Nicolás Maduro demanda, entre otras cosas, el fin de las sanciones, para emprender negociaciones con la oposición. ¿Pone eso fin a las esperanzas de diálogo? No necesariamente, según analistas.
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No es la primera vez que se habla de diálogo en Venezuela. Pero las diversas tentativas no arrojaron resultados. ¿Podría esta vez ser diferente?
Las condiciones planteadas por el presidente Nicolás Maduro parecen cerrar la puerta a las negociaciones que plantea la oposición. Pero la situación ha cambiado en varios aspectos en los últimos tiempos. Por un lado, la oposición venezolana ha perdido cohesión y fuerza, y ha dejado de lado su postura maximalista de exigir como premisa la capitulación del presidente venezolano. Además, enfrenta un contexto internacional en que diversos países se ven actualmente confrontados con sus propias crisis, como Colombia y Perú. Por otro, el gobierno de Caracas ve agudizarse la crisis económica y social, agravada por la pandemia del coronavirus.
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Diálogo: la única alternativa
"El diálogo es la única alternativa. No hay otra forma de superar la crisis que vive el país, menos ante la actual emergencia de salud pública. Venezuela es el país menos preparado de la región para enfrentar la pandemia de COVID-19, y este es un elemento que acelera la dinámica de la búsqueda de una salida negociada. La negociación se vuelve un imperativo”, señala a DW Ronal Rodríguez, politólogo, profesor e Investigador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, en Bogotá.
También el especialista alemán en América Latina Wolf Grabendorf considera que ambas partes tienen mayor interés en un éxito de posibles gegociaciones. "Creo que hay una situación que favorece el diálogo, en parte porque la oposición ya no puede contar tanto con el apoyo irrestricto de Estados Unidos.” En este sentido, hace notar que "en tiempos de Trump, Estados Unidos estaba en contra de cualquier negociación con Maduro. Pero ahora tengo la impresión de que en Washington se ve con buenos ojos esa posible negociación”.
Las condiciones de Maduro
De ahí a que sean realistas las condiciones de Maduro hay, sin embargo, un enorme trecho. El reconocimiento de la nueva Asamblea Nacional que demanda es un punto esencial, a juicio de Grabendorf. "La posición formal de Juan Guaidó como presidente interino depende de su posición como expresidente de la única asamblea nacional internacionalmente reconocida”, recuerda el analista.
Y tampoco el requisito de un levantamiento de las sanciones planteado por Maduro parece realista. "La oposición venezolana no tiene mucho margen de acción en eso. Las sanciones han sido impuestas por otros actores internacionales, particularmente por Estados Unidos”, subraya Rodríguez, haciendo notar que no todas dependen siquiera de la voluntad política. "Varios líderes del régimen venezolano tienen sanciones judiciales”, porque se les acusa de estar involucrados en casos de narcotráfico, explica. Y eso corre por el carril del procedimiento judicial estadounidense.
También la oposición ha puesto sus exigencias, que apuntan a la celebración de elecciones anticipadas. ¿Está entonces bloqueada la puerta que conduciría a la sala de negociaciones? No necesariamente. Los analistas estiman que ambas partes intentan subir su apuesta para para tratar de llegar a negociar en un momento determinado, pero arrancando desde una posición de fuerza.
Sondeando posibilidades
"Creo que poner la vara tan alta va en dirección de mirar qué posibilidades hay de solicitar un referéndum revocatorio”, opina Rodríguez, refiriéndose a la postura opositora. En su opinión, "sería una posibilidad intermedia entre la validación de las elecciones locales, que es lo que pide el oficialismo, y una elección presidencial, que es lo que pide la oposición”. Y estima que el propio chavismo podría estar interesado en una "renovación del liderazgo que permita mantener con vida el proyecto, incluso prescindiendo un poco de la figura de Maduro y buscando una figura del chavismo que sea un poco más cercana al centro”. Según el politólogo de la Universidad del Rosario, "es importante que la negociación se plantee como la reconstrucción de la democracia venezolana, incluyendo una alternancia política y democrática, pero ese proceso va a tener que incluir a los chavistas”.
De todos modos, la brecha sigue siendo profunda y Grabendorf considera prematuro aventurar si en esta ocasión podrán esperarse negociaciones que fructifiquen. Asigna a Noruega un papel clave es estos esfuerzos de posibilitar un nuevo diálogo, al igual que a otros actores, como los del Grupo de Contacto. Y también Rodríguez destaca que los noruegoshan participado en diferentes procesos en América Latina y son un actor que goza de confianza por parte de la oposición y del oficialismo. "No obstante, no creo que sea el único”, aclara: "Yo personalmente creo que Colombia debe jugar el papel que jugó Venezuela en la negociación de paz colombiana. Colombia es un actor que genera confiaza a la oposición venezolana, y que puede ayudar a llevarla a sentarse a la mesa, así como, en su momento, Venezuela jugó un papel importante para que el actor armado se sentara a negociar”.
(cp)
Venezuela: un país desangrado
El 6 de diciembre se llevaron a cabo elecciones parlamentarias en Venezuela en medio de la peor crisis en años. Hambre y escasez caracterizan la vida cotidiana en el país. La necesidad se manifiesta de muchas formas.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
Neveras vacías
En 2018, la nación caribeña registró la inflación más alta en su historia: 65.374%, según el portal alemán Statista. En el mismo año, el Fondo Monetario Internacional incluso calculó la inflación en 1.370.000%. Debido a la falta de divisas, apenas se pueden importar bienes. Comprar en los supermercados es imposible para la mayoría de los venezolanos debido a los altos precios.
Imagen: Alvaro Fuente/ZUMA Press/imago images
Alimentando a los pobres en la ciudad de Valencia, estado Carabobo
Solo aquellos que traigan su propio plato o envase pueden comer algo. Incluso las organizaciones de ayuda humanitaria carecen de cubiertos desechables. El otrora rico país ha estado sufriendo una grave crisis de abastecimiento durante años. Hay escasez de todo: comida, medicinas y las cosas más básicas, como jabón y pañales.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Los niños se mueren de hambre
En Caracas, los niños extienden desesperadamente los brazos cuando Caritas u otras organizaciones distribuyen alimentos. Muchos no han comido en días. El 96 por ciento de los hogares vive en la pobreza, 64 por ciento en pobreza extrema, según un estudio de la Universidad Católica Andrés Bello. La carne, el pescado, los huevos, las frutas y las vegetales solo se sirven en muy pocas familias.
Imagen: Roman Camacho/ZUMA Press/imago images
Sistema de salud al borde del colapso
El que lamentablemente tenga que ir a un centro de salud, como aquí en el Hospital San Juan de Dios de Caracas, tiene que pagar sus propios medicamentos y suministros como catéteres y jeringas. Más de un tercio de los 66.000 médicos con licencia ya abandonaron el país. El número de otros profesionales de la salud también se ha reducido, lo que ha llevado al sistema sanitario al borde del colapso.
Imagen: Dora Maier/Le Pictorium/imago images
Barro y madera como materiales gratuitos de construcción
Un niño juega en su casa de bahareque, un tipo de vivienda hecha de madera y barro cuya construcción se remonta a la época precolombina. Debido a la creciente pobreza extrema en las zonas rurales, estas estructuras se están volviendo más comunes nuevamente. Bajo estos techos no hay agua corriente ni electricidad.
Imagen: Jimmy Villalta/UIG/imago images
No hay electricidad en Venezuela
Los apagones permanentes paralizan regularmente el país. La oposición señala las inversiones demoradas, la corrupción y el mantenimiento inadecuado de los sistemas eléctricos como las razones. Por ello, el gobierno tomó medidas drásticas para ahorrar electricidad. Por un tiempo, los funcionarios públicos incluso redujeron su semana laboral a dos días hábiles para ahorrar energía. Sin éxito.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Viviendo en la calle
Cuando se va la luz, hace un calor insoportable en las casas si no se tiene un aire acondicionado que funcione. Entonces la gente traslada la vida a las calles, como aquí en Maracaibo. Por años ha habido cortes de energía no solo regionales en Venezuela, sino también nacionales. El presidente Nicolás Maduro asegura que sus oponentes hacen actos selectivos de sabotaje contra la infraestructura.
Imagen: Humberto Matheus/ZUMA Press/imago images
Escasez aguda de agua
En la parroquia Santa Rosa, en la ciudad de Valencia, el suministro de agua ha colapsado de forma tal que hasta la gente se baña y lava su ropa y otras cosas en charcos al costado de la carretera. Ya no hay agua potable.
Imagen: Elena Fernandez/ZUMA Wire/imago images
Luz y agua
En el río Guaire fluyen solo aguas residuales y productos químicos tóxicos. En Venezuela, el agua y la electricidad son delicadamente interdependientes: la falta de electricidad y mantenimiento agrietaron las paredes de los embalses del país y el nivel del agua bajó. Como resultado, se generó menos electricidad en las centrales hidroeléctricas y se produjeron apagones. Un círculo vicioso.
Imagen: Adrien Vautier/Le Pictorium/imago images
En busca de agua potable
En Guacara, en el estado Carabobo, una residente camina por las calles con recipientes de plástico en busca de agua potable. En algunos lugares de Venezuela solo hay unas pocas horas de agua corriente tres días a la semana. Por esta razón, muchas familias llenan rápidamente todas las botellas y frascos que encuentren para tener un poco de agua cuando la sequía vuelva.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
Aguas contaminadas
Los venezolanos nadan en petróleo, pero no de buena manera: en el lago de Maracaibo, los pescadores arrojan sus redes desde neumáticos viejos, a pesar de que el agua está contaminada con petróleo. Las costas también están afectadas. Debido a fugas en oleoductos y una avería en una refinería cerca de Puerto Cabello, en el noroeste del país, unos 20.000 barriles de crudo se derramaron al mar.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
"El pueblo necesita gasolina"
En Guacara, en el estado Carabobo, la gente espera con sus automóviles enfrente de las estaciones de servicio por más de dos semanas para cargar gasolina. Venezuela tiene que importar petróleo de Irán porque sus propias plantas petroleras en ruinas apenas pueden producirlo. Hace 10 años, la tasa de producción era de unos 2,3 millones de barriles al día. Ahora es menos de la mitad.
Imagen: Juan Carlos Hernandez/ZUMA Wire/imago images
El suministro de energía colapsó
En Caracas, la gente espera en la calle con sus bombonas de gas vacías con la esperanza de que por fin puedan volver a llenarlas. Dado que las fuentes de energía y gasolina fallan repetidamente en Venezuela, la gente ha cambiado al gas. Pero este recurso también se ha vuelto escaso.
Imagen: Miguel Gutierrez/Agencia EFE/imago images
Las aureolas se desvanecieron
Los rostros de Hugo Chávez, Fidel Castro, Evo Morales y Rafael Correa miran desde la pared de una casa en Caracas hacia un basurero desbordado. Muchos venezolanos veneraron como santos a los líderes socialistas de Venezuela, Cuba, Bolivia y Ecuador. En Venezuela, el "socialismo del siglo XXI" no ha cumplido su promesa de prosperidad para todos.