Murió el peruano exjefe de ONU Javier Pérez de Cuéllar
5 de marzo de 2020
Pérez de Cuellar fue uno de los peruanos de mayor relevancia en la esfera política y diplomática, como único latinoamericano en ocupar la Secretaría General de las Naciones Unidas.
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El diplomático peruano Javier Pérez de Cuéllar, quien fue secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de 1982 a 1991, falleció este miércoles (04.03.2020) en su casa en Lima a los 100 años de edad por complicaciones de salud.
Javier Pérez de Cuellar fue uno de los peruanos de mayor relevancia en la esfera política y diplomática, como -hasta el momento- único latinoamericano en ocupar la Secretaría General de las Naciones Unidas. Considerado un negociador incansable, efectivo, paciente y cauteloso, durante sus diez años al frente de la ONU, Pérez de Cuellar mostró un gran interés por los países en desarrollo y actuó de pacificador en diversos conflictos internacionales.
El diplomático murió este miércoles en su domicilio por causas naturales y será enterrado este viernes con honores de jefe de Estado en el antiguo cementerio Presbitero Maestro, de Lima, con la presencia del presidente de Perú, Martín Vizcarra.
Vizcarra expresó sus condolencias en Twitter: "lamento profundamente el fallecimiento de don Javier Pérez de Cuéllar, insigne peruano, demócrata a carta cabal, quien dedicó su vida entera al trabajo por engrandecer a nuestro país".
En tanto, la cancillería peruana destacó en un comunicado que Pérez de Cuéllar fue un "peruano ilustre y diplomático por excelencia" que "dedicó su vida al servicio del Perú y de la comunidad internacional, ejerciendo con probidad y compromiso ejemplar".
El negociador incansable
Entre numerosas intervenciones al frente de la ONU, desempeñó un papel decisivo como intermediario en la guerra de las Malvinas, que enfrentó en 1982 a Argentina con Gran Bretaña, y consiguió que el iraquí Sadam Husein y el iraní Ruholá Jomeini acordaran la paz a través de la resolución 598 del Consejo de Seguridad, aprobada en 1987.
También dedicó sus esfuerzos en favor del Grupo de Contadora, marco básico para la pacificación de Centroamérica, y para la salida pactada de las tropas soviéticas de Afganistán, además de interceder en las negociaciones para la independencia de Namibia y en el conflicto del Sahara entre Marruecos y el Polisario.
En Perú, Pérez de Cuéllar ejerció como presidente del Consejo de Ministros y ministro de Relaciones Exteriores simultáneamente durante el gobierno de transición de Valentín Paniagua, entre el 22 de noviembre del 2000 al 28 de julio de 2001. Además, fue candidato a la presidencia en 1995, cuando perdió frente a Alberto Fujimori, quien fue reelegido.
Nacido en Lima el 19 de enero de 1920, y de familia aristocrática, Javier Felipe Ricardo Pérez de Cuellar Guerra se casó en primera nupcias con la francesa Yvette Roberts, con quien tuvo dos hijos, y posteriormente con la peruana Marcela Temple Seminario, con quien tuvo otros dos hijos.
Además de haber recibido numerosas condecoraciones en Perú y más de treinta países, así como doctorados honoris causa de medio centenar de universidades, recibió premios como el Príncipe de Asturias a la Cooperación Iberoamericana (España, 1987), el Premio Olof Palme (Suecia, 1988) y el Jawaharlal Nehru (India, 1989). Asimismo, fue autor de las obras Manual de Derecho Diplomático (1964), Orden o Anarquía (1992), Peregrinajes por la Paz (1997) y Memorias: recuerdos personales y políticos (2012). En 2014 publicó Los Andagoya, su única novela.
ama (efe, afp)
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Espacios de memoria en Alemania y Latinoamérica
Numerosos sitios buscan honrar a quienes fueron víctimas de crímenes de estado y generar conciencia para que dichos episodios no vuelvan a ocurrir.
Imagen: Cristóbal Palma
Verdad y reparación
En diferentes países y con distintas historias, los espacios de memoria llaman a tomar conciencia sobre crímenes que no deben repetirse. El emblemático “nunca más” a dictaduras, regímenes totalitarios y conflictos armados es el gran mensaje que encierran estos lugares, donde se promueve el respeto a los Derechos Humanos, se hace visible a las víctimas y se reconoce su dignidad.
