El escándalo de VW inquieta a la industria automovilística. ¿Por qué aún no despegan los autos limpios? DW habló con Ulrich Eichhorn, director de la Asociación de la Industria Automotriz (VDA).
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Deutsche Welle: ¿Lo sorprendió la manipulación criminal de las pruebas de emisiones?
Ulrich Eichhorn: El uso malintencionado de un software para motores es inaceptable y está prohibido.
La manipulación del motor diésel de VW ha liberado más tóxicos al aire. La gente se enferma y hay muertes en todo el mundo. ¿Qué puede hacerse para compensar ésto?
Aún está por determinarse la cantidad de óxidos de nitrógeno emitida por la manipulación y su impacto en la concentración de aire. Algo muy complejo.
Con mediciones en operación real en las calles, las llamadas emisiones reales de conducción (RED), se detectan fácilmente las manipulaciones. El ministerio del Medio Ambiente quiere introducir estas pruebas en 2016. ¿Qué piensa la industria automotriz?
Necesitamos condiciones de medición claras, comparabilidad y seguridad jurídica. Nuestro objetivo es introducirla en 2017.
En las próximas tres décadas se apunta a abandonar los combustibles fósiles. Sin embargo, las emisiones de CO2 procedentes del tráfico aumentan en todo el mundo. ¿Por qué la industria automotriz no es capaz de liderar el cambio?
El abandono del uso de los combustibles fósiles obliga a entrar en la movilidad eléctrica, porque nos estamos quedando atrás. La UE quiere que el transporte también aporte a la protección del clima. Por lo tanto, los nuevos coches solo podrán emitir, en promedio, un máximo de 130 gramos de CO2 por kilómetro, a partir de 2015. Niveles que los fabricantes sólo logran en mediciones en laboratorio. La verdad es que la industria no ha logrado reducir las emisiones de CO2 en los nuevos coches de los últimos cinco años.
A partir de 2021 la UE prevé que las emisiones de los autos nuevos no superen los 95 gramos de CO2. ¿Cuáles son las medidas clave para lograr este objetivo?
Construir más motores diésel. Este es el motor más eficiente porque necesita un 20% menos de combustible y emite un 15% menos de CO2. Por otra parte, los autos hoy son más livianos, aunque esta ventaja se pierde construyendo autos más grandes, más rápidos y con más confort. Por último, necesitamos más vehículos eléctricos porque no lograremos la meta máxima de 95 gramos de gases tóxicos con los motores clásicos.
Las diez ciudades más contaminadas del mundo
Pekín amanece a menudo cubierto por una densa capa de esmog que apenas deja respirar a sus habitantes. Pero ellos no son los únicos en sufrir las consecuencias de este gran problema que afecta al medioambiente.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Pekín, China
Pekín no se cuenta, en realidad entre las 10 ciudades más afectadas por la contaminación, pero actualmente, sus habitantes se despiertan cada vez más a menudo envueltos en una densa cortina de humo. El esmog en el aire sobrepasa los 500 microgramos por metro cúbico. La gente no puede salir a la calle sin mascarilla.
Imagen: picture alliance/Photoshot
Ahvaz, Irán
La ciudad de Ahvaz, en Irán, es la ciudad más contaminada del mundo. Responsables son las fábricas que se dedican a la destilación de petróleo y a la elaboración de metales y gas, situadas en los alrededores de la ciudad.
Imagen: ISNA
Ulan Bator, Mongolia
La capital de Mongolia no solo es las más fría, sino también la segunda ciudad más contaminada del mundo. El 70 por ciento del esmog es producido en invierno por la calefacción a leña.
Imagen: picture-alliance/landov
Lahore, Pakistán
La polución ambiental es uno de los problemas más graves en Pakistán. Especialmente dramática es la situación en Lahore, la segunda mayor ciudad del país. El motivo de la contaminación –además del tráfico excesivo y de la incineración de basura- es el polvo que proviene de las regiones desérticas.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nueva Delhi, India
En Nueva Delhi, de 9 millones 900 mil habitantes, el número de vehículos aumentó en 30 años de 180.000 a casi 3.500 millones. Sin embargo, son sobre todo las centrales carboníferas las que contribuyen a la contaminación, ya que producen un 80 por ciento de las emisiones.
Imagen: picture-alliance/dpa
Riad, Arabia Saudita
Las tormentas de arena, como aquí, en Riad, favorecen el desarrollo del esmog porque aumentan la concentración de partículas en el aire. La radiación intensa del sol convierte la suciedad proveniente de las emisiones de la industria y del tráfico en ozono.
Imagen: picture-alliance/dpa
El Cairo, Egipto
La mala calidad del aire en El Cairo provoca enfermedades crónicas en las vías respiratorias y cáncer de pulmón, que causan la muerte de entre 10.000 y 25.000 personas por año. El motivo de la polución es el tráfico automotor excesivo y una industria que crece a pasos agigantados.
Imagen: DW Akademie/J. Rahe
Dhaka, Bangladesh
Según un estudio del Instituto Max Planck, de Maguncia, en Nueva York y Tokio mueren anualmente cerca de 500 personas como consecuencia de la contaminación del medioambiente. En Dhaka, de siete millones de habitantes, son casi 15.000. Allí los investigadores midieron la concentración de azufre más alta del mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Moscú, Rusia
El aire contaminado de las grandes ciudades se compone de diversas partículas. En Moscú, está formado, sobre todo, por una alta concentración de hidrocarburos. El viento oeste, que sopla todo el año, colabora con un poco de aire fresco, al menos en ciertas partes de la ciudad.
Imagen: picture-alliance/dpa
Ciudad de México, México
La contaminación en Ciudad de México se ve agravada por su situación geográfica. Está en el Valle de México, una gran cuenca de la alta meseta de la región central, y la rodea el volcán Popocatépetl, de 5.500 metros de altura. Por el alto contenido del azufre e hidrocarburos del aire, durante mucho tiempo se consideró a la Ciudad de México la ciudad más contaminada del mundo.
Imagen: picture-alliance/dpa
Nueva York, EE. UU.
Con una emisión de 21 microgramos de partículas por metro cúbico de aire, Nueva York es la ciudad más limpia de EE. UU. La política de modernización de su parque automotor, con sistemas de filtros que reducen las emisiones del transporte público, contribuyó a ese desarrollo.