang Schäuble, al presentar en Berlín el balance del torneo que se celebró en el país el pasado junio.

Los datos conservan aún algo de la magia que durante el mes de fútbol invadió Alemania. Y mucho más que eso. Revelan que se recaudaron millones, que hubo una avalancha de turistas, que se cumplieron todos los objetivos fijados, que la seguridad funcionó a pedir de boca y que este Mundial ha dejado a Alemania un par de cosas como herencia, materiales y metafísicas, para disfrutar en el futuro.

Las cifras de un mes de balompié

Entre uno y dos millones de turistas acudieron a Alemania para disfrutar en vivo del Mundial de fútbol 2006. "El mundo, invitado entre amigos", fue el lema del campeonato. Demostrando hospitalidad, amabilidad y simpatía con el visitante, Alemania esperaba limar su imagen de país estricto y poco abierto para con el forastero. Y a la sombra del astro fútbol, el objetivo se logró: el 90% de las personas que estuvieron en Alemania durante el Mundial dijeron que volverían.

Venció la economía.Imagen: Fotomontage/DW

Económicamente, las diversas cámaras comerciales aseguran que la recaudación que trajo consigo el fútbol fue suculenta. Los ingresos de la industria alemana aumentaron un cuatro por ciento: 300 millones de euros adicionales engrosaron las cajas. La Asociación de Comerciantes Alemanes dice que como consecuencia directa del Mundial se generaron 2.000 millones de euros. Y la Agencia Federal del Trabajo contabiliza 50.000 puestos de trabajo extras impulsados por el evento.

Si el Mundial no trajo la Copa para Alemania, por lo menos sí los ingresos. El ministerio de Hacienda alemán se llevó una buena tajada del trofeo futbolístico: 7,2 millones de euros recibió de la FIFA en concepto de impuestos a los premios entregados, 60 millones del Comité Organizador y 40 millones a cuenta del IVA con el que se gravaron las entradas. Buen negocio para las arcas estatales.

Lo que quedó para el futuro

"El Mundial fue la mejor campaña publicitaria contra la xenofobia y a favor de la integración", declaró Schäuble. Varios los ataques racistas a sólo unas semanas de que el balón empezase a rodar por los campos alemanes hicieron temer que el campeonato pudiera quedar empañado por algún incidente neonazi. La extrema derecha había anunciado concentraciones públicas y actos provocativos como el de apoyar a Irán en los partidos de fútbol porque el presidente de este país, Mahmud Ahmadineyad, había minimizado la importancia del Holocausto.

Vencieron los fans.Imagen: Daniel Martínez

Sin embargo, las medidas de seguridad funcionaron a la perfección. No hubo incidentes. Y los extremistas no tuvieron oportunidad de aguarle la fiesta al fútbol. En Berlín se ha alabado hoy especialmente el trabajo realizado por las fuerzas de seguridad y la buena coordinación entre ellas, más importante teniendo en cuenta que 500 policías llegaron desde el extranjero y otros 300 procedían de los diferentes Estados federados.

Así, Alemania pudo mostrar al mundo su cara más amable y acogedora. Y cierto es que durante el Mundial se vivió un ambiente entrañable como en pocas otras ocasiones. "El Mundial fue un gran evento y todos podemos alegrarnos del resultado. Hemos dado una buena imagen de la Alemania reunificada", declaró Theo Zwanziger, presidente de la Federación Alemana de Fútbol.

Éste es uno de los principales méritos que Alemania extrae del Mundial con vistas al largo plazo. El otro son 3.700 millones de euros en infraestructuras que aún podrán ser disfrutadas por mucho tiempo.

Alemania, un cuento de verano

Venció Alemania.Imagen: Daniel Martínez

Alemania, un cuento de verano, se tituló el documental del director germano Sönke Wortmann. Sönke siguió al equipo de Klinsmann durante todo el trofeo y que ha sido un éxito de taquilla. Hoy se ha vuelto a recordar en Berlín, que el Mundial 2006 fue un verdadero cuento de verano.

Pero el cuento acabó. Vuelve el día a día, recordó en la capital alemana el ministro del Interior. "No todo el año puede ser Mundial de Fútbol. También un año entero de Navidad sería demasiado".