Imagen: Secretaría de Derechos Humanos, Argentina
Alemania y su memoria
El esfuerzo de Alemania por elaborar su memoria en torno al nacionalsocialismo y la extinta República Democrática Alemana se ha traducido en diversas iniciativas. En Bremen, este enorme búnker destinado al ensamblaje de submarinos en la Segunda Guerra Mundial es hoy un memorial por los dos mil prisioneros que aquí murieron, de los más de diez mil que realizaron trabajos forzados día y noche.
Imagen: picture-alliance/dpa
Crímenes de estado
Las celdas de la antigua prisión de la Stasi se mantienen como testimonio de la represión en la RDA. Tras su cierre en 1990, antiguos prisioneros impulsaron la creación de un sitio conmemorativo. El Memorial Berlín-Hohenschönhausen es visitado anualmente por 436 mil personas, en su mayoría estudiantes, quienes son guiados normalmente por exprisioneros.
Imagen: Ruth Stoltenberg
Ventana al pasado, reflexiones actuales
Una oficina y un antiguo teléfono hacen recordar el férreo sistema de seguridad, que incluía una extensa red de espionaje, informantes y escuchas, de los que nadie estaba libre. Investigación, exposiciones, actividades y publicaciones del memorial fomentan la reflexión sobre las formas y las consecuencias de la persecución y la opresión política.
Imagen: Ruth Stoltenberg
Memoria, verdad y justicia en Argentina
El edificio del viejo aeropuerto de Trelew, sur de Argentina, fue recuperado para honrar la memoria de un grupo de presos políticos fusilados en este lugar. Hoy forma parte de la Red Federal de Sitios de Memoria: lugares donde se registraron casos de secuestro, tortura y desaparición forzada de personas por razones políticas durante la dictadura cívico-militar, entre 1976 y 1983.
Imagen: Secretaría de Derechos Humanos, Argentina
Investigación y justicia
Este centro clandestino de detención funcionó en dependencias policiales en pleno centro de la ciudad de Córdoba, Argentina. Hoy es sede de la Comisión y el Archivo provincial de la Memoria. La conservación de estos sitios aporta también pruebas para las investigaciones judiciales.
Imagen: Secretaría de Derechos Humanos, Argentina
Museo de la Memoria, Santiago
En muchos países se construyen centros para resguardar la memoria. Más que museos tradicionales, son espacios de reflexión y encuentro en torno a determinados hechos. En Chile, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos está dedicado al período de la dictadura de Augusto Pinochet, entre 1973 y 1990.
Imagen: Matías Poblete Aravena
Testimonios en dictadura
La colección incluye más de doscientas mil piezas, entre objetos y registros en distintos formatos. Entre ellas, hay archivos de organismos de DDHH que operaron bajo dictadura y que fueron declarados Memoria del Mundo por la UNESCO en 2003. También objetos artísticos, recuerdos y cartas de prisioneros y familiares, y más de dos mil registros fílmicos.
Imagen: Matías Poblete Aravena
Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, Bogotá
El CMPR, en la capital de Colombia, es un espacio para la dignificación de la memoria de las víctimas de más de medio siglo de violencias y conflictos armados, y un aporte a la construcción de una cultura de paz y respeto de los Derechos Humanos. Tiene un centro de documentación y ofrece exposiciones y eventos participativos.
Imagen: Diego Bauman /Alcaldía Mayor de Bogotá
Museo de la Palabra y la Imagen, San Salvador
El MUPI de la capital de El Salvador reúne un amplio registro de documentos, archivos sonoros, películas, fotos y objetos que permiten dar una mirada profunda a la historia y los conflictos armados que han sacudido este país. A través de la campaña “Contra el caos de la memoria” recupera documentos de valor histórico, cultural o artístico.
Imagen: Museo de la Palabra y la Imagen San Salvador, Februar 2015.
Proyecto Lugar de la Memoria, Lima
El LUM (Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social) está emplazado en la capital peruana. Se construyó con aportes del gobierno alemán y será inaugurado en diciembre de 2015. Una muestra permanente y un centro de documentación con más de 10 mil archivos son parte del proceso de recordar los hechos de violencia entre 1980 y 2000.