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Nerviosismo en Berlín

16 de diciembre de 2002

La promesa electoral del canciller alemán, Gerhard Schröder, de no participar en un ataque contra Irak sigue causando polémica en Alemania.

Otros objetos de deseo por parte de EE.UU.Imagen: AP

"Participación en una guerra no, defender la alianza si", este es el nuevo lema con el que el ministro alemán de Exteriores, Joschka Fischer trata de salvar la promesa del gobierno rojiverde de no participar en acciones bélicas contra Irak.

Hasta hace poco, el gobierno alemán sostenía, que el Consejo de Seguridad todavía tendría que aprobar un nuevo mandato para un ataque contra Irak y que la resolución 1441 no incluía, según Fischer, un "automatismo para la guerra".

Acción decidida

Pero las esperanzas alemanas de no sólo evitar esta guerra, sino en caso contrario poder quedar al margen de ella, se desvanecen. Mientras Estado Unidos toma todos los preparativos, la consejera de Seguridad Nacional de EE.UU., Condolezza Rice, anuncia en una entrevista con el semanal alemán "Die Zeit", una acción "decidida" contra Bagdad.

Antes de atacar Irak, EE.UU. sólo volvería al Consejo de Seguridad de la ONU "para consultar", añadió Rice, pues "hemos dejado bien claro que no vamos a quedarnos sentados si Saddam se niega a desarmarse".

En Berlín aumentan las peticiones para prestar ayuda en el caso de una guerra, cada vez más probable. La ONU ha pedido a Alemania aviones no pilotados del tipo "Luna" para que ayuden a los inspectores de desarme en sus labores en Irak.

Respecto a la petición estadounidense de aviones de reconocimiento del tipo AWACS pilotados por soldados alemanes, el canciller alemán declaró que "si son utilizados en territorio de la OTAN, no tenemos ningún problema con ello", pero toda intervención fuera de ese espacio es "un tabú absoluto".

Berlín se rinde

Por ahora, es seguro que en caso de una guerra contra Irak, Alemania abrirá a EEUU y a la OTAN su espacio aéreo, permitirá el uso de las bases militares que estos mantienen en suelo germano y concederá derechos de tránsito a los soldados.

Algunos analistas interpretan estos pequeños pasos hacia un apoyo minimo como un intento de ablandar la postura alemana, interpretada como intransigente en el extranjero y como señal hacia Washington para normalizar las densas relaciones. Un intento que por lo visto no tuvo frutos hasta ahora.

"Los aviones AWACS no son instrumentos para una guerra ofensiva" declara Schröder. Ya ni siquiera habla de la necesidad de un nuevo mandato que legitime un ataque contra Irak.