Nayib Bukele gana las presidenciales de El Salvador
4 de febrero de 2019
Con casi el 54 por ciento de los votos, el candidato de GANA aseguró el triunfo en la primera vuelta. Sus contendores reconocieron una victoria que rompe con la hegemonía de ARENA y FMLN.
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Nayib Bukele, el exalcalde de San Salvador, se declaró pasadas las 21 horas (hora local) de este domingo (03.02.2019) ganador en primera vuelta de las elecciones presidenciales de El Salvador. El dirigente de la centroderechista Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), que hizo campaña como un outsider cuya bandera de lucha fue la anticorrupción, sacaba más de 21 puntos de ventaja a su más cercano contendor.
"En estos momentos podemos anunciar con plena certeza que hemos ganado la presidencia de la República”, dijo ante simpatizantes en un hotel de la capital. "Hemos ganado en primera vuelta, hemos ganado en todos los departamentos”, agregó Bukele, quien aseguró que El Salvador "ha pasado la página de la posguerra (…) hicimos historia”. Sus principales rivales habían reconocido el triunfo poco antes.
Con el 87,67 por ciento de las actas escrutadas, Bukele sumaba el 53,8 por ciento de las preferencias, mientras que Carlos Calleja, de la también derechista Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) obtenía el 31,6 por ciento de los votos. Bastante más atrás se quedó el izquierdista Hugo Martínez, del oficialista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), con el 13,8 por ciento.
Reconocen derrota
"Reconocemos los resultados de las elecciones. Vamos a llamar al presidente electo y desearle la mejor de las suertes en los desafíos que le toca enfrentar”, dijo Calleja, mientras que Martínez sostuvo que "somos demócratas y respetamos las instituciones y respetamos el veredicto del pueblo; reconocemos los resultados”. Si bien inicialmente había dudas sobre la posibilidad de un balotaje, con el paso de las horas esa opción se diluyó.
Bukele, de origen palestino y cuya carrera política comenzó en 2012, fue expulsado en 2017 del FMLN y lanzó su campaña por fuera de los dos grandes partidos, ARENA y el FMLN, que se han turnado los gobiernos desde 1989. Con una campaña donde prometió aumentar la inversión en educación y luchar contra la corrupción, consiguió convencer al electorado. Estas elecciones son las sextas que se celebran en El Salvador desde que terminó la guerra civil (1980-1992).
DZC (ElSalvador.com, EFE, Europa Press, Reuters, AFP)
La larga marcha de los migrantes latinos hacia EE. UU.
Luego de caminar miles de kilómetros para llegar a la frontera con EE. UU., los migrantes se topan allí con un cerco de ocho metros de altura, de acero u hojalata. Para ellos, simboliza rechazo y discriminación.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
Ocho metros hasta EE. UU.
Se estima que el cerco que conforma la frontera entre México y EE. UU. tiene ocho metros de altura. Los migrantes quieren cruzarla cueste lo que cueste, ya que sueñan con poder llevar una vida digna en ese país. Pero detrás de la frontera los espera la política represiva de Donald Trump, que, como casi ningún otro gobierno estadounidense, continúa azuzando a la gente con su discurso antimigración.
Imagen: Getty Images/AFP/G. Arias
El ingreso ilegal a la "Tierra prometida"
Uno de los migrantes ha logrado cruzar la frontera y llegar a EE. UU. Pero si podrá permanecer allí, está por verse. Si las autoridades de EE. UU. lo atrapasen, sería deportado de inmediato a México.
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Poco antes del salto hacia una nueva vida
Luego de miles de kilómetros de caminata, solo una pared de hierro separa a los migrantes de su meta. Cruzar el cerco requiere de mucha energía y valor, que ellos ya tuvieron al tomar la decisión de irse de su país en pésimas condiciones. Viajan en grandes grupos, para poder defenderse de la violencia de bandas criminales que aprovechan su indefensión.
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"Somos mexicanos, somos imparables"
Así reza este cartel, en la playa de Tijuana, insuflando coraje a los que se van de México y de países centroamericanos hacia EE. UU., en busca de un futuro mejor. Desde hace generaciones, personas de Centro- y Sudamérica intentan ingresar a EE. UU. desde México para quedarse a vivir y a trabajar allí.
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Cerco de hojalata
Esta parte de la frontera México-EE. UU. aún deja mucho que desear, como lo demuestra la hojalata de la que está hecha. Pasar al otro lado no parece ser tarea difícil para muchos de los que lo intentan.
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Miedo a la invasión
No es un sitio en guerra, sino solo el punto geográfico donde termina EE. UU. y comienza México, en San Diego, California. Esa gran ciudad en la frontera es a menudo un foco de atención debido al temor que tiene EE. UU. de que entren migrantes a través de ella. Por eso reforzaron la zona limítrofe con cientos de soldados y con cercos de alambre de púas.
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Agotamiento después del viaje
Estos migrantes no pueden más: luego de la caminata de miles de kilómetros, tratan de dormir donde y como pueden. Aquí, en Juchitán de Zaragoza, la gente descansa en el suelo, a falta de alojamiento. Luego de una corta pausa, seguirán su largo camino hacia EE. UU., con la esperanza a prueba de todo, y luchando por llegar a cumplir su sueño.
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La caravana de la pobreza
Al igual que llegaron los migrantes en 2015 desde Siria o Irak, a través de las autopistas austriacas, hasta Alemania, esta caravana marcha por las rutas de México en dirección a la frontera con EE. UU. La mayoría de los migrantes provienen de países donde reinan la corrupción, la pobreza y la violencia, como Honduras, Nicaragua, Guatemala y El Salvador.
Imagen: Getty Images/AFP/U. Ruiz
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