Tras los atentados de París, muchos musulmanes temen aumento de los prejuicios y resentimientos en Alemania. La imagen del islam empeora pese al intenso diálogo religioso.
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“No quedará sin consecuencias”, dice Hamideh Mohagheghi. Nacida en Irán, la jurista y teóloga es uno de los pilares del diálogo interreligioso en Alemania y profesora de Teología Islámica en la universidad de Paderborn. “Es importante cómo reaccionamos como musulmanes ante los atentados”, continúa.
Desde hace tiempo, el islam se enfrenta en Alemania y Europa contra un rechazo creciente en la mayoría de la sociedad. Según un estudio realizado por el Instituto Emnid para el cluster de “Religión y Política” de la universidad de Münster, publicado en diciembre de 2010, dos de cada cinco alemanes se sentía amenazado por el islam. Tras los atentados de París, Detlef Pollack, profesor de Sociología y Religión en la universidad de Münster, se muestra pesimista: “Es muy probable que empeore la imagen de los musulmanes”, aclara a DW. Entonces ya muchos ciudadanos temían la inmigración de islamistas. "En aquel momento, el plantemiento era: a veces tengo miedo de que entre los musulmanes de Alemania pueda haber terroristas”, aclara Pollack. Más del 60% compartía esa afirmación.
Llamada a la conciliación
En la discusión política todavía se diferencia entre terroristas islamistas y el islam. Pero entre el grueso de la población, continúa Pollack, esta diferenciación llega solo parcialmente. “Creo que es importante no reaccionar desmesuradamente”, aclara. Según él, el objetivo de los atentados era separar a los musulmanes del pueblo y de las sociedades democráticas occidentales. “Se pretende hacer que surja una comunidad musulmana que se posicione contra Europa”, aclara: “Es importante que no nos dejemos llevar a su terreno”.
Para la paz social, según los expertos, en el futuro será decisiva la actitud de la esfera política y las asociaciones musulmanas. Estas últimas se esfuerzan por conseguir reconocimiento, pero los esfuerzos son frecuentemente infructuosos. Aunque se posicionen claramente contra el terrorismo islámico, sigue aumentando el rechazo al islam.
Profecías en parte
Para Hamideh Mohahgheghi, sería necesaria una discusión teológica con el Estado Islámico. Si los autores del atentado dicen que lo hacen por sus creencias, habría que ver qué creencias tienen, aclara. Realmente, del Corán se pueden tomar piezas sueltas y crear una ideología a a partir de ellas.
Para la teóloga, también la política estaría obligada a participar. Europa usa frecuentemente distintas varas de medida. Hace unos días, en un atentado en Beirut murieron 40 personas a manos de dos terroristas suicidas del Estado Islámico. Pero aquí no se escuchó mucho. “No pretendo rebajar la dureza de los atentados de París, pero sería bueno que aquí también se escuchase cuando esto sucede en otro sitio”, añade.
Básicamente, la teóloga evalúa la situación de los 4,5 millones de musulmanes en Alemania de una forma más positiva que en la vecina Francia. Aquí hay un diálogo interreligioso constante. Se ha progresado juntos y se han creado vínculos de confianza, dice Mohagheghis. En Francia es diferente. “Allí se discute todavía sobre si los musulmanes tienen que comer carne de cerdo en las cantinas del colegio. Eso aquí no existe y deberíamos estar orgullosos de ello”, concluye la experta.
Ramadán, meditación y mercantilismo
En el mundo islámico, el noveno mes del calendario (ramadán) está dedicado al ayuno y la meditación. No obstante, muchos musulmanes se quejan de que en esa fecha los comerciantes sucumben a los efectos del mercantilismo.
Imagen: Abbas Momani/AFP/Getty Images
Oración y abstinencia
Según el Corán, el profeta Mahoma recibió la primera revelación sagrada en ramadán. Celebrando aquel suceso, los musulmanes –incluso aquellos que se hayan de viaje– le dedican el noveno mes de su calendario al ayuno, la meditación y la abstinencia. De ahí que muchos aeropuertos internacionales –como este en Amán– tengan espacios especiales para las oraciones diarias de los musulmanes.
Imagen: picture alliance/Robert Harding World Imagery
El aterdecer es...
...el momento en que el ayuno diario es interrumpido en el mundo islámico. Durante el mes de ramadán, los musulmanes se abstienen de consumir bebidas y alimentos desde que sale el sol. En la imagen, tomada en Baréin hace algún tiempo, un grupo de hombres contempla el cielo a la espera de que caiga la noche. Al atisbar la luna, éstos se dirigieron a la playa para comer, beber y orar juntos.
Imagen: AP
Fortaleciendo el sentido de comunidad
Cuando cae el sol, los miembros de esta familia bosnia siempre cenan juntos porque uno de los aspectos más importantes de la festividad del ramadán es fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia. Las mujeres embarazadas, los niños pequeños, los ancianos, los enfermos y los viajeros están exentos del ayuno diario. Pero quien quiera “recuperar” el ayuno, puede hacerlo en otro momento.
Imagen: dapd
A precios de ramadán...
Los mercaderes de este bazar en Daca, la capital de Bangladés, venden carne y otros alimentos durante ramadán. Pero, como saben que a la cena se le da gran importancia en esta época, aumentan los precios de los comestibles hasta en un 60 por ciento para sacarle mayor ganancia al mes del ayuno.
Imagen: dapd
Fiebre consumista
En general, los gastos de los musulmanes practicantes tienden a aumentar en el mes de ramadán, no solo porque los usureros incrementan el precio de la comida, sino porque muchos tienden a renovar los objetos relacionados con la festividad, desde los faroles de ramadán hasta las alfombras para orar. En la foto, mercaderes egipcios intentan seducir a potenciales clientes con ofertas especiales.
Imagen: Reuters
Donar y compartir
Otra de las tradiciones asociadas a la festividad de ramadán lleva a los musulmanes a compartir su comida con los más pobres y hacerles llegar donaciones. El acto de dar limosnas, como se ve en esta foto tomada en Marruecos, es uno de los cinco pilares del Islam. Los otros son: el credo, la oración diaria, la peregrinación hacia la Meca y el ayuno.
Imagen: DW/M. Houbice
Buscando iluminación
Las luces de millones de faroles bañan las calles de muchas ciudades durante el mes de ramadán. También los comercios y las casas, como esta de Baréin, se encienden por dentro, haciendo referencia simbólica a la búsqueda del camino hacia la divinidad, Alá. La industria publicitaria invierte mucho dinero en spots de televisión alusivos al ramadán, cosa que disgusta a muchos religiosos.
Imagen: dapd
La noche se llena de vida
Muy pocos cafés y restaurantes abren sus puertas de día durante el mes de ramadán. La mayoría de las ciudades del mundo islámico se llenan de vida cuando cae el sol y llega la hora de interrumpir el ayuno. En Irán, hasta los cines cierran de día; en compensación, estos locales permanecen abiertos horas adicionales en las noches.
Imagen: MEHR
Rompiendo el ayuno
Cuando culmina el mes de ramadán se celebra durante tres días el Eid al-Fitr, la fiesta de la ruptura del ayuno. Los niños reciben golosinas, juguetes y prendas vistosas. Los adultos preparan platos deliciosos, como en esta imagen tomada en Ramallah ...Y los precios de los comestibles retornan a los niveles habituales.