El reportaje, publicado en la edición del 9 de mayo de la revista, generó protestas en el mundo musulmán, desde Afganistán, donde 16 personas murieron y más de 100 resultaron heridas en los disturbios, hasta Pakistán, la India, Indonesia y la Franja de Gaza.

Representantes de Newsweek pidieron disculpas el domingo a los musulmanes y agregaron que la revista había reportado de manera imprecisa que los investigadores del ejército de Estados Unidos habían confirmado que algunos interrogadores en la base naval de Guantánamo habían puesto libros del Corán en inodoros y que al menos uno había sido arrojado por el desagüe.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Scout McClellan dijo que el reportaje no había cumplido con los estándares periodísticos al apoyarse solamente en una fuente anónima "que no pudo sustanciar personalmente la alegación que se hizo".

"El reporte ha tenido consecuencias graves", dijo el alto funcionario del gobierno estadounidense. "Hay personas que murieron. La imagen de Estados Unidos en el extranjero ha sido dañada".

La Casa Blanca agregó que el reportaje de Newsweek se basó en fuentes anónimas y no investigó con profundidad el contenido de la historia antes de publicarla.

"Es sorprendente que aunque Newsweek dice ahora que se equivocó, no quiso retirar la historia", dijo McClellan. "Creo que hay ciertos patrones periodísticos que se debían haber cumplido, pero no lo hicieron".

El reportaje "también ha causado daños a la credibilidad de los medios de comunicación y de la propia Newsweek", agregó.