En el último minuto fue detenido el inicio de la construcción de un controvertido puente, que tenía el objetivo de descongestionar el tránsito vehicular y al que se oponía la misma Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El organismo advirtió a las autoridades del Estado federado de Dresde, que, de llevar adelante el proyecto, podría perder el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad.

El Tribunal Administrativo de Dresde aceptó las demandas interpuestas por tres organizaciones ecologistas y suspendió la construcción del controvertido puente. Sin embargo la realización del proyecto, de un costo de 160 millones de euros, ha sido pospuesta, pero no definitivamente cancelada. Dos semanas tienen los involucrados para interponer una apelación y eventualmente revocar la decisión del tribunal.

Murciélago proveniente de Europa

Desde hace meses, la población de Dresde está enfrascada en un acalorado debate en torno a la construcción del puente y probablemente el caso será dirimido por los jueces. Pero el pequeño murciélago podría convertirse en el principal argumento que obligue a la ciudad a buscar otras alternativas.

En Alemania es conocido como “kleine Hufeisennase”. El murciélago pequeño de herradura (Rhinolophus hipposideros) es una de las especies más pequeñas del mamífero alado. Es originario de Europa y vive en las cavidades subterráneas del hermoso Valle del Elba. No se sabe con precisión cuántos ejemplares existen en el tramo por donde el puente cruzaría el valle, pero en todo caso la vulnerabilidad de su existencia fue considerada por el tribunal.

Idea de más de 100 años

El conocimiento científico sobre esta especie tiene lagunas y tampoco se sabe como se comportaría el mamífero de construirse el puente. Pero los jueces tuvieron algunas consideraciones. “Las luces de los automóviles atraen insectos y esto podría representar un peligro para los pequeños murciélagos, pues atraídos por los insectos podrían morir atropellados", advirtió Robert Bentner, portavoz del Tribunal Administrativo de Dresde.

Desde hace más de 100 años se pensó en construir un puente sobre el Elba a un kilómetro de distancia del centro de la ciudad. En el 2002 se puso la primera piedra, en el 2005 hubo un pelisbiscito ciudadano y en el mismo año la UNESCO expresó reservas a su construcción. La población entre tanto está dividida y molesta tras el largo debate. Sus partidarios argumentan que descongestionaría el tránsito ciudadano, y sus detractores argumentan daños medioambientales y las consecuencias que tendría para el turismo perder el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad.

El tramo del valle del Elba, un total de veinte kilómetros, se ganó hace tres años el título de Patrimonio de la Humanidad después de que la ciudad destinara cientos de millones de euros para hermosear la zona.