Murió el célebre comediante mexicano “Chespirito”
28 de noviembre de 2014 A la edad de 85 años y rodeado por su familia, murió este viernes (28.11.2014) el célebre comediante mexicano Roberto Gómez Bolaños, conocido como “Chespirito”. El artista, que complementó la creación de guiones con la actuación en cine, teatro y televisión, tenía problemas respiratorios desde hace años, los que no le impedían tener un contacto fluido con sus seguidores gracias a la red social Twitter.
El cómico falleció en Cancún, donde residía hace años, de acuerdo a información entregada por la cadena Televisa, donde Gómez Bolaños realizó toda su carrera. Allí brilló con programas como “Los supergenios de la mesa cuadrada” y apariciones en rutinas humorísticas, aunque todo su genio creativo explotó en 1971 con la creación de “El chavo del ocho”, un niño pobre que compartía su vida en una particular vecindad.
“El chapulín colorado”, “Los caquitos”, “El doctor Chapatín” o “Chaparrón Bonaparte” formaron parte de sus programas, que hasta el día de hoy son transmitidos en toda América Latina, donde cuenta con millones de seguidores. “El chavo del ocho” hoy incluso tiene una serie animada. Es difícil concebir la infancia de numerosas generaciones latinoamericanas sin la presencia de estos personajes en sus vidas.
Sus grandes amores
Gómez Bolaños nació en Ciudad de México el 21 de febrero de 1929. Estudió, aunque no terminó, la carrera de ingeniería en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La producción, la actuación, la dirección e incluso la composición fueron los oficios a los que entregó su vida. Un relato pormenorizado de sus inicios en el mundo del espectáculo lo entrega en su autobiografía “Sin querer queriendo”, donde también relata cómo se enamoró de Florinda Meza, la intérprete de “Doña Florinda”.
La emblemática actriz de sus programas fue el gran amor de su vida. Gómez Bolaños, que era 19 años mayor, se casó con ella en 2004 después de 27 años de vida en común, donde compartieron set en el cine (“El chanfle”) y en teatro (“Once y doce”, una de las más exitosas de la historia en México). El apodo de “Chespirito” fue obra del director de cine Agustín Delgado, quien lo motejó de esa forma por ser un Shakespeare chiquito, por su baja estatura.
Gómez Bolaños llevaba varios años con problemas de salud, como diabetes y enfisema pulmonar, y en un gran homenaje que se le hizo en 2012 en el Auditorio Nacional de Ciudad de México, al que se sumaron 17 países del continente, estuvo en silla de ruedas y con un tanque de oxígeno. Tras su fallecimiento, la televisión mexicana comenzó a transmitir homenajes a esta figura, que trascendió las fronteras de su país y encantó a niños de todos los rincones de América Latina.
DZC (dpa, EFE, Reuters)