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Museo del espionaje

16 de enero de 2012

El cuartel general de la temida policía política de la ex RDA, la Stasi, abrió sus puertas como museo, mostrando al público su modus operandi: espiar, perseguir y reprimir a la población y a los enemigos del régimen.

Las "actas de la Stasi".Imagen: AP

El complejo de hormigón, antaño herméticamente cerrado, que albergó al Ministerio de Seguridad del Estado de la extinta República Democrática Alemana (RDA), abrió sus puertas como un lugar de encuentro para preservar la memoria. Sus paredes recién pintadas y un busto de Carlos Marx que recibe al visitante a la entrada poco revelan del sórdido mundo del espionaje, la manipulación y la represión que fue orquestado desde sus entrañas.

Unas seis mil personas acudieron a la apertura, entre ellas los activistas políticos que encabezaron la rebelión pacífica que acabó derrumbando el Muro de Berlín hace más de 22 años, que nuevamente entonaron la consigna  “nosotros somos el pueblo”.

La oficina de Erich Mielke.Imagen: BStU

Corazón de la muestra: el escritorio de Mielke

Una alfombra rojo sangre cubre el piso de madera recién restaurado de la oficina de Erich Mielke, quien dirigió de 1957 a 1989 el aparato policial y de inteligencia de la República Democrática Alemana (RDA). Unas sillas color azul índigo hablan del entorno colorido que le gustaba al jefe de la Stasi, que ejercía un poder casi absoluto y consideraba enemigo a todo aquel que pensara diferente. 

El 15 de enero de 1990, una multitud enfurecida irrumpió en el cuartel general en el barrio berlinés de Lichtenberg. Se apropiaron de millones de documentos y parte del mobiliario de la llamada “Casa 1”, lo que hizo posible que fueran preservados y ahora sean exhibidos en su entorno original. Durante la apertura se recordó el día en que los archivos de la Stasi fueron abiertos al público, un 15 de enero de 1992, revelando lo que la red de espías e informantes recababa meticulosamente sobre la población germano oriental.

Los archivos de la Stasi.Imagen: picture-alliance/Bildarchiv

Red de espionaje contra la población

El poderío de Mielke se basaba en unos 90.000 agentes de tiempo completo y una red de 200.000 informantes inoficiales que tenían como misión vigilar y castigar a los enemigos del régimen. Al final no pudieron reprimir la voluntad popular que acabó provocando el desplome del sistema.

Desde que los archivos de la Stasi abrieran sus puertas, más de 1,8 millones de afectados han presentado solicitudes para enterarse sobre quién los espiaba y qué se escribía sobre su persona.

Uno de los documentos autorizaba a los agentes a hacer uso de las armas si algún ciudadano “traidor” intentaba fugarse al oeste a través de las fronteras inter-alemanas.

Entre los objetos en exposición se encuentra la red telefónica original con aparatos dotados de un timbre rojo que comunicaba directamente con el comité central del Partido Socialista Unificado Alemán. También se exhiben máquinas de escribir “Robotron 202” de producción germano oriental y un gran aparato televisor marca Philips con el que Mielke veía la televisión occidental, un artículo inalcanzable para un ciudadano común y corriente. 

El Estado alemán invirtió 11 millones de euros en el saneamiento del edificio, modernizándolo desde el punto de vista técnico, aunque históricamente haya sido respetado el mobiliario original.

Autora: Eva Usi

Editora: Emilia Rojas

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