Musharraf: "Si no se entregan, morirán"
7 de julio de 2007El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, amenazó este sábado con emplear la fuerza militar para acabar con el sitio de la Mezquita Roja de Islamabad. "Aquellos que todavía se encuentran dentro de la mezquita deben abandonarla cuanto antes. De otro modo morirán."
Entre tanto, un grupo de islamistas permanece en el recinto religioso, donde retiene a mujeres y niños en calidad de escudos humanos.
La situación pende de un hilo. El líder religoso, Abdul Rashid Ghazi, que encabeza a los sitiados, responsabilizó a las tropas gubernamentales por la muerte de decenas de estudiantes islámicos; cifras oficiales hablan de 19 muertos desde que se inició la crisis más reciente, el martes pasado.
"No permitiremos que nos arresten. Estamos dispuestos a convertirnos en mártires", dijo Rashid. El ministro del Interior, Aftab Khan Sherpao, rechazó las acusaciones y dijo que Ghazi "debe enfrentar su responsabilidad en los tribunales."
Una delegación de religiosos musulmanes intentó entrar a la mezquita la madrugada del domingo para disuadir a Ghazi y a los suyos para que salieran del lugar. No obstante, se oyeron disparos atribuidos a las fuerzas militares, y la comitiva desistió de su cometido.
Un diputado pakistaní acusó al gobierno de Musharraf de torpedear cualquier intento de negociación. Diversos analistas resaltan la debilidad del gobierno militar pakistaní, y una conferencia de la oposición, en Londres, demandó la renuncia del mandatario.
Pero otros dudan de que los islamistas tengan fuerza suficiente como para hacerse del poder en ese país, del cual depende en parte del delicado equilibrio estratégico de la zona. En los 60 años de existencia de esa nación, los partidos de corte religioso nunca han ganado más de doce por ciento de los votos.
70 por ciento de la población en Pakistán vive en las provincias de Sindh y Punjab, donde gobiernan religiosos moderados. En el ejército, factor determinante en todo acontecimiento nacional, 84 por ciento de los soldados vienen de las mencionadas zonas.
Se considera, por ello, que Musharraf es parte del problema, y no la solución. Por una parte, ha establecido nexos con grupos islamistas para neutralizar a los partidos seculares. Por otro, los radicales le sirven como instrumento en la batalla retórica contra la India y Afganistán.
Así, Musharraf es en parte responsable por la radicalización de elementos como los que se encuentran atrincherados en la Mezquita Roja. Se presume que el propio Osama Bin Laden tiene contactos estrechos con esa sede religiosa, a la cual están adscritas dos escuelas donde se enseña el Corán. En los años ochenta, dicha mezquita fue refugio de "guerreros sagrados" que luchaban contra la ocupación soviética de Afganistán.
Más recientemente, el recinto se transformó en foco de la resistencia contra polßiticas "proestadounidenses" de Pervez Musharraf.