Nepal permite nuevamente las expediciones al Monte Everest
31 de julio de 2020
El país asiático había cancelado en marzo todas las expediciones a la montaña más alta del mundo a causa del nuevo coronavirus. Las autoridades reabrieron el acceso con el objetivo de reimpulsar el sector turístico.
Publicidad
Nepal volvió a permitir el acceso a su zona montañosa, en concreto al Monte Everest, para las expediciones de fin de año con el objetivo de impulsar el sector turístico pese a la incertidumbre sobre la pandemia, anunciaron durante este viernes (31.07.2020) las autoridades de ese país.
Nepal había cerrado sus fronteras en marzo justo antes del inicio de la temporada turística en que miles de alpinistas se desplazan al Himalaya, decisión que tuvo un coste de millones de dólares para la economía de Nepal y provocó el despido de miles de nepalíes.
El confinamiento nacional se terminó la semana pasada y Nepal se encuentra ahora abierto "para las actividades turísticas y en concreto el alpinismo y las excursiones", declaró Mira Acharya, del ministerio de Turismo. Sin embargo, los vuelos internacionales con destino a este país no se reanudarán hasta el 17 de agosto.
La "reapertura" de la zona nepalí del Himalaya se produce en un país en que esta semana se detectaron más de mil casos de coronavirus por un total de 19.547 desde el inicio de la crisis. Las autoridades continúan "trabajando" en los protocolos de seguridad sanitaria, declaró Acharya, y especialmente en la duración de la cuarentena que deberán hacer los turistas extranjeros.
El compromiso de las empresas
Esta exigencia sanitaria es una de las principales preocupaciones de los alpinistas extranjeros que desean desplazarse a Nepal, explicó Mingma Sherpa, del Seven Summit, una de las principales empresas de este sector en el país asiático.
La respiración, debido a la altitud, es mucho más complicada en estas zonas montañosas, lo que acentuaría el riesgo para cualquier enfermo de coronavirus.
"Sería un alivio si podemos volver a organizar expediciones tras una temporada totalmente virgen en primavera", añadió Sherpa.
"Organizar una expedición ahora significaría actuar a tientas y esta nunca ha sido nuestra forma de trabajar", afirmó por su parte Lukas Furtenbach de la empresa Furtenbach Adventures, quien agregó que "nuestra política es que somos responsables de la vida de nuestros empleados y clientes".
Nepal acogió el año pasado 1,2 millones de turistas, un tercio de los cuales se desplazaron para la temporada turística de otoño en un país en que el turismo representa el 8% del PIB, según datos oficiales. Los expertos consideran que los ascensos realizados entre septiembre y noviembre resultan más complicados que en primavera a causa del viento y de las bajas temperaturas, lo que reduce el número de alpinistas en esta estación.
El Everest vivió en la primavera de 2019 un año récord con 885 personas que llegaron hasta su cima, 644 de las cuales lo hicieron desde el lado nepalí. Las imágenes de numerosos alpinistas concentrados en la "zona de la muerte" dieron entonces la vuelta al mundo.
ju (afp, efe)
Deutsche Welle es la emisora internacional de Alemania y produce periodismo independiente en 30 idiomas. Síganos enFacebook | Twitter | YouTube |
Katmandú: vivir y respirar en una de las ciudades más contaminadas del mundo
La capital de Nepal, Katmandú, es una de las ciudades de más rápido crecimiento en el mundo, y también una de las más sucias. Los habitantes de la ciudad están luchando con las consecuencias para la salud.
Imagen: Marco Panzetti
Antes y después
Mirando hacia Katmandú desde el templo de Swayambhu, un lugar sagrado de peregrinación budista en el oeste de la ciudad, el año pasado y en 1967. Se han destruido espacios verdes y las montañas han desaparecido entre una capa de smog. En 2018, Nepal clasificó como el país con la peor calidad del aire entre los 180 países incluidos en el Índice de Desempeño Ambiental.
Imagen: Marco Panzetti
Ciudad de automóviles
La capital de Nepal se encuentra en un valle, donde la contaminación del aire queda atrapada entre las montañas. Gran parte es polvo de caminos sin pavimentar. Los hornos de ladrillos en las afueras de la ciudad también ensucian el aire, pero el tráfico es el mayor culpable.
Imagen: Marco Panzetti
Calles polvorientas
El número de vehículos en Katmandú aumenta un 14% cada año, tres veces más rápido que la población. A medida que aumenta la cantidad de tráfico, los peatones se exponen a los autos que les pasan peligrosamente cerca, un ruido ensordecedor y el smog que produce ojos llorosos y dificultades para respirar.
Imagen: Marco Panzetti
Aire tóxico
La contaminación afecta la salud de los residentes. "Mi nariz está seca, tengo dolores de cabeza y mis pulmones no están bien. Así que estoy usando una mascarilla para protegerme del polvo", dice Narayan Dahal, de 63 años, que camina por el distrito de Kalanki, en Katmandú.
Imagen: Marco Panzetti
Protección limitada
Una mascarilla se ensucia debido al aire después de dos días de uso en Katmandú. Si bien el polvo causa molestias, estas máscaras hacen poco para proteger al usuario de las finas partículas en el smog que penetran mucho más en los pulmones y pueden causar enfermedades cardíacas y respiratorias, e incluso cáncer.
Imagen: Marco Panzetti
Smog directo a los pulmones
Muchos en Katmandú no se preocupan de usar mascarillas protectoras, y para los comerciantes ambulantes, como este joven vendedor de algodón de azúcar en uno de los cruces más concurridos de Katmandú, el humo es un riesgo laboral.
Imagen: Marco Panzetti
Apresuradamente rumbo a la era moderna
Hace apenas medio siglo, la capital nepalí era una ciudad de solo unos pocos cientos de miles de personas. Hoy es una metrópoli de 3 millones. Sin una adecuada planificación previa, la urbanización se ha salido de control. Las arterias principales de la ciudad, como Kanti Path, están sofocadas por gases contaminantes.
Imagen: Marco Panzetti
Buscando aliento
Una mujer observa la ciudad contaminada desde arriba. Katmandú sigue siendo reconstruida tras el catastrófico terremoto que sacudió Nepal en 2015, causando la muerte de 9.000 personas. Algunos esperaban que se utilizaran hornos de combustión de ladrillos más limpios para fabricar el material para las nuevas construcciones. Por ahora, la contaminación sigue siendo un gran problema.
Imagen: Marco Panzetti
Recuerdos de aire fresco
"Yo solía venir a Katmandú cuando era niño, y el aire no era malo", dice el monje budista de 29 años Pasang Thunglu. "Pero cuando volví en 2015, el aire era irrespirable. El terremoto empeoró las cosas porque ahora las obras de construcción producen mucho polvo".
Imagen: Marco Panzetti
Suciedad y divinidad
Ni siquiera las deidades están a salvo. En una sala de exhibición de artesanos de Katmandú, esta estatua de latón de la diosa Tara está envuelta en papel para evitar que el polvo arruine los detalles pintados de su rostro.