Mundial Alemania 2006: ¡Empezó!
9 de junio de 2006En Múnich, la ciudad donde se escenificó el juego inaugural del Mundial, las calles se convirtieron a las 6 p.m. (hora local) en un oasis de tranquilidad por las cuales escasamente transitaban uno que otro auto, un ciclista y un par de desprevenidos peatones que no cuentan al fútbol dentro de sus pasiones.
El resto de los 1,2 millones de habitantes de la capital de Baviera, más los cientos de miles de visitantes de diferentes partes del mundo que vinieron a participar en el evento, se congregaron al frente de las pantallas de televisión en sus casas, o en la Fiesta del Aficionado en el complejo olímpico, que a las 3 de la tarde ya estaba totalmente abarrotado.
Aquellos que no lograron ingresar a esta sitio de celebración se dirigieron al centro de Munich -al Marienplatz- donde también se congregaron los hinchas; u optaron por reunirse con amigos y conocidos en alguno de los innumerables restaurantes, parques o tradicionales “Biergarten” que también presentaron el partido inaugural entre Costa Rica y Alemania, que al final el local ganó 4-2.
Fútbol y convivencia
Desde muy tempranas horas empezaron a desfilar por Munich los aficionados al fútbol de todas las nacionalidades creando en cada esquina un ambiente festivo y de convivencia que le hizo honor al lema del Mundial de Alemania 2006 “el mundo entre amigos”.
Portando como distintivo cualquier prenda de vestir –desde una peluca hasta medias- los hinchas se identificaban como seguidores de una u otra selección y daban a conocer su país de origen.
Camisetas, banderas, trajes típicos... todo tuvo cabida en la fiesta del fútbol que arrancó en los cafés y las callejuelas del centro antiguo de Munich donde los diferentes grupos se tropezaban en cada esquina e inmediatamente iniciaban un duelo de cánticos, bailes y consignas de apoyo a sus equipos que inundaron la ciudad de una atmósfera plagada de alegría.
Por todos lados se escuchaban palabras en español, portugués, inglés, italiano, árabe y otra serie de idiomas constatando lo internacional de esta fiesta del fútbol que se vive cada cuatro años. Con una pizca de suerte algunos lograron comunicarse en alemán con sus anfitriones, quienes estaban en minoría.
En el estadio
Una de las principales características del primer día del Mundial fue el abarrotamiento de gente: en el tren subterráneo, en los cafés, a la entrada del estadio. La ciudad fue hoy una interminable fila.
Sin embargo todos llegaron a su destino, el estadio de fútbol. En sus afueras se veía no sólo a los afortunados poseedores de una entrada, también a otros tantos que desesperadamente ofrecían hasta 1.000,00 euros por un billete y sin intimidarse por la estricta vigilancia de la policía abordaban a los espectadores con su jugosa oferta, lamentablemente en la mayoría de los casos en vano.
Otros hinchas de equipos que no juegan en Múnich no quisieron perderse la oportunidad de ya estando en Alemania venir a la ciudad para empaparse un poco del ambiente inaugural como fue el caso de los mexicanos y los ecuatorianos. Incluso algunos cuyo país no se clasificó, como Venezuela, no desaprovecharon para lucir su bandera en esta fiesta de las naciones.
A lo largo de los primeros 90 minutos de este Mundial los seguidores de Alemania y Costa Rica alrededor del Planeta se desbordaron en emociones. Aún quedan un sin fin de partidos que depararán tristezas y alegrías en este Mundial que por fin empezó.