Como lozanas perlas norteñas en una cadena las islas Frisias se alinean una tras otra. Las aguas del incansable Mar del Norte tocan a sus costas por el noroeste. Ésta es la corriente que día y noche hace de las Frisias, alargadas colinas naturales que se mueven, grano a grano de arena, en dirección a oriente.

Las islas Frisias son como una familia compuesta por siete hermanas que ahora ven crecer, en medio de ellas, a la octava. Y aunque al referirse a Kachelotplate aún algunos hablan de "banco de arena", ésta es, según la Oficina de Administración de Aguas y Protección de Costas del estado federado de Baja Sajonia (NLWK), "una isla". Kachelotplate ha crecido continuamente desde hace 3 décadas, amparada por dos hermanas mayores: Juist y Borkum.

Alemania da a luz una isla

"El surgimiento de Kachelotplate se debe al cambio de corrientes marinas", asegura, Achim Stolz, vocero de la NLWK. Las arenas que antes enriquecían a la vecina isla de Juist son ahora depositadas por la marea alta a medio camino. Así, grano por grano ha nacido una nueva isla en, relativamente, poco tiempo. Entre tanto, la isla tiene un territorio de 160 hectáreas que no es inundado por la marea. Este ha sido el principal criterio para declarar a Kachelotplate como "nueva isla alemana". La octava isla Frisia cuenta ya con "colinas" de hasta dos metros y una "tímida vegetación". Kachelotplate tiene además dos kilómetros y medio de longitud. Su lugar más ancho es de 1,2 kilómetros y el más angosto mide 300 metros.

Bonitas entre las bonitas

Wangerooge, Spiekeroog, Langeoog, Baltrum y Norderney son las otras cinco hermanas de Borkum, Kachelotplate y Juist, ésta última considerada "la más bonita de todas". Los paseos a través de todas las Frisias son inolvidables; ya sean a pie, en bicicleta o a caballo.

Las primas de las Frisias del Este están en el noroccidente. Gran parte de esta zona es parque nacional. Sylt, es la más populosa, algo así como la "Ibiza" del norte. Föhr y Amrum son, en cambio, más tranquilas. Mar adentro aparece Helgoland que se puede visitar en uno o dos días. Esta isla se utilizó como base de submarinos durante la II Guerra Mundial, y es posible ver los incombustibles búnkers y los túneles subterráneos; un camino panorámico circunda la isla y permite una espectacular vista a los acantilados, un paraíso de aves marinas

La clara luz norteña es legendaria. Para la gente del interior, plagados por los oscuros y largos días de invierno, son los claros días de las Frisias un verdadero bálsamo. Y en las noches, la transparencia del aire y la ubicación en esta longitud norteña desvelan una magnífica bóveda celestial plena de estrellas casi al alcance de las manos.

José Ospina Valencia