Niña afgana de National Geographic será liberada en Pakistán
4 de noviembre de 2016
Sharbat Gula, fotografiada cuando niña por esa revista, fue arrestada por posesión ilegal de documentos de identidad en Pakistán el pasado 26 de octubre.
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Sharbat Gula, la afgana que protagonizó de niña la portada de National Geographic y que fue arrestada por posesión ilegal de documentos de identidad en Pakistán, será liberada y deportada en los próximos días. Mohsin Dawar, miembro del equipo legal de Gula, indicó a Efe que un tribunal especial anticorrupción de Peshawar, en el noroeste del país, la condenó este viernes (04.11.2016) a 15 días de prisión, de los que ya ha cumplido la mayoría. Luego de la detención del pasado 26 de octubre, la refugiada se declaró culpable de todos los cargos por lo que tendrá que pagar una multa de 100.000 rupias paquistaníes (860 euros) y deberá abandonar Pakistán tras su liberación.
"Con un gran placer anuncio que Sharbat Gula está ya libre de los problemas legales a los que ha hecho frente las últimas semanas. Será puesta en libertad pronto", afirmó en su página de Facebook el embajador afgano en Pakistán, Omar Zakhilwal.
Gula fue arrestada el 26 de octubre por presuntamente obtener documentos de identidad paquistaníes para ella y dos supuestos hijos tras sobornar a tres funcionarios.
La refugiada, de unos 40 años, es madre de cuatro hijos y sufre hepatitis C. Se espera que retorne a su Afganistán natal el próximo lunes, donde será recibida por el presidente del país, Ashraf Gani, según informó Zakhilwal.
El fotógrafo estadounidense Steve McCurry inmortalizó a la afgana en 1984, cuando tenía 12 años, en un campo de refugiados en Peshawar. La fotografía fue publicada un año después en la revista National Geographic y se convirtió así en una de las imágenes más icónicas del siglo XX.
Pakistán albergaba hasta hace poco a 1,4 millones de afganos registrados legalmente y a otros 900.000 en la informalidad. Más de medio millón de esos refugiados han regresado a Afganistán en lo que va de año. Muchos de ellos lo han hecho en los últimos tres meses luego de un ultimátum del Gobierno paquistaní.
DG/cp (efe)
Refugiados en Francia: la "Jungla" de Calais
Aumenta el nerviosismo en el campo de refugiados de Calais. Las autoridades francesas planean construir una "zona tapón" entre el campo de refugiados y el Eurotúnel que conecta el continente con Reino Unido.
Imagen: DW/D. Cupolo
Antes del desalojo
Voluntarios ayudan a los refugiados a transportar sus pertenencias. Anteriormente, las autoridades habían prometido a los migrantes la creación de un espacio para su realojamiento. Mediante esta zona, el Gobierno francés pretende bloquear el acceso al Eurotúnel, a través del cual muchos refugiados viajan a Inglaterra. "Les ayudamos a mantener su dignidad", aclara uno de los voluntarios.
Imagen: DW/D. Cupolo
El mar y las oportunidades
Tiendas de campaña frente a la entrada del Eurotúnel. En este punto muchos refugiados intentan subirse a los camiones que van a Gran Bretaña. Un enorme dispositivo policial vela por evitar que los polizones crucen a través del túnel. El joven sirio Mohammed Schakh enumera las opciones: el plan A, cruzar en un camión. El B, hacerlo en un tren. El C, atravesar el Canal de la Mancha en barco.
Imagen: DW/D. Cupolo
Mudanza urgente
El nuevo campo fue establecido el pasado jueves. Eso sí, no se sabe cuándo serán retirados los antiguos asentamientos. Para los refugiados significa mudarse. Alrededor de un centenar de alojamientos ilegales ya han sido trasladados con la ayuda de voluntarios. Hasta el momento se han construido otros 40 refugios "no oficiales".
Imagen: DW/D. Cupolo
Espacio para nuevas tiendas
Los miembros de la asociación "Care4Calais" limpian la zona de maleza y basura. El objetivo es crear espacio para los refugiados. "Cuando viví en Afganistán fueron muy hospitalarios conmigo. Por eso quiero devolverles algo", explica Ruth Boggiuth, una las voluntarias.
Imagen: DW/D. Cupolo
Esperando a que llegue el día
Entre 1.500 y 4.500 habitantes del campamento improvisado se han visto afectados por el reasentamiento. Algunos siguen esperando. "No pienso desmontar y volver a montar mi tienda en otro lugar", dice Saifullah Barat. Este afgano vive desde hace 4 meses en la "Jungla de Calais". "Si la policía quiere desmontar mi campamento, que lo haga. No voy a hacerles frente".
Imagen: DW/D. Cupolo
¿Huellas dactilares? No, gracias.
Las autoridades han establecido un nuevo campamento en las cercanías de Calais. En el asentamiento levantado con contenedores hay espacio para cerca de 2.000 personas. Muchos de los refugiados, sin embargo, rechazan trasladarse a estos alojamientos temporales ya que, con el fin de identificarles, las autoridades exigen una toma de huellas dactilares.
Imagen: DW/D. Cupolo
Francia: ¿una prisión?
"Vemos cómo nos tratan los franceses", dice el sirio Mohammen Schakh. "Las autoridades nos toman por tontos y creen que vamos a aceptar la toma de huellas dactilares. Esto es parecido a una cárcel. Una vez que entremos aquí, no nos dejarán salir nunca. No quiero vivir nunca en este país".
Imagen: DW/D. Cupolo
Aumenta la violencia
El anuncio del desalojo y el aumento de la presencia policial ha provocado un aumento de la violencia en la "Jungla de Calais", informa Médicos sin Fronteras. Las lesiones provocadas por los enfrentamientos entre los propios habitantes del campamento, o entre los refugiados y la policía han propiciado un aumento de la presencia de los integrantes de esta ONG.
Imagen: DW/D. Cupolo
Nuevos asentamientos en otros lugares
"Los habitantes del campo creen que Francia pretende reducir el campamento progresivamente", explica Maud Le Quintrec, de Médicos sin Froteras. "Por eso muchos refugiados han decidido levantar nuevos campamentos ilegales. De hecho, 120 habitantes de 'la Jungla' se han ido a Bélgica". Así, explica Le Quintrec, lo único que consiguen las autoridades es trasladar el problema. (18.01.2016)