Nadie se salva de la corrupción
3 de diciembre de 2014 Ningún país del mundo ha alcanzado el puntaje máximo de 100 en el Índice de Percepción de la Corrupción. El estudio de Transparencia Internacional urge a los estados con mayores dificultades a tomar medidas radicales para combatir este mal.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción 2014, publicado por Transparencia Internacional este miércoles (03.12.2014), la corrupción es un problema “para todas las economías”. Para prevenir este acuciante asunto, Transparencia sostiene que los centros financieros de Estados Unidos y la Unión Europea deben “trabajar en conjunto con las economías que están creciendo más rápido”.
“Escuelas mal equipadas, carencias en el área de la salud y elecciones decididas por el dinero” son solo algunas de las consecuencias de la corrupción mencionadas por el Índice.
Nadie es perfecto
El Índice de Percepción de la Corrupción, que está basado en la opinión de expertos de todo el mundo, mide cómo son percibidos los niveles de corrupción del sector público. Lo alarmante de los resultados es que ningún país alcanzó el máximo nivel en el Índice de este año. En una escala de 0 (muy corrupto) a 100 (muy limpio), más de dos tercios de los países alcanzan un nivel por debajo de 50.
Los estados con las caídas más drásticas fueron China, que bajó de 40 a 36 puntos; Turquía, que pasó de 50 puntos a 45, y Angola, que de los 23 que obtuvo el año 2013 ahora solamente alcanzó 19. En el otro extremo, Costa de Marfil, Egipto, San Vicente y las Granadinas fueron los que obtuvieron las mejoras más visibles, cada uno superando en cinco puntos sus resultados del año pasado. Afganistán, Jordania, Mali y Suiza también mejoraron sus registros, en cuatro puntos cada uno.
En la cima de la tabla, sin embargo, se encuentra Dinamarca, con un índice de 92 sobre 100, lo que Transparencia Internacional entiende como un “fuerte imperio de la ley, respaldo para la sociedad civil y reglas claras para quienes se encuentran en posiciones públicas”. Alemania luce una cómoda posición en el ranking, al alcanzar el puesto número 12, entre Australia e Islandia. Europa Occidental en conjunto obtiene un promedio de 66 puntos, teniendo en Grecia y Rumania sus peores ejemplos: ambos estados alcanzaron apenas 43 unidades. Con sus 59 puntos, España quedó en el puesto 37. A nivel mundial, los últimos lugares son para Corea del Norte y Somalia, que suman escuálidos 8 puntos.
¿Y América Latina?
Latinoamérica, en tanto, vive realidades dispares. Los mejores evaluados fueron Chile y Uruguay, con 73 puntos, lo que les permite ubicarse en la posición número 21 del ranking, gracias a instituciones sólidas y una policía confiable, entre otras virtudes. Al otro lado están Venezuela y Haití, que con solo 19 puntos se encuentran entre los diez países con los sectores públicos más corruptos, junto a Yemen, Angola y Guinea-Bissau.
Malos resultados exhiben también Nicaragua y Honduras, aunque en este último caso hubo una notoria mejoría con respecto a 2013, mejorando 14 puestos en la lista. Brasil y México se vieron afectados por enormes escándalos, como el de Petrobras y la desaparición de los 43 estudiantes en Guerrero, pese a lo cual ambos países avanzaron tres puestos en el ranking. Brasil sumó 43 puntos y México, 35. Argentina quedó en el puesto 107 del ranking, uno menos que en 2013. Otros países de la región que figuran en el listado son Costa Rica (47), Perú (85), Colombia (94), Panamá (95), Bolivia (103), Ecuador (110), Guatemala (114) y Paraguay (150).
Abuso de poder
“El Índice de Percepción de la Corrupción muestra que el crecimiento económico se ve mermado y los esfuerzos para detener la corrupción desaparecen cuando los líderes y las personas con altos cargos abusan de su poder para apropiarse de los fondos públicos para beneficio personal”, dijo el peruano José Ugaz, el jefe de Transparencia Internacional.
Ugaz llamó a los países que figuran en el fondo del ranking a tomar medidas anticorrupción en favor de sus habitantes y a los países en la cima del índice a asegurarse de no exportar prácticas corruptas a países menos desarrollados.