Mundial Rusia 2018: apertura, goleada y normalidad
14 de junio de 2018
Comenzó el mundial Rusia 2018 con una breve ceremonia inaugural y el 5-0 de Rusia contra Arabia Saudita. La euforia estuvo en el estadio Luzhnikí y en el Fan Fest de Moscú. El resto fue total parsimonia.
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La ceremonia inaugural fue sorpresivamente breve. El show, que duró unos 15 minutos, reunió al británico Robbie Williams –quien realizó un misterioso gesto obsceno ante los millones de televidentes del mundo-, a la soprano Aida Garifullina y al ex futbolista brasileño Ronaldo. Luego hablaron el presidente de Rusia, Vladimir Putin y el de la FIFA, Gianni Infantino.
Y después sí: el fútbol. En el estadio Luzhnikí de Moscú el seleccionado ruso -por el que ni sus propios compatriotas apostaban- sorprendió a todos con un contundente 5 a 0 ante Arabia Saudita. Sin embargo, la algarabía no se apropió de la capital rusa que, salvo en algunos puntos concretos, vive el Mundial con calma y normalidad.
En estos últimos días, los hinchas de las diferentes selecciones se reunieron en los alrededores de la Plaza Roja, a pesar de que estuvo casi siempre cerrada al público. Pero este jueves 14, el inicio formal de la Copa atrajo a miles al Fan Fest, un sitio hecho a medida de los fanáticos, donde se vende cerveza y comida rápida y hay negocios varios de empresas amigas de la FIFA. Durante el Mundial, en las pantallas gigantes del lugar se transmitirán todos los partidos, intercalados con shows artísticos.
Un largo camino rumbo al Fan Fest
Cada sede mundialista en Rusia tiene sus propios puntos de reunión para los hinchas. El domingo pasado (10.06.2018) se inauguró el Fan Fest de Moscú, que está preparado para recibir a hasta 25 mil fanáticos. Atrás del escenario y de las tres pantallas principales se encuentra la Universidad Lomonosov, cuyo edificio es tal vez la más impresionante de las “Siete hermanas” con las que José Stalin quiso revolucionar la arquitectura. La elección del sitio no fue casual. Fue justamente ese el edificio que simbolizó los Juegos Olímpicos de Moscú en 1980, boicoteados por Estados Unidos y sus aliados en el marco de la Guerra Fría.
Este jueves todo se dio bajo estrictas medidas de seguridad. El Fan Fest está ubicado sobre una colina algo distante de las principales bocas del imponente metro moscovita, y desde la que se ve gran parte de la ciudad. En primer plano se ve el estadio Luzhnikí, en el que se jugarán siete partidos en este mundial, incluida la final del 15 de julio.
La Policía de Moscú abría y cerraba pasos aleatoriamente, y para el arranque de la inauguración sólo era posible ingresar por una de sus puertas, lo que generó largas colas y molestias. Fueron varios los que desbordaron las vallas e incluso algunos saltaron rejas para avanzar, ante la mirada parsimoniosa de los muchos oficiales. Pero nada pasó a mayores y todo fluyó con calma.
El ruido y color inundan Moscú
Ya en el Fan Fest la mayoría eran rusos, aunque se destacaban por el ruido y el color los argentinos y los mexicanos, ya que ambas selecciones jugarán en Moscú el fin de semana. Entre la colorida multitud, un grupo de tres jóvenes con turbantes se volvieron un centro de atención. “Vinimos especialmente desde Malasia para la Copa del Mundo en Rusia, aunque no nos hayamos clasificado. Nuestro país se vuelve loco por el mundial, y a pesar de que nuestro equipo nunca llegue a la final, vinimos a ver este evento que trasciende las fronteras”, aseguró Seyvaq a DW. Junto a sus amigos Harmit y Shyaam viajarán a Kazán, a 800 kilómetros al este de la capital, para ver Francia versus Australia.
Volviendo a los fans latinoamericanos, Marco Cruz, un integrante de la banda peruana “Sentimiento blanquirrojo” salió junto con 14 amigos, el viernes 8 de junio, de Lima rumbo a Moscú. Tras nada menos que 88 horas de vuelo, con 3 escalas, llegaron a la capital rusa. Lo cierto es que los 25 mil peruanos que llegaron para ver el Mundial se hacen sentir. “Tras 36 años sin Mundial vinimos con la ilusión intacta. Mañana mismo estamos partiendo rumbo a Saransk para ver el sábado 16 el primer partido de Perú contra Dinamarca. En Moscú estamos haciendo un banderazo y lo haremos a cada ciudad que lleguemos para alentar a nuestro Perú”, promete Cruz.
Tras el partido, la desconcentración se realizó en calma. Y si bien dentro del predio los hinchas rusos mostraban alegría y sorpresiva satisfacción por la goleada, afuera, la ciudad permanecía inconmovible. Casi como si no hubiera empezado ningún Mundial de Fútbol ni el local hubiera metido 5 goles.
Diego González, desde Moscú (CP)
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Los destinos más hermosos de Rusia
El mundial de fútbol brinda oportunidad de descubrir un país que tiene mucho que ofrecer a los turistas: cúpulas doradas, noches blancas, lagos azules y vastas estepas.
Imagen: picture-alliance/ZB/C. Welz
El Kremlin: central de poder y Patrimonio Mundial
"Kremlin" significa "Fortaleza" y se lo encuentra en muchas ciudades rusas. El más famoso está en la capital rusa, Moscú. Antes gobernaban aquí los grandes duques, luego el Gobierno soviético, hoy el presidente Putin. Junto con la Plaza Roja forma parte del patrimonio mundial de la UNESCO. Los turistas visitan sus múltiples iglesias y palacios, así como la armería con los tesoros del Kremlin.
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Moscú City: el camarada Lenín se asombra
Lujosos edificios, oficinas descomunales – en el nuevo barrio llamado "Moscú City" rige el dinero. Rusia es un país lleno de contradicciones. Comunismo y capitalismo, riqueza y probreza, rascacielos brillantes y monumentos soviéticos. Es exactamente esta mezcla la que hace tan interesante una visita a Rusia.
Durante dos siglos, este gigantesco país fue gobernado desde San Petersburgo. La ciudad a orillas del río Nevá sigue impresionando con el esplendor barrocco de los zares: el Palacio Peterhof (imagen) o el Palacio de Invierno fascinan a los visitantes, sobre todo durante las noches blancas, cuando el sol no se oculta y toda la ciudad está sumergida en una luz mágica.
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El Anillo de Oro: como en un cuento ruso
Una de las rutas de viajes más populares es el Anillo de Oro, al noreste de Moscú. Este atraviesa ocho ciudades comerciales, con impresionantes conventos ortodoxos e iglesias. Por ejemplo, el monasterio de la Trinidad y San Sergio, en la ciudad de Sérguiev Posad (imagen).
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Kaliningrado: arquitectura gótica en ladrillo
En el profundo occidente ruso se encuentra Kaliningrado, una ciudad con raíces alemanas, que fue completamente destruida en la Segunda Guerra Mundial. Hasta 1945 se llamaba Königsberg y su ciudadano más ilustre es el filósofo alemán Immanuel Kant. La reconstruida catedral de Königsberg, del siglo 14, es el símbolo de la ciudad.
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Kamchatka: volcanes activos y manantiales calientes
En el otro extremo de Rusia, en el este del país, se encuentra la península de Kamchatka. Antes era una zona cerrada, pero hoy se la puede recorrer y descubrir la belleza de su paisaje, con más de 300 volcanes, la mayoría de ellos en actividad. Unos 10.000 osos pardos viven en esta región. Su comida preferida no son los turistas, sino los salmones, por suerte.
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El Volga: el río más largo de Europa
El Volga tiene 3.500 km de longitud y es considerado la cuna de Rusia. Hay muchas canciones y poesías en su honor. A sus orillas se encuentran grandes metrópolis y pequeñas ciudades, que los turistas pueden explorar a bordo de un crucero. Cinco de las once ciudades en las que se juega el Mundial, se encuentran a orillas del Volga: Kazán, Samara, Saransk, Nizhni Nóvgorod y Volgogrado.
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Volgogrado: escenario de la historia
En Volgogrado, antes Stalingrado, tuvo lugar una de las batallas decisivas de la Segunda Guerra Mundial. La estatua de 80 metros de altura, llamada „Madre Patria“, rinde homenaje a las 700.000 personas que perdieron la vida en esa batalla. La ciudad, que había sido completamente destruida, fue reconstruida en los años 50 y 60. El antiguo estilo soviético está hoy nuevamente de moda.
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El ferrocarril Transiberiano: el camino es el objetivo
Con 9.288 kilómetros, el Transiberiano es el trayecto ferroviario más largo del mundo. La ruta clásica de Moscú a Vladivostok lleva de siete a nueve días. La duración varía según si se viaja en trenes de línea o con más confort en un tren especial y si se pernocta en casas de familia o en hoteles. Es, sin duda, la mejor manera de conocer el país más grande del mundo.
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Siberia: frío en invierno y mosquitos en verano
Siberia ocupa aproximadamente tres cuartas partes de la superficie de Rusia. Empieza allí donde termina Europa y comienza Asia, en los Montes Urales. Aquí se extienden las casi infinitas estepas de la tundra y los espesos bosques de la Taiga. Muchos grupos étnicos, como los buriatos, los evenkis o los tuvanos, mantienen vivas sus tradiciones y son famosos por su hospitalidad.
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Lago Baikal: aquí se bañan los fuertes
El lago queda en el sur de Siberia. Tiene 636 kilómetros de largo, 49 kilómetros de ancho y 1.637 metros de profundidad y es el lago de agua dulce más grande y más profundo del mundo. Hoteles y albergues ofrecen excursiones de varios días para mochileros. El Baikal es ideal para hacer senderismo, pero bañarse en él, considerando su temperatura máxima de apenas 10 grados, es todo un desafío.
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Sochi: balneario a orillas del mar Negro
Con una temperatura del agua de 24 grados en verano y su clima subtropical, Sochi es la capital de veraneo en Rusia. Tierra adentro están las montañas del Cáucaso, junto al mar las palmeras del paseo marítimo. Sochi es la ciudad más austral del Mundial de fútbol. Tanto jugadores como hinchas pasarán calor, pero un baño en el mar Negro no promete ser muy refrescante.