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Niños con celulares en Latinoamérica: ¿controlar o prohibir?

15 de mayo de 2025

Un reporte publicado en Argentina entrega cifras que muestran un uso masivo de teléfonos móviles a temprana edad. ¿Es eso necesariamente malo para el desarrollo?

Imagen referencial de uso de teléfonos celulares por parte de niños.
En Argentina, 95 por ciento de los niños entre 9 y 17 años tiene acceso diario a un celular con internet, y 83 por ciento de los chicos entre 9 y 11 accedió a su primer teléfono antes de los 10 años.Imagen: Max Slovencik/APA/picturedesk/picture alliance

Los informes sobre el uso de teléfonos celulares o móviles en Argentina se suceden, y las cifras que entregan son demoledoras. El más reciente, entregado el 5 de mayo por UNICEF y UNESCO, señala que el 95 por ciento de los niños entre 9 y 17 años tiene acceso diario a un celular con internet, y que el 83 por ciento de los chicos entre 9 y 11 accedió a su primer teléfono antes de los 10 años. 

En abril, un reporte de Global Statshot Digital aseguró que, en 2024, los argentinos pasaban 6 horas diarias mirando una pantalla. Y en marzo, otro informe centrado en los estudiantes, esta vez del Observatorio de Argentinos por la Educación, mostraba que el 54 por ciento de los jóvenes argentinos de 15 años se distraía en clases mirando dispositivos digitales.

Los números de Argentina, sin embargo, no son excepcionales ni constituyen un caso extremo entre sus vecinos. Se trata, más bien, de una norma que expertos de distintos países de América Latina estudian desde hace años, al punto de haber conformado una red regional para dedicarse al tema: Kids Online América Latina.

No satanizar

El psicólogo Patricio Cabello, académico de la Universidad Andrés Bello y del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la Universidad de Chile, es miembro de esa red. En conversación con DW, revela que ahora está trabajando, junto a otros especialistas, en un estudio comparado sobre el uso de pantallas en jóvenes en distintos países de la región, todo con apoyo de la CEPAL. También formó parte del equipo que en 2016 presentó el primer informe de Kids Online Chile, que reflejó que la edad media de acceso al primer celular en ese país de Sudamérica era 11 años. En 2022 repitieron el estudio, y la cifra esta vez bajó a los 8,9 años.

"Muchos chicos que están en cuarto de primaria aprendieron a leer usando esta tecnología", dice Cabello, recordando que durante la pandemia el uso de dispositivos digitales fue determinante para la continuidad educativa. "El dispositivo de entrada al mundo digital es un celular. Eso no es malo en sí mismo, pero tiene efectos en el desarrollo de habilidades", sostiene. Sin embargo, advierte que es necesario entender cabalmente los contextos y los usos que se dan a los móviles antes de satanizarlos.

"La evidencia que es sólida indica que cuando hay una mediación activa adecuada de las figuras parentales y en la escuela, obtienes resultados de aprendizaje que son positivos para los niños. Esas mediaciones activas deben estar balanceadas con las restrictivas. Tiene que haber regulación, límites claros, contenidos prohibidos y formas de regulación del tiempo, todo eso acompañado de mediación activa", señala.

Esto quiere decir que usar el móvil no es, por sí mismo, algo malo. Lo malo es que sea sin supervisión de padres o profesores. Cabello advierte, además, que la prohibición, por sí sola, es inefectiva. "La mediación restrictiva no solo no sirve para reducir los riesgos, sino que incluso genera otras dificultades. Tenemos datos y una investigación seria y sólida que muestra que la prohibición produce más usos problemáticos de móviles en los adolescentes".

La pregunta es para qué

"La pregunta que tenemos que hacer es para qué y por cuánto tiempo se usa un celular. Si le hablo a mi hijo de un deportista destacado y le muestro un video en mi celular y después vamos a hacer deportes motivados por ese video, está perfecto", explica el experto. El escenario contrario es el perjudicial. "Si le paso el teléfono para que no me moleste y para que esté pegado a un contenido diseñado para generar un enganche emocional y no quiero que me hable, eso es distinto", explica.

Cabello dice que no ve ninguna utilidad en que un niño "que tiene apoyo familiar, que va a la escuela, que tiene una rutina más o menos predecible, que no anda solo, tenga un celular". Pero recuerda que a veces hay casos de niños que no ven nunca a sus padres y cuyo único vínculo con ellos puede ser a través de un teléfono, y en esos casos puede ser necesario acceder a un móvil. "Hay que tener ojo con los contextos", señala.

En algunas escuelas de Alemania se ha comenzado a prohibir el uso de teléfonos móviles.Imagen: Marijan Murat/dpa/picture alliance

"Tenemos el deber de formar a nuestros niños para que lidien con los riesgos y aprovechen las oportunidades de los medios digitales. Tenemos que entender en la sociedad que los niños deben tener un acceso limitado, con autonomía progresiva, al uso de tecnologías digitales, porque el abandono de los niños frente a los medios digitales es muy perjudicial para ellos". Una prueba es el estudio presentado en Argentina, que señala que el 24 por ciento de los niños de 12 a 17 años ha realizado apuestas online.

Para tales casos, Cabello estima que es necesario analizar a otros agentes, "como los adultos, los reguladores y las empresas privadas", porque el problema dista de ser unidimensional. Además, el tema está en constante cambio, y por eso es relevante prestarle atención. "Es muy importante que logremos generar investigación muy actualizada para poder ir comprendiendo los riesgos y oportunidades", dice, y menciona lo que le pasó a su equipo en 2022, cuando presentó un informe y el rápido surgimiento de la inteligencia artificial lo dejó fuera de juego a los pocos meses.

(rml)

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