Napolitano pidió formar un Gobierno de coalición en Italia
12 de abril de 2013 Giorgio Napolitano tiene 87 años, el próximo mes se termina su mandato y podría esperarse que esté cansado de los problemas y sólo espere el momento de irse a casa. Pero no. Ya dijo que no se iba a ir mientras pudiera aportar algo, y eso intentó hacer este viernes (12.04.2013), al hacer un sentido llamado a los partidos políticos.
El presidente de Italia pidió superar las diferencias ideológicas que mantienen al país sumido en la parálisis política desde hace un mes y medio, cuando las elecciones generales no dejaron ganadores claros y dividieron el poder parlamentario en tres coaliciones que no han sido capaces de llegar a un acuerdo para formar Gobierno, algo que Napolitano califica de “necesidad urgente”.
El mandatario realizó la petición tras presentar un informe preparado por diez expertos a los que les había pedido que analizaran reformas económicas e institucionales que ayuden a la centroderecha y a la centroizquierda a lograr una plataforma política común. A ese grupo se le llama el de los “sabios”.
Todo queda para el sucesor
Los expertos presentaron propuestas de amplio alcance, entre ellas cambiar la ley electoral, limitar la financiación de los partidos políticos, reestructurar los procedimientos parlamentarios, reformar el lento sistema de justicia y promover el crecimiento respetando los ajustes de presupuesto exigidos por la Unión Europea (UE).
Italia, la tercera mayor economía de la eurozona, está en recesión desde mediados de 2011 y en un atolladero político desde las elecciones del 24 y 25 de febrero, cuando ningún partido consiguió una mayoría absoluta para gobernar. Napolitano se irá y sabe que heredará a su sucesor un problema no menor.
"Las negociaciones y decisiones están en manos de las fuerzas políticas, y mi sucesor será quien debe decidir qué hacer", dijo el saliente presidente. Los legisladores nacionales y regionales votarán a su sucesor a partir del 18 de abril. El nuevo jefe de Estado tendrá que decidir si da una nueva oportunidad a los dirigentes para que formen un Gobierno o si vuelve a convocar elecciones.
DZC (dpa, Reuters)