Un excepcional trabajo defensivo que tuvo su correlación en la no menos sensacional ofensiva de la selección noruega, en la que brilló con luz propia un magnífico Sander Sagosen, que demostró el porqué se le considera el futuro de este deporte.

Argumentos suficientes para llevar a Noruega a su segunda final consecutiva de un Mundial, tras caer hace dos años ante Francia en París y en la que los de Christian Berge se medirán el próximo domingo con el otro anfitrión del Mundial, Dinamarca.

Si Alemania quiso convertir desde un comienzo la semifinal en una batalla defensiva, el conjunto noruego no esquivó el envite y respondió al conjunto germano con un sensacional trabajo defensivo.

Eso sí, sin la agresividad del equipo alemán, que sobrexcitado por el espectacular ambiente del Barclaycard Arena de Hamburgo, no tardó en confundir la intensidad con una innecesaria dureza. Los colegiados checos Horacek y Novotny hiceron efectivas varias exclusiones.

jov (efe, ntv